jueves, 10 de enero de 2013
INGRATA PASIÓN (por Adela)
Las
caricias de las callosas yemas que tan sabiamente me torturaban encumbrando mi
pasión hasta que mi voz enronquecía por los gemidos y mi cuerpo quedaba laxo
tras el delirio, perduran aún en mi piel fundiéndose con el eco de las cautivadoras
palabras que me envolvían entibiándome el alma.
Las
copiosas risas todavía vibran en mi mente, aunque van perdiendo diafanidad y
los radiantes colores que la tapizan se opacan con tanta presura que asusta.
Los
instantes de tristeza y de apoyo se quedaron en horas de consuelo que ofrecí
con hidalguía, mientras mis aflicciones permanecieron fluyendo sin aliento
alguno.
El
amor se quemó por la voracidad de tu egoísmo y las cenizas que dejaron no
templan a la víscera que un día latió desbocada adorándote.
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1 comentarios:
Jje genial fragmento, te extrañaba y te mando un beso se me cuidan chicas
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