AMIGA MÍA
Esto es para
ti, que saliste de un recodo del
trayecto de mi vida y despacio, sin hacer ruido comenzaste a andar a mi lado, convirtiéndote
en alguien muy especial.
Que me ves sonreír entre la multitud, te
acercas y me preguntas ¿por qué has llorado?
La que se ha doblado conmigo en la tempestad evitando
que me quebrara.
Que te sientas
a mi lado y guardas silencio porque sabes que es eso justo lo que necesito.
Que me
aconsejas sin imponer y me muestras los obstáculos del camino, mas me dejas
aprender cometiendo mis propios errores.
Tu, que
cuando las vicisitudes me hincaron de rodillas tendiste una mano y con una
sonrisa dijiste “vamos tu puedes”.
Que aplaudes
mis éxitos y mitigas mis fracasos.
A ti, a quien
daría la espalda sin miedo de que puedas llevar en las manos.
Mi colega de
risas y llantos, confidente y hombro sobre el que apoyarme.
La que no importa los cientos de kilómetros
que nos separan siempre está ahí.
Quien me
regala, jornada a jornada, un precioso tesoro que jamás volverá a
recuperar, su tiempo.
Que me ofreces
una rosa perfecta, de suaves pétalos de alegría y espinas punzantes de certeza
y sinceridad que a veces duelen.
El destino,
al cual jamás me cansaré de dar gracias, un día nos hizo amigas, pero el corazón nos
convirtió en hermanas.
A ti que le
das nombre y apellidos a la amistad verdadera. Hoy quiero desearte.
MUCHAS FELICIDADES.