Esos que se pasan una vida sin vivir, ocupados no en ser mejores sino en ser más que los demás, esos que por que a veces ganen una mano creen que vencerán una partida ya amañada desde su comienzo. Yo reparto las cartas y siempre guardo los ases entre las mangas de mi raída túnica, esperando con paciencia el momento de mostrarlos. No hago distinciones entre razas, clases, género o edad, todos me gustan, ni tengo prisa después de todo, mi existencia es eterna desde que el mundo es mundo y quien sabe si más allá de su final, seguiré aquí.
domingo, 6 de octubre de 2013
DESTINO FINAL (por Mariola)
Sentada al borde del abismo balanceo mis esqueléticas
piernas. Observo con detenimiento a esas criaturas llamadas humanos. Ah, pobres
diablos tan prepotentes, tan pagados de si mismos, esos que se creen dueños y
señores, amos del mundo subidos en pedestales de barro, amasando fortunas, codiciando los bienes ajenos, envidiando a
sus semejantes… Insulsos pecadores, llenos de taras, asesinándose entre si por
riquezas que jamás poseerán, matando en nombre de dioses que nunca vieron, justicieros
de la nada...
Esos que se pasan una vida sin vivir, ocupados no en ser mejores sino en ser más que los demás, esos que por que a veces ganen una mano creen que vencerán una partida ya amañada desde su comienzo. Yo reparto las cartas y siempre guardo los ases entre las mangas de mi raída túnica, esperando con paciencia el momento de mostrarlos. No hago distinciones entre razas, clases, género o edad, todos me gustan, ni tengo prisa después de todo, mi existencia es eterna desde que el mundo es mundo y quien sabe si más allá de su final, seguiré aquí.
Esos que se pasan una vida sin vivir, ocupados no en ser mejores sino en ser más que los demás, esos que por que a veces ganen una mano creen que vencerán una partida ya amañada desde su comienzo. Yo reparto las cartas y siempre guardo los ases entre las mangas de mi raída túnica, esperando con paciencia el momento de mostrarlos. No hago distinciones entre razas, clases, género o edad, todos me gustan, ni tengo prisa después de todo, mi existencia es eterna desde que el mundo es mundo y quien sabe si más allá de su final, seguiré aquí.
Me alzo sobre mis pies y comienzo mi implacable caminar, es
hora de cortar algunos hilos del
destino, de recoger parte de la cosecha.
Sonrío de anticipación imaginándoles perdiendo
su vanidad, el orgullo y la dignidad, con las caras desencajadas, los ojos desorbitados
y lastimeros, las bocas abiertas emitiendo silenciosos gritos de terror, por
que todos tiemblan de miedo ante mi presencia. Y ahí desnudos, solos y con las
manos vacías, alzan la vista hacia mis cadavéricas cuencas e imploran llorosos
lo que les fue concedido y no supieron valorar, tiempo para amar, crear,
lograr, para existir más allá de respirar.
Y tú que ahora me lees, recuerda que la vida no es infinita.
Aprovecha cada instante, por que quien sabe, tal vez seas el siguiente en recibir
de mi visita.
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2 comentarios:
Buen relato, extrañaba leerlas, se me cuidan
Muy bueno :) como siempre un gustazo leerlas.... un beso preciosas
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