viernes, 28 de octubre de 2011

EL PRECIO DEL AMOR. Capítulo 31.



Con los dedos entrelazados para evitar que le temblasen, observaba como Charlie caminaba de un lado a otro sin disimular en ningún momento lo nervioso que estaba. Frunció el ceño ante esa estampa, le había visto alguna que otra vez alterado y por motivos más que razonables, pero en esta ocasión era distinto, se le veía demasiado excitable e inseguro. Cuando por fin se paró para enfrentarla, su mirada llena de incertidumbre y miedo le ocasionó que se le formase un nudo en el estómago. Tuvo que luchar consigo misma para no levantarse y ponerle el índice en los carnosos labios para impedir que dijese nada, pero sabía que esto era importante para él, así que continuó en el sitio admitiendo a regañadientes que en el fondo también era primordial para ella.

—No sé como empezar —reconoció él.
—Lo podemos dejar para más adelante.
—No Rae, estoy harto de guardarlo aquí dentro —señaló su corazón—, tiene que salir, por el bien de ambos.

Asintió brevemente y se recostó contra el respaldo del sofá dispuesta a escuchar todo lo que le oprimía, pero un pequeño chasquido en el exterior la sobresaltó, torció el rostro hacia la ventana justo a tiempo de otear de refilón una sombra ocultándose.

—Hay alguien ahí —señaló asustada incorporándose para situarse junto a O´Sullivan.
—Será algún pájaro o cualquier otro animal —murmuró acariciándola el brazo.
—Un animal de dos patas.
—Tranquila.
—¿Tranquila? —preguntó mirando en derredor para ver que podía coger como defensa—, y una mierda, tu no sabes por lo que he pasado estas semanas—, masculló histérica yendo hacía la cocina.

Se dirigió hacia el ventanal y después de asegurarse que sólo estaban ellos dos fue a buscar a la mujer que, angustiada, rebuscaba frenéticamente en el cajón de los cubiertos. Se le removieron las entrañas al verla en ese estado. Maldita sea la estampa de ese cabrón por haberla hecho tanto daño.

—Préstame atención, Rae —exigió situándose tras ella—, todo está bien—, susurró sujetándole las muñecas—, estoy contigo y nada malo sucederá—, le levantó los brazos y los entrelazó sobre su pecho a la vez que la abrazaba pegándola a su cuerpo.
—Charlie...
—Shhh, yo te protegeré —aseguró depositando un beso en su coronilla.
—Está ahí fuera, lo sé.
—No hay nadie, cariño, pero si me prometes que te vas a serenar saldré a indagar.
—¡No! —chilló revolviéndose entre el protector abrazo—, te podría hacer daño—, aseveró con el terror reflejado en los claros orbes.
—Me halaga la fe que tienes en mi —dijo con la risa vibrando en su voz.
—Esto no es para tomárselo a cachondeo —le sujetó del cuello del jersey.
—Perdóname, tienes razón —enlazó su cintura y la llevó de nuevo al salón para hacerla sentar en el mullido sofá—, quédate aquí mientras yo investigo.

En cuanto ella le dio su aprobación con un ligero movimiento de cabeza, cogió el oscuro anorak y tras ponérselo salió al exterior dispuesto a ejercer de caballero andante. El fuerte viento le dio de lleno en el rostro cuarteándoselo con su gelidez, pero no importaba, aunque sabía que fuera de la cabaña no había nada, excepto quizá algún asustado y hambriento animalillo, debía comprobar que lo que Rae creyó ver no era tal. Ante todo estaba su paz mental y por encima de eso su seguridad. Se subió el cuello del abrigo, se enfundó las manos dentro de los forrados guantes y echó a andar alrededor de la casa comprobando que el suelo estuviese libre de pisadas. Al pasar por delante de la ventana echó una mirada para asegurarse que le había obedecido, sonrió cuando la vio pegada al cristal. Aliviado no sólo porque había acatado su mandato sino porque la notó preocupada por él, continuó con su rastreo.

Apoyó la mejilla en el frío vidrio y no la despegó hasta que le perdió de vista al torcer la esquina. Se llevó las palmas al estómago en un banal intento de calmar la tensión y el terror que la embargaba.

—Por favor, Dios mío, que no le pase nada —rogó cerrando los ojos.

Siempre supo que si le sucediese algo no podría superarlo, pero el que ocurriese esa fatalidad era una posibilidad escasa, sin embargo en estos momentos no era así, estaba ahí fuera, solo y sin ninguna ayuda.
Abrió los párpados al darse cuenta de eso.

—Oh no, dime que no es verdad.

Salió corriendo hacia el dormitorio y rebuscó como loca en su maleta, al no hallar nada fue hacia la mesilla y las lágrimas que había estado reteniendo a duras penas comenzaron a fluir cuando el miedo se aposentó con saña en todo su ser.

—Charlie ¿por qué no te la has llevado? —demandó cogiendo el arma.

El sonido de la puerta al abrirse le erizó los pelos de la nuca y le aceleró los latidos del corazón presionándole las costillas de forma dolorosa.
Miró la pistola y recordando lo que un día le vio hacer le  quitó el seguro, para evitar que se le cayese la sujetó con fuerza con ambas manos y superando el pánico que apenas le permitía respirar, se volteó apuntando a quien estaba delante de ella.

El que un par de veces se hubiese visto señalado por el negro agujero de un cañón, no implicaba que esta tercera vez la cosa fuese distinta y no se viese turbado. Un arma era peligrosa, daba igual quien fuese el portador, sobre todo si esta estaba nerviosa como se veía claramente. Exhaló pausadamente al comprobar donde exactamente se dirigía su punto de mira, si por un casual aquello llegaba a dispararse lo mismo con mucha suerte podría librarse de morir, pero de lo que no le salvarían sería de formar parte del harén de un sultán como uno de sus eunucos.

—Bájala con cuidado, Rae —frunció el ceño cuando no sólo no le hizo caso sino que recibió además una seca negativa—, ¿no? ¿Por qué?
—Porque quiero irme de aquí.
—¿Irnos?
—Sí, ahora mismo.
—Cálmate, me he recorrido los alrededores y no hay nadie —dio un paso adelante—, sólo estamos tu y yo.
—¿Y que me dices de mañana o dentro de tres días? ¿Qué pasará cuando llegue y te mate? —inquirió subiendo el tono—, porque si llega a estar ahí fuera hubieses muerto sin esto—, movió la pistola haciendo que él diese un respingo.
—No volverá a suceder ¿de acuerdo? Siempre la llevaré conmigo.
—Claro que lo harás, pero en la ciudad, como debió de ser desde un principio —afirmó acercándose hasta que el endurecido metal le rozó el ahora encogido miembro—. Nos vamos, ahora.

Asintió para hacerla coger confianza y en cuanto notó que la presión comenzaba a desaparecer, ladeó el cuerpo y con un rápido giro de muñeca la desarmó tras asegurarse que no suponía ningún peligro dejó la glock sobre el sofá. Enfadado la tomó de la nuca, la acercó chocando ambas frentes y llevó la palma ahora libre a la pernera de su pantalón.

—¿Crees que podrías vivir sin esto, cariño? —masculló apretándola contra él—, porque yo no y menos ahora.
—Lo que no podría es sobrevivir sin ti ¡idiota! —admitió deshaciéndose del agarre y comenzando a pegarle en el tórax—. ¡Quiero irme!

Los golpes no supusieron nada para él, mientras que su confesión le produjo tal alegría que tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no echarse a reír. Esa puerta que acababa de abrirse no pensaba cerrarla a no ser que estuviesen los dos juntos, entonces le daría una patada para que el mundo quedase fuera y ellos pudiesen disfrutar del tiempo perdido y del que vendría. Pero en el estado en que se encontraba difícilmente lo iba a conseguir, así que como los grandes males precisaban de grandes remedios se agachó lo suficiente para poder agarrarla y subírsela al hombro. Ignorando sus gritos y pataleos se acercó hasta la mesilla, abrió el cajón y tras coger lo que necesitaba la dejó caer en la cama sin muchos miramientos, requería de esa momentánea sorpresa para poder asirle las muñecas sin problemas y esposarla al cabecero de la cama.

—¡Charlie suéltame!
—En cuanto te relajes —le aseguró quitándose el anorak y dejándolo a los pies del lecho.
—Ya lo estoy —afirmó entre dientes.

Con una sonrisa dejó deslizar la mirada a lo largo de la curvilínea figura, para terminar de posarla en el fragmento de piel que se veía por encima de la cintura del pantalón gracias al forcejeo de antes. Tragó saliva. Esto iba a resultar difícil, pero lograría calmarla y se haría escuchar.
Obligándose a ir despacio, se quitó las botas y prendiendo sus oscuros ojos en los garzos de ella, se subió a horcajadas encima sentándose sobre sus muslos para inmovilizarle las piernas.

—¿Qué coño estás haciendo?
—La buena de Rae soltando un taco, mmm, me gusta.
—Voy a hacer algo más que eso como no te bajes y me liberes —amenazó fulminándole con la vista a la vez que zarandeaba la atadas articulaciones.
—Te vas a hacer daño, para ya —avisó sujetándola los brazos.
—Quítame esto —pidió quedamente.
—Prometo que lo haré en cuanto hayamos hablado ¿de acuerdo?
—Podemos hablar sin estar esposada.
—Cierto, pero prefiero prevenir —indicó serio.

No le gustaba sentirse como una presa ni mucho menos que la obligasen a algo que no quería, pero esos imperturbables ojos no le dejaban otra opción. Escucharía, pero que luego se preparase para su venganza.

—Adelante.

Exhaló disimuladamente, había llegado la hora de la verdad, la marcha atrás ya no era factible y ni ganas que fuese así.

—Mi hermano no era lo que parecía —comenzó a decir dejando caer los brazos a los lados.
—¿Tony? —inquirió con el entrecejo fruncido.
—El único que tenía.
—Pero él...
—Él te mantuvo a ti y a muchos en la ignorancia, incluso lo hizo conmigo durante muchos años —la interrumpió con la ira reflejada en su rostro.
—Que hizo exactamente para que hables así de él —dijo suavemente con el corazón encogido esperando las palabras que comenzarían a salir por su boca y que muy probablemente la herirían— Cuéntame.
—Fue muy duro averiguar que mi hermanito había dejado de ser un chico responsable para convertirse en un ser rastrero —admitió cerrando los párpados durantes unos segundos.
—¿De qué estás hablando?
—Soy policía, estoy harto de ver la mierda que hay en las calles, el odio, la avaricia, la corrupción, la perversión que hay en cada esquina y en muchas supuestas honorables familias, después de tantos años debería reconocer cualquiera de esos vicios ¡y en él no fui capaz!—, golpeó el colchón con los apretados puños—. Mi deber es ayudar a la gente y con él no lo hice—, terminó apenado.
—No debes acusarte, eres un simple ser humano, es imposible que estés en todo.
—¿Sabes que trapicheaba con drogas y que su vida giraba en torno a los juegos? Y fíjate por donde yo terminé haciendo lo mismo, apostando y jodiéndote la vida, tal y como él hizo con muchos otros —masculló con la aversión reflejado en su cara.
—Charlie...
—No Rae, me doy asco a mi mismo y siento una vergüenza terrible.
—Me niego que sientas eso de ti mismo.
—¿Cómo no voy a hacerlo? Si hubiese prestado un poco de atención a lo tenía en casa en vez en la de los demás, él no hubiese caído en esas porquerías, seguiría vivo y yo no tendría que haber recurrido a la maldita apuesta—, acarició con un nudillo el pómulo de ella—, jamás quise hacerte daño, pero estaba desesperado.
—¿Qué pasó? —preguntó necesitada de saber y aún sorprendida por la descripción que un Charlie arrepentido, acaba de hacer del que consideraba su amigo.
—Sabes que murió atropellado, que cogimos al causante de su muerte y que este se suicidó cuando se vio acorralado.
—Si.
—Lo que no sabes es que todo sucedió por un tema de juegos, el asesino perdió una gran suma de dinero y mi hermano, junto con su compinche, no sólo le hundió a él en la miseria, sino también a su familia, su esposa y dos niños pequeños.
—Oh, Dios.
—Me enteré de esto más tarde, cuando su mujer desesperada acudió a mí. Todo este tiempo he estado ayudándoles, casi toda mi nómina iba para ellos, pero necesitaban más para no perder la casa y de pronto llegaron mis compañeros con la estúpida sugerencia y vi el cielo abierto, no me paré a pensar en las consecuencias. Demasiado tarde me di cuenta del daño que eso te causaría y de lo mucho que ello llegaría a afectarme.
—Debiste contarme, Charlie, te hubiese ayudado.
—¿Cómo? ¿Amargándote por no poder pagar la torpeza de tu amigo? Prefería mil veces que me odiases a que supieses la verdad, aunque cuando eso sucedió... joder, fue demasiado duro —admitió apretando fuertemente los párpados—. Quise morirme Rae, te juro que quise que se abriera la tierra y me tragase al ver la desilusión y el asco en tu cara.
—Mírame, por favor —requirió desesperada—, préstame atención—, continuó cuando consiguió su propósito—, toda mi vida he recibido burlas constantes y jamás imaginé que tu formarías alguna vez parte de ellas.
—Perdóname —imploró con los ojos húmedos.
—Escúchame. Sinceramente nunca creí que pudiese levantar cabeza, soy demasiado débil, pero con el cariño de mi gente estoy logrando superarlo. Si te digo que te perdoné te estaría mintiendo, pero esa pena se suavizó con el transcurrir de las semanas y... y el amor que siempre sentí por ti permaneció, a mi pesar, intacto.
—Rae...
—¿Te quieres callar? —espetó intentando seguir.
—Me callo —respondió queriendo darse de hostias ante la nobleza y comprensión que estaba recibiendo.
—Me duele haber averiguado como era en realidad Anthony, él fue mi mejor amigo y si tú te sientes culpable ¿cómo crees que debo sentirme yo? Me siento ridícula y estafada, pero eso no quita que le siga queriendo y que hubiese hecho cualquier cosa por ayudarle, tal y como él hizo conmigo en numerosas ocasiones. Te honra lo que has estado haciendo y aunque no debería decírtelo, porque me lo ocultaste y porque me desgarraste en dos con tu comportamiento, te comprendo.

Sin darse cuenta de lo que hacía, se agachó y la rodeó con sus brazos, pegándola a su palpitante pecho. Apenas podía creer las palabras que acababan de entrar por sus oídos, aunque nítidas y sinceras parecían irreales. Sin poderlo evitar sollozó desconsoladamente como un niño, dejó que toda la presión que durante este tiempo había estado ahogándole, saliese al exterior sin pesadumbre alguna. No podía creer en su suerte, la mujer que amaba por fin lo sabía todo y lo entendía y además confesó que le quería, que ni un solo instante dejó de hacerlo.

—Charlie ¿qué tal si me sueltas y así puedo abrazarte a mi vez?

Se incorporó despacio y cuando las emociones que titilaban en los clareados ojos le golpearon, se le cortó la respiración.

—No.
—¿No? —como respuesta recibió una abrasadora mirada que se deslizó hasta posarse en sus senos e hizo que los pezones se irguiesen—. Esto es avasallo.
—Te equivocas, esto es deseo —afirmó con la voz ronca.


Continuará…



¡¡¡FELIZ HALLOWEEN!!!

9 comentarios:

Noel Arias dijo...

Chicas son increibles y siempre me tienen atrapadas con sus historias y cada capitulo.

Sin embargo, en esta ultima parte, la gran explicación de Charlie, me resulto rara. Siento que todo fue muy rápido y muy simple.
Me esperaba un poco de incredulidad por parte de Rae y que Charlie se explayara mas en su arrepentimiento que en justificarse por sus acciones.

No se...sera que me esperaba una revelación mas impactante, que el oscuro pasado de su hermano.
Ademas, soy melosa y cursi, no lo niego, jaja.
Crei que Charilie derramaria algo de miel para ablandar a su chica y luego proponer la ultima sugerencia.

Buen el tip de la las esposas.

De todas formas saben que amo su historia y esto es solo una observación.

Un beso enorme y ya aguardo por el proximo capitulo!!

J.P. Alexander dijo...

Uy Charlie a pesar de todo tiene algo que derrite, me fascino la frase final.

Laura dijo...

Bueno ya Charlie aclaro xq hizo la apuesta pero eso no quita q jugo con Rae y la hirio mucho,me alegro q hablo las cosas ahora ver q pasara con ellos y con ese final, lo q me tiene preocupada es el q si el tipejo q persigue a Rae llegara ala cabaña ojala q no umm q intriga,muchas gracias x el capitulo saludos chicas y se cuidan mucho!

Lighling Tucker dijo...

y aki estoy en mi visita semanal!! jajaja leyendo!!! k romantico todo!! la pobre rae ha sufrido tanto k me gusto k el escuchara todo lo k tenia k decirle, k se habían burlado tanto de ella y se había sentido tan debil... es hermosa y noble.

tan dulce e inocente k da pena k la dañara de esa manera. vale k charlie al fin aclaro las cosas y (ya tocaba jajaja) hablara con ella por una vez de esa manera.

esperaba esta escena, me gusta cuando ella pide abrazarlo y el se niega jajajajaja es bueniisimo xk me los imagino, el agarrandola con fuerza y ella tratando de respirar jajaja

sois geniales niñas!!

un abrazo!!

AKASHA BOWMAN. dijo...

No me disgusta ver a Charlie ejerciendo de caballero andante (realmente creí que habría alguien espiando desde el otro lado de la ventana) aunque en su caso se trate de un caballero un tanto... embrutecido jajjajajajajaj

No tiene muy buenos modos y es algo brutito (véase agarrar la mano de Rae y llevársela a la entrepierna) pero no deja de ser un tipo adorable y tierno bajo la dura capa de altivez que muestra. Hace tiempo que me gusta y desde siempre me ha llamado la atención su imperfecta perfección, estoy deseando que las cosas se suavicen entre ellos dos y puedan llegar a un acuerdo romántico.

Perdonad la tardanza esta vez.

Un beso y buena semana.

MariCari dijo...

Uyy mi comentario debió subir al cielo.. claro con el subidón del capítulo, je ,je... porque parece que las cosas van colocándose en su sitio... como siempre muy bien escrito, amiga... estupendamente... Bss

Emilia dijo...

Lo siento chicas, pero no me gusta la explicación de Charlie, me deja fría e indiferente, como que no cuadra que alguien que ha estado ayudando a personas que no conoce, haga daño a alguién a quien considera su amiga, máxime cuando sabía perfectamente el daño que le haría a RAE, insegura como persona por haber sido el blanco de las burlas de los demás, y enamorada de él...

Wendy dijo...

Hola chicas, me he perddído algún capitulo pero ya estoy de vuelta.
Por lo que he leído, Charley y RAe ya son capaces de una buena comunicación aunque no me convenza, para nada, la explicación o justificación de e´, los fines no siempre justifican los medios, creo que se pasó a pesar del aprieto en el que estaba.
Veo a RAE generosa y sobr todo muy colgada como para confiar en é´l y perdonarle.
Un beso.

Violeta dijo...

Hola!!! Soy socia del Club de las Escritoras como tú, he decidido seguir a tooodas las socias, porque me parece una idea fnatástica para conoceros y ver las maravillas que hacéis en vuestros Blogs, así que te sigo y espero que tu también te pases y te quedes por:

Adolescentealos28.blogspot.com

(Como a algunas ya os seguía y a otras no, para no saltarme a nadie este mensaje os lo dejo a todas :))

Bss de color Violeta...

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