Te amé con 20 veranos, con el sol bañando tu cuerpo llenando de oro tu piel, con la mirada brillante y la inocencia perdida por el camino de la impetuosa juventud, fuiste mía un atardecer a la orilla del mar, mientras el agua bañaba nuestros cuerpos enroscados abandonándonos a la pasión, y allí con el agua besando tu cuerpo te deje para siempre.
Hoy que el otoño ya ha llegado a tu vida, sigues llenando mi corazón de anhelo, y me pregunto ¿por dónde andarás? ¿Qué tal te trató la vida? ¿Alguna vez te acordarás de mí? Espero que seas feliz estés donde estés, que alguien haya sido capaz de darte lo que yo te negué.
Y yo con mis muchos inviernos a las espaldas, sigo siendo incapaz de olvidarte, diste aire fresco a mi otoño y un poco de calor a mi triste corazón, y el mío fue un amor cobarde lo sé, por que no supe ni pude pronunciar las palabras que tanto deseabas oír, eras tan joven y yo ya no tanto que tuve miedo a que te burlaras de mi. Pero hoy que ya sé que me tengo que ir, quiero gritarle al silencio, que te amé, que te amo y que a través del tiempo te amaré.
2 comentarios:
Si que fue un amor cobarde, pero ahí está, por lo menos tiene algo para recordar.
Todo el relato es precioso, pero el final es lo mejor:
"quiero gritale al silencio, que te amé, que te amo y que a través del tiempo te amaré.
Sublime Mariola, como siempre.
Dios, este no me lo había leído, por alguna extraña razón... el caso es que me ha dejado con el corazón roto, es tan hermoso, yo soy tu fiel admiradora Marioly me encanta lo que escribes, y este es simplemente ma-ra-vi-llo-so
Besos
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