martes, 10 de agosto de 2010

CONQUISTADO POR UN SUEÑO Capítulo 17




Aún aferrado a los hombros de su hombre, Aldair trató de digerir las palabras de Kai. Su padre no podía estar muerto no, él no. Sin decir una palabra y sin volver la vista hacia la mujer que tenía a su lado, echó a correr camino del castillo.

Liana no necesitó ver el rostro de Aldair para darse cuenta de la lividez que lo cubría, no necesitó ver sus ojos para percatarse del dolor que debía brillar en ellos. Solo con ver la tensión de sus bíceps al sujetarse al muchacho que portaba las desagradables noticias fue más que suficiente.

-Kai –susurró al ver al hombre encaminarse a la fortaleza-, ¿Balduf está…? -la angustia no le permitió acabar la pregunta.
-No, señora, está vivo.
-¿Es muy grave?
-Si he de ser sincero –contestó sin girarse-, y aunque no tengo conocimientos de sanación, creo que deberíamos prepararnos para lo peor.
-Gracias –musitó revolviéndose hacia el lago.

Liana se abrazó a si misma y clavó la vista en el agua que con los rayos del sol destilaban destellos plateados. Sintió como los ojos se empañaban y sus mejillas se humedecían lentamente, apenas llevaba un día en aquel lugar y aunque apenas le había tratado, ese hombre emanaba algo que le trasmitía buenas vibraciones. En el mismo instante que posó su mirada en Balduf McRea percibió su diversión y su calma, algo dentro de ella se abrió, luego en el salón, cuando posó la mano sobre la suya para trasmitirle su apoyo y calidez, descansando en ella aquellos profundos ojos repletos de ternura, que supo a ciencia cierta que en él tendría un aliado, un padre.

Pero no era solo eso, la pena que atravesó a Aldair al pensar lo peor sobre su progenitor la traspasó como un puñal. Había visto a ese hombre al que amaba tanto dominado por diversas emociones, enfado, confusión, cegado por la pasión, relajado y convulsionándose de la risa, jamás hasta ese momento sus rasgos mostraron tal desolación, ni siquiera cuando le negó el medallón. Se apartó las lágrimas de la cara. ¿Qué estaba haciendo allí lamentándose? Debía ir junto a su hombre tal vez no podría hacer nada para aliviar su pesar, pero le ofrecería su consuelo si lo peor sucedía. Se giró y corrió en su busca.

Aldair subió los escalones de tres en tres con el corazón en un puño, la gente se agolpaba en el corredor, pero se apartaron tan pronto lo vieron llegar. En un par de zancadas estuvo frente a la puerta del dormitorio, le tembló la mano al tocar el picaporte y el miedo le recorrió antes de atreverse a abrirla.

La habitación se hallaba en penumbra, en el centro de la gigantesca cama —con el rostro pálido e inerte— yacía su padre. El corazón se le quebró hasta que el leve movimiento del pecho, que subía y bajaba muy despacio, le indicó para su alivio que aún respiraba. Fue en ese momento, cuando la nube negra desapareció, que se fijó que no se encontraba solo, una mujer humedecía un paño en agua y lo depositaba sobre su frente, otra le arreglaba las sábanas, mientras una tercera se afanaba por llevar una jarra de agua fresca a sus labios. Arrastrando los pies se acercó al lecho. Las sirvientas se alejaron para dejarle espacio.

—Padre –balbuceó emocionado, arrodillándose junto a él—, padre.
—No ha vuelto en si —le indicó un hombre posándole una mano sobre el hombro.
—Se llevó una mano al pecho y se desplomó en el salón —informó una de las mujeres—, hemos hecho llamar a los druidas, no deben de tardar.
-Os lo agradezco –contestó tomando una de las arrugadas manos que descansaban inmóvil sobre el lecho, antes de enterrar la cabeza contra el colchón.

Liana decidió ir a sus aposentos antes de presentarse frente a Aldair, se deshizo de sus vaqueros y se colocó la incomoda falda que le arañaba las piernas, no quería causarle más dolor con su conducta, al menos no en aquellos momentos. Una vez cambiada abandonó su habitación y se encaminó hacia la del viejo Laird.

Parecía que todo el clan se había concentrado a lo largo del corredor a la espera de noticias, por los rostros lastimeros que mostraban se percató de lo amado que era el anciano Balduf y que si algo malo le llegase a suceder su gente sufriría su pérdida hasta lo indecible. Su corazón se saltó un latido al pensar en la angustia de Aldair.
 Abriéndose paso como podía avanzó entre la multitud, apenas la separaban unos metros de la puerta cuando alguien la sujetó clavando los dedos en su brazo. Alzó la cabeza para protestar ante la lacerante presión, pero sus labios quedaron sellados ante la rabia que destellaba en los azules ojos de Cromwell.

—Este no es vuestro lugar.
—Mi lugar es donde está Aldair —contestó con vehemencia— y si él está ahí, mi sitio entonces está dentro de ese cuarto.
—Dejad de decir necedades y apartaos de nuestro camino —gruñó empujándola a un lado—, no hacéis más que estorbar.

Mordiéndose la lengua para evitar formar un escándalo, pues era consciente de lo importante que era que Baldulf recibiera atención, dejó que la apartara. cuando los tres hombres ya se disponían a entrar, tocó el hombro del último de ellos. El anciano se revolvió y la examinó detenidamente.

—Señor, ¿puede decirle que estoy aquí? —el hombre asintió con la comprensión reflejada en sus retinas, antes de darle la espalda, cruzar el umbral y cerrar la puerta tras él.

 Aldair se incorporó tan pronto vio entrar a los sabios, los cuales fueron directamente hacia el enfermo sin prestarle demasiada atención.

—No ha despertado –dijo mesándose con gesto nervioso el largo cabello.

Aballach —el más joven de los tres— se acercó a su lado, mientras los otros dos susurraban algo cerca de la oreja del moribundo, pasando las ajadas manos por su rostro y su pecho.

—Deberíais salir, mi señor —le aconsejó— aquí no sois necesario.
—Prefiero permanecer cerca de mi padre.
—Es normal y os prometo que lo entiendo —le agarró un brazo y caminó con él hacia la salida—, mas entorpeceríais innecesariamente nuestra labor y además la mujer que os acompañó esta preocupada.
—Liana —se había olvidado completamente de ella.
—Liana —repitió el druida— me pidió que os dijera que está fuera. Id con ella, parecía realmente afectada, os avisaremos vuestra presencia es necesaria—, dicho lo cual se alejó para reunirse con sus compañeros.
Aldair observó nuevamente el cuerpo macilento de su progenitor y como los buenos hombres comenzaban a sacarle la ropa, a humedecer sus labios y a orar entre murmullos.
 Rezó para que pudieran hacer algo por él y si aquello no fuese posible, que los dioses le tuvieran destinada una muerte apacible y justa.
Con paso cansado abandonó la estancia.

La gente congregada se arremolinó a su lado demandando noticias sobre la salud de Baldulf, él no pudo menos que encogerse de hombros y agradecer la sincera preocupación e interés que mostraban. Apretando manos, dando y recibiendo palmadas en la espalda, se fue abriendo paso buscando a Liana. Alejada de todos y recostada contra un muro, lo miraba fijamente. Necesitado de su consuelo se encaminó hacia ella.

El dolor y la pesadumbre que se evidenciaba en él no le presagió nada bueno, quiso correr y abrazarle, pero su clan lo requería, todos deseaban mostrarle su apoyo, así que decidió que lo mejor era permanecer al margen y aguardar con paciencia que llegara su turno. Cuando él por fin la vio, se acercó a su lado y la rodeó con sus brazos.

—Aldair —suspiró aprensándolo más fuerte.
—Salgamos de aquí —musitó levantando la cabeza— vayamos afuera o a donde sea pero salgamos de aquí —,pidió con urgencia— me ahogo.
—De acuerdo —entrelazó sus dedos con los de él y besando sus nudillos se dejó guiar en silencio.

Sin decir ni una sola palabra la condujo hasta su estancia privada, tan pronto cerró la puerta la soltó y fue hacia la ventana, colocando una mano a cada lado de ella se quedó mirando el exterior mientras sus hombros se sacudían levemente.

Liana observaba desde donde él la había dejado como el cuerpo de su hombre se agitaba, la impotencia de no poder hacer nada para aliviarlo era tan grande que quiso gritar. Esperó unos minutos antes de acercarse a él, con dudas alargó el brazo y posó la palma en su ancha espalda, deslizándola arriba y abajo una y otra vez.

Cuando notó la trémula mano de Liana sobre su columna, Aldair se dio cuenta que estaba dando rienda suelta a las lágrimas, abochornado se apartó los restos de estas y se giró rompiendo su contacto, apoyándose en el vano, de soslayo oteó a su mujer.

—Disculpad mi debilidad —su voz sonó rota de vergüenza.
—Llorar no es de débiles —aseguró ella acariciando su rostro.
—Soy un Laird, un guerrero de las Highlands –terció –no una muchachita.
—Eres un hombre, un ser humano que siente y padece —buscó sus ojos pero no los encontró— amas a tu padre y es normal que sufras al verlo así.
—Eso no es excusa para mi comportamiento.
—Lo es —cogió su mano para llevarlo a la cama, se sentaron en ella y con delicadeza le obligó a tumbarse, le instó a apoyar la cabeza sobre su pecho, lo envolvió en la cuna de sus brazos y comenzó a mecerlo—jamás te avergüences de demostrar tu sentimientos, ni del amor que sientes por ese hombre.

Recostado sobre Liana, dejándose acariciar y consolar Aldair fue recobrando poco a poco la compostura. En silencio le agradeció esos momentos de paz que le regalaba, para poder pensar en el ser que lo engendró. Era la ley de la vida nacer para morir. su padre ya era un hombre mayor curtido en mil batallas de las que había salido vencedor y vencido, pero siempre más sabio y fortalecido. Una buena persona que supo aprender de sus errores, que volcó todo su cariño en una única mujer a la que amó incluso después de haberla perdido y en su único hijo al que educó dentro de unos grandes valores, demostrándole que un granjero era tan necesario y valeroso como un soldado. Baldulf McRea le había enseñado que el respeto granjea respeto, que los amigos leales eran un tesoro difícil de encontrar y que había que pulirlos y cuidarlos para que no perdieran su esplendor. Prefirió el diálogo a la lucha, pues esta era más poderosa que miles de espadas, obteniendo a cambio la admiración por los demás clanes y el amor de los suyos. Mas ahora se veía forzado a librar una contienda de la que esperaba saliese airoso.
El golpeteo contra la madera lo sacó de sus cavilaciones.

-Pasad —indicó con voz ronca.


La puerta se abrió con un leve crujir, cabizbaja y con los ojos llorosos, Moira —una de las sirvientas de más confianza— esperaba en el umbral. Tras unos segundos sin decir nada, Aldair se deshizo del abrazo de Liana y saltó de la cama como un resorte acercándose a ella.

—Hablad –instó tomándola por los antebrazos y sacudiendo su grueso cuerpo como si de una pluma se tratase.

-Mi señor –hipó con la humedad plagando sus mejillas –se os requiere en la cámara vuestro padre.

Apartando a la mujer casi de un empujón y pensando lo peor corrió hacia donde le esperaban, lo que le impidió ver la mirada malsana que Moira le lanzó a Liana y que esta no percibió al tener la vista gacha.

Su padre seguía tal y como lo dejó cuando se marchó, un enorme alivio le explotó en el interior pues por unos fatídicos por unos momentos creyó encontrarlo muerto, exhaló soltando el aire retenido y con él su temor.

— ¿Cómo está? —preguntó con apenas un susurro.

Antes de que pudieran responder, la puerta se abrió de un empellón, Aldair se giró molesto por la interrupción, pero se suavizó al ver a Liana. Tendió una mano hacia ella para que se acercara la cual fue atrapada nada más cerrar.

En cuanto hubo salido se incorporó y demandó a Moira sobre el estado de Baldulf, esta miró el lecho y emitió un gruñido de desaprobación
antes de girarse como si no existiera. Por un instante no supo si reír o enfadarse por semejante desprecio, al final regresó la mandíbula a su sitio y negando por lo bobas que podían llegar a ser las personas, decidió correr tras su amado. La necesitaba, si había ocurrido lo peor estaría destrozado por él dolor y si por fortuna no era el caso estaría a su lado brindándole su apoyo, aunque tuviera que tumbar a puñetazos a todo el que se pusiera por delante.
Cuando nadie le puso impedimento y consiguió entrar, se inmovilizó al percatarse que se había colado en el cuarto sin llamar, captando la atención de los allí reunidos. Cuando Aldair le ofreció la mano, no lo dudó un instante y se encaminó hacia él.

—Está mujer no debería… —comenzó a decir Cromwell.
—Os hice una pregunta —interrumpió mirando al lecho mientras presionaba con suavidad los dedos de Liana— ¿Cómo está?
—No hay nada que podamos hacer por él –diagnosticó Cuddle—, su corazón está débil, puede que aguante unas horas, o unos días —se encogió de hombros— ahora está en manos de los dioses.
-Entiendo –musitó clavando la vista en la moribunda figura de su progenitor— agradezco vuestra dedicación, regresad a vuestro quehaceres.

-No desfallezcáis -inquirió el sabio- continuaremos con nuestras plegarias y revolveremos entre nuestros pergaminos en busca de algo que pueda ayudarle

Tras una breve mirada de vituperio a Liana Cromwell encabezó la marcha, Cuddle le dedicó una leve sonrisa y Aballach tomó su mano.

-No le dejéis solo, ahora os necesita a su lado –murmuró antes de darle una ligera palmada y salir.

Al quedarse a solas, Aldair fue hacia la silla y se dejó caer. Liana se acercó al borde de la cama y se le rompió el corazón al ver al pobre anciano allí tendido mientras la vida se le escapaba segundo a segundo, ojala la Muerte fuera compasiva con él y se lo llevara durante el sueño si ese era su destino, con cuidado levantó el embozo de la sábana y le cubrió el pecho. Luego se giró hacia Aldair, continuaba sentado con los codos apoyados en los muslos y los dedos entrelazados tras su cabeza, caminó hacia él y se arrodilló a su lado, le acarició el cabello, los hombros y los brazos.

—Si pudiéramos regresar, podríamos llevarlo a un buen médico.
—Olvidaos de eso.
—Pues algo habrá que podamos hacer —dijo tomando su cara entre las manos, con el alma rota— no sé.
—No hay nada más, ya oísteis a los druidas —sentenció apartándose de ella.
—Oh ¿siempre aceptas lo que dicen? —se enfureció ante su conformidad—¿acaso son facultativos ¿sanadores? ¿curanderos?
—Son hombres…, —se puso en pie obligándola a seguir su ejemplo— repetid lo que dijisteis después de sanadores.
—Curanderos —repitió— ¿hay alguno en las cercanías que pueda echarle un vistazo?
— ¡Brianna!
-¿Qué? —se sorprendió de su cambio de humor— ¿Quién es Brianna?
-La mejor curandera que haya existido jamás –sujetándola por la barbilla besó suavemente sus labios—, la esposa de mi mejor amigo, ya os hablé de ella, pero...
— ¿Qué ocurre? —preguntó al ver de nuevo su gesto adusto.
—La última vez que la vi estaba embarazada, ahora el bebé tendrá unos pocos meses —se dio la vuelta— tal vez no pueda venir, su hogar está a unos tres días de distancia y no es un viaje cómodo.
—Aldair —lo rodeó por la cintura y apoyó la mejilla en su espalda— no te rindas tan pronto y manda a alguien en su busca, estoy segura que si puede vendrá a socorrerte.
— ¿Y si no puede? —Liana notó la tensión en sus músculos— ¿y si viene en vano?
—Sea como sea, debes intentarlo —depositó un beso en el centro de su columna— por él y por ti.
—Tenéis razón —se soltó de su abrazo y fijó sus ojos en ella—, iré a dar orden de que inmediatamente partan un par de muchachos en su busca.
—Ve —sonrió señalando el lecho— yo cuidaré de él hasta que regreses.

Fue hasta la silla que minutos antes ocupaba Aldair y se acomodó en ella, fijó la vista en Baldulf que continuaba inconsciente y respirando con dificultad. Recostó la cabeza contra el recto respaldo y observó los suaves tapices que colgaban de las paredes, estaba sonriendo al ver la escena de un caballero con un hermoso kilt, cuando una débil voz la sobresaltó, se puso en pie y fue hacia el enfermo. Estaba segura que la había llamado.

— ¿Señor? —preguntó al verlo con los parpados cerrados.
—Acerc…acercaos muchacha —pronunció con dificultad.
—Estoy a su lado —tomó su arrugada mano y la apretó suavemente— estoy aquí.
—Me marcho de este mundo —tosió por el esfuerzo.
—No diga eso, usted es fuerte y podrá con esto —añadió apartándose las lágrimas—, vivirá muchos años más y conocerá a sus nietos.
—Sois buena Liana –la tos se hizo más intensa.
—Le traeré un poco de agua para que alivie la garganta.
—No perdáis vuestro tiempo hija —contestó tras calmarse—. Me voy contento, porque sé que amáis a mi muchacho y le haréis feliz.
—Aguante un poco más, hágalo por Aldair —suplicó sin poder controlar el llanto— ha ido a buscar ayuda.
—Lo intentaré, os juro que me gustaría conocer a mis nietos —la respiración se volvió más lenta y Liana se asustó.
—Ay Baldi no te mueras —pidió entre sollozos— por favor.

Liana creyó oír algo parecido a un conato de risa aunque no estaba segura, quiso seguir hablándole y que le hablara, pero Baldulf McRea había regresado al mundo de las brumas.


Continuará...

GRACIAS POR LEER Y COMENTAR

13 comentarios:

AKASHA BOWMAN. dijo...

Uff sinceramente ha sido un capítulo de lo más emotivo para mí. Sin quererlo me ha echo recordar un episodio familiar y personal que se asemejaba demasiado a este que mostráis aquí.

Por cierto, tenéis que decirme donde guardáis la máquina del tiempo que usáis para remontaros atrás en la Historia. Estoy segura de que tenéis una, pues describís ambientes, escenarios y paisajes como si recién acabárais de verlos.

Juro que estuve en esa habitación en penumbra, cargada de aire viciado, con esa cama majestuosa en el centro donde reposaba casi inerte el viejo guerrero. He visto cómo se afanaban en cuidarlo las tres mujeres, solícitas, y he vislumbrado el pesar interno de Aldair.

Por cierto, ese Cromwell es odioso... siempre azuzando a la pobre Liana, hasta que un día esta pierda los estribos y entonces se arme una buena... jejeje

Poderoso caballero Aldair, que consumido en su pena y derramando lágrimas todavía teme pecar de débil y poco viril delante de su mujer. ¡Esa mentalidad machista de la época tiene que cambiar...! "...Soy un Laird, un guerrero de las Highlands"... cierto, pero resultas todavía más tentador mostrando esas debilidades internas. Eres humano, simplemente un hombre...

¡Ah y Moira! Otra cortada por el mismo patrón. ¿No era posible en la época que un druida se emparejara con una sirvienta? Grrrrr menuda pareja de alacranes harían...

Bueno nenas, de la escena final no hablo porque se me ponen los ojos vidriosos. (Vuestro talento y mis recuerdos me embargan...) Sólo decir que espero que la ansiada Brianna llegue a tiempo para solucionar el fatídico e inminente desenlace, o al menos que padre e hijo puedan despedirse como es debido.


Un gran y cariñoso beso a las dos y os espero el viernes.



PD. habéis creado en mí un vicio las tardes de los martes y los viernes increíble...jajajajja siempre pendiente del capítulo. Besos

krlitalabeba dijo...

hay que mal se va a morir no va llegar a tiempo Aldair para despedirse de su papa =( noooooo pobre de el.. pero q bien que tiene a liana asi tiene en quien apoyas y diosss ese viejo Cromwell si me caeeee mal diosss es que de verdad hay liana mantubo la decencia...


bueno chicass aki paso a leer y dejarles un saludos a las dos que sigan teniendo un buen dia

KaRoL ScAnDiu dijo...

Que hermoso capitulo mis querida...
Lloré junto a Liane y Alfair al ver asi a su padre. Ha sido un capitulo sobrebio cuanto a meociones se refiere, y aun que nos guste la marcha, los capitulos plagados de ternura son un deleite para los ojos e el corazón, y demostran los grandes escritoras que sois...

Os kiero y me muero por saber que pasa, saber si Aldair consigue traer a Brianna, que le pasara... no me dejéis sufrir demasiado;D...

Lu Morales dijo...

Hola!
¿Hay alguna situación, algún escenario, o algún estereotipo de personaje que no sepais manejar?
Me habeis dejado con la boca abierta, pues veo que no solo sabeis meter esas notas de humor, o de pasión; si os poneis a cosas serias, a manejar sentimientos, emociones, también lo haceis magistralmente.
Resumiendo, un capitulo muy emotivo, y cada cosa al detalle. Os felicito chicas. Tan solo esperemos que no os inclineis por lo trágico y nos dejeis sin Baldulf. Queremos ver a la tal Brianna en acción, curandolo!!!

Besos!

J.P. Alexander dijo...

Ojala se sane me dio mucha penita este capitulo. Muy bello me encnata como Liana apoya Aldair su relación va creciendo. Sigan chicas.

Anónimo dijo...

oo dioss no se puede morir!! ainss como llore en este capii...

Moira no me gusta nada me da mala espina..y el final? k era esa risa?? ainssss

deseando k sea viernes ya!! besoss xicas seguid asiii os adoroooo ^^

Ithaisa

pepis dijo...

Ay chikkkkas ustedes de verdad que me tienen hipnotizada con la historia. el cap. me ha hecho llorar . ha sido un cap. super emotivo . y mi pobre suegrito BALDI hummmmmmmm esta malito ay pobre... ojala que Briana llegue a tiempo.
el detallazo de Liana de esperar, cambiarse de ropa para no dar guerra y estar junto a Aldi waoo que lindo . La chikka esta enamoradisima (que romantico)
aaayyyyyyyyyyy esa Moira condenada es insoportable y el druida ese hummm yo pense que era sabio ,pero es un hijo de la guayaba, dan ganas de enrollarle la barba del pescuezoooooooooooo ,esos dos sacan lo peor de mi jiji.
bueno chikkkas el cap. estuvo genial aqui tengo mi cita para el viernes con ustedes se me cuidan , besitos.

Sabry Sandal dijo...

Por que mataron al suegro??!!

Quiere decir eso que al fin no nos reencontraremos con Brianna y su esposo obtuso?? (Vamos, bien cabeza dura que era el tipo, lo recuerdo!

He llorado a moco tendido con Aldie, poheshito... Me encantó como lo consoló Liana (suspiro) esa chica tiene las palabras indicadas en el momento justo...

Qué pase rápido la semana para que se resuelvan todas estas incógnitas, Watson!

Cariñitos para todas, muaks! =D

Sabry Sandal

Ana Catalina dijo...

Hola, hola... Dios estaba que se me saltaban las lagrimas de lo emotivo que fue el capi... Por favor no dejen que se muera Balduf sería muy bonito que conociera a sus futuros nietos... en fin Saludos :)

Lara D dijo...

uyyy esperemos que llegue a tiempo :( es triste el capitulo... dejen al abuelito vivir para ver a sus nietos.

POr cierto ..MAriola Feliz cumpleeee!!! (atrasado perdon!!! pero mas vale tarde que nunca ¿verdad?) espero que hayas disfrutado de los hombres que te consiguio Ade . Me rei con ese casting que realizo solo para ti.

Ade..si si Lebo es tuyo.


Besos!!!

Iris Martinaya dijo...

Si viene Brianna, vendrá también Niall? Siiii, ya le espero con ganas.
Cromwell, se lo va a poner difícil a Liana, y Moira peor por lo que se ve también. Liana, aunque algunos la han aceptado, pienso que en más ocasiones de las debidas se siente fuera de lugar.
Espero que al padre no le pase nada, que Brianna pueda hacer algo.

Un beso y feliz miércoles

veronik dijo...

Hooooo¡¡¡¡ este capitulo me emociono hasta las lagrimas niñas....algo me dice q tendre q ir por mas pañuelos jejeje.....Besos¡¡¡¡

PD. pasando lista ¡¡¡ por poco y se me pasaba por andar buscando pañuelos jejej

INFECTADA X dijo...

Uy, Uy, Uy.
1º El pobre viejo seguro que va a morir
2º Lo que habrá tenido que tragar la pobre LIana para ponerse la faldita que produce orticaria (seguro que está guapísima y si tiene el pelo corto que se haga una cresta)
3º Esa Moira, me ha encantado verla en escena. Quiero saber como es físicamente. Describidla guapa y exhuberante pero que sea mala malísima.

Esto se pone interesante. Me ha encantao almejillas. Sois unas artistas. Empecé leyendo el de Iris hoy y la verdad es que no se por qué pero cada día todas escriben mejor. Lo que se están pediendo las editoriales que venderían estas novelas como churros. Besos infectados

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