martes, 28 de septiembre de 2010

CONQUISTADO POR UN SUEÑO (CAPÍTULO 25. 2ª parte)




La cena transcurrió en el entorno festivo que se esperaba, la cerveza corrió como si fuera un caudaloso río, las bandejas de las carnes de venado y aves pululaban por doquier despertando la gula de los comensales ante su intenso olor, las frutas y los pasteles que las cocineras elaboraron con esmero satisficieron y endulzaron los paladares al final de la noche. Tras engrosar los saciados estómagos, animados por los alegres acordes que arrancaban a una giga, algunos apartaron unas pocas mesas  animándose a cantar y danzar al ritmo de varias gaitas que se le unieron.

 Baldulf tamborileaba los dedos al compás de la música sobre la gruesa madera y sonreía, aunque la buena de Brianna no le permitía comer ni beber en exceso, estaba disfrutando mucho de aquel ambiente jocoso.

—Ojalá tuviera unos pocos años menos y unas robustas piernas —susurró acercándose a Niall—, no habría nada que me impidiera sacar a bailar a estas hermosas jovencitas que tenéis abandonadas.
—Dad gracias a vuestra edad y a esas extremidades tan débiles viejo depravado —contestó el Laird McInroy sonriendo—, es lo que os salva la vida por mirar a mi esposa de ese modo tan lascivo.
—Os aseguro que si hubiese conocido a esa belleza que habéis desposado 20 años antes, no habría habido fuerza humana que hubiese evitado que fuese mía —aseguró burlonamente antes de señalar a Liana—, y ella también.

La carcajada de Niall retumbó por todo el salón contagiando a los que tenía al lado. La curiosidad por averiguar que provocó esa alegría en su escocés obligó a Brianna a acercar la cabeza hacia los dos hombres, mas antes de que pudiera oír nada, su esposo la alzó en volandas para unirse al grupo de bailarines ante la aprobadora mirada de Baldulf y la algarabía de los presentes.

Aldair observaba complacido como se divertía su gente y los miembros de la escolta de su amigo.
 Por debajo de la mesa, buscó la mano de Liana que entrelazó los dedos con los suyos, sus miradas chocaron y él se encontró embelesado por la belleza de aquella hembra que era suya, ante el brillo de los ojos oscuros, las perfectas cejas, el gracioso cabello azabache y su boca de rosa que en ese instante le sonreía.

— ¿Os divertís? —interrogó juntando su rostro al de ella a la vez que se embriagaba con el aroma tan excitante que despedía.
—Mucho —miró hacia la improvisada pista y vio a sus buenos amigos girar una y otra vez—, que bien lo hacen.
— ¿Os apetece?
—No podría —contestó divertida al ver los complicados movimientos que hacían con los pies y que jamás fue capaz de aprender—, si fuese disco o rock tal vez.

Aldair parpadeó confuso pues durante un instante se imaginó a su gente danzando con esas estridentes composiciones que lo habían vuelto loco cuando lo llevó a los abarrotados recintos, rechazó el escalofriante pensamiento ahora lo que deseaba era subir con ella a sus aposentos y tomarla hasta que ambos quedaran exhaustos. Se incorporó sin soltarla obligándola a ponerse en pie.

—Vayamos a dormir.
—No podemos —se relamió los labios al percatarse del deseo que relucia en sus bellos iris—, es una falta de educación dejar a los invitados.
—Ya se irán cuando estén cansados —aseguró siguiendo el movimiento de la sonrosada lengua—, os deseo Liana, os deseo ahora.
—Pero…

Su réplica se vio encubierta bruscamente al ser aupada sobre el ancho hombro de Aldair y el rostro se le encendió al oír las risas de los que allí se reunían junto con el grito de Baldulf al animar a su hijo con un:
“Así se hace muchacho”, luego la voz grave de Niall añadió: “Levantemos nuestras copas a la salud del Laird McRea, gran amigo y gran hombre mi hermano”. Los gritos de jubilo estallaron por la estancia al mismo tiempo que ella enterraba la cara entre sus manos completamente avergonzada.

—Agradezco la deferencia que tenéis conmigo y me complacería beber con todos vosotros —rió dando una nalgada a Liana—, pero entended que ahora tengo algo más interesante entre manos.

Una pequeña venganza hizo presa en ella al escucharle presumir tan descaradamente y  oír las risotadas de la concurrencia, agarró kilt y empezó a levantarlo.

—¿En serio queréis que otras mujeres disfruten de lo que es vuestro? —interrogó Aldair con un deje de diversión.
—Mierda  —increpó soltando la tela al darse cuenta que él tenía razón, ese culito era sólo para su disfrute, las demás que se buscasen el suyo propio.
—Sabía que el egoísmo de mi dama saldría a relucir —murmuró acariciándole las posaderas.
—Y ahora si me disculpáis debo atender las necesidades de mi señora, que me indica que se muere porque la envuelva en mis brazos —soltó una carcajada cuando la sintió dar un respingo—, no seáis impaciente mo gràdh, debemos ser educados con los visitantes—, con las retinas chispeantes de diversión se dirigió una vez a los allí reunidos—. Mujeres, divinas criaturas sin un ápice de aguante.
—La madre que te parió —chilló golpeándole al final de la espalda.
—¿Oís muchachos? Está deseando ser madre —gritó de camino hacia las escaleras—, tengo un arduo trabajo por delante para hacer realidad los deseos de mi esposa.

Subió los escalones con los bramidos de su gente pidiendo un fuerte heredero y deseándole resistencia para lograr su propósito.

En cuanto llegaron al cuarto se dirigió hacia el tálamo y la soltó abalanzándose sobre ella como un ave de rapiña, pero Liana fue más rápida y rodó sobre sí misma dejándole besando la almohada.
Estaba encantada con su ruda actuación, le resultó tan románticamente cavernícola, y estaba ansiosa por sentir el placer que le prometían sus encendidos orbes, aunque no se lo iba a poner fácil, se mostraría ofendida y molesta por el trato recibido, después de todo la había ridiculizado sacándola de la fiesta como si fuera un fardo.

— ¿Cómo has podido? —Le echó en cara aparentando una ira que no poseía—, Dios mío, ¿qué pensará de mi todo el mundo?
—Os dije que os deseaba —volvió a cernirse sobre ella, que se giró para evitar su contacto.
—Bruto, animal —se puso en pie y se dirigió a la puerta—, déjame en paz.

Liana corrió riendo hacia el cuarto de Baldulf —pues sabía que este se encontraría todavía celebrando— había podido  ver la cara de pasmo de su amante cuando salió dejándolo sentado y excitado en la cama, se acomodó en una de las enormes sillas y esperó a ver lo que tardaba en aparecer pues conociendo el carácter de Aldair y el estado de ánimo en que se encontraba, estaba segura que iría en su busca.
Comenzó a contar mentalmente, iba por seis cuando la robusta madera se abrió de un empellón y la figura altiva y enérgica de su hermoso Laird apareció bajo el dintel.

Aldair no podía creer que Liana lo hubiese rechazado, no cuando la sintió temblar de deseo entre sus brazos camino al dormitorio. Se incorporó nada más escuchar el suave portazo y fue tras ella por el corredor,  creía que la había perdido cuando vislumbró dobladillo de su falda perderse en los aposentos de su padre, sonrió pérfidamente al percatarse de su juego, iba a demostrarle a la hechicera de su señora lo inútil de su escamoteo. Fue a su encuentro y sin molestarse en llamar entró en la estancia. Allí estaba sentada frente a él mirándolo con una fiereza que desmentían sus chispeantes ónices, en dos zancadas se acercó y antes de que pudiera ni parpadear volvió a echársela al hombro.

—Maldito seas Aldair —le increpó pataleando—, ¡no soy un saco de patatas!
—Sin duda sois como unas jugosas manzanas, listas para el primer bocado —afirmó demostrándoselo.
—¡Ayyy!
—Lo lamento —añadió sin rastro de arrepentimiento—, os daré un besito en la parte lastimada para que se os calme el dolor.
—Idiota —gruñó revolviéndose—, deja de comportarte como un troglodita y bájame.
—¿No queréis curaros?
—Me sanaré en cuanto me bajes y pueda darte una patada en los testículos.
—Lo que mi entrepierna desea otra cosa de vos, mo grádh.
—Pues me importa una mierda —bufó cuando tras entrar y cerrar con el talón la dejó en el suelo—, así que olvídate de mí.
—Me pedís un imposible —murmuró con voz ronca tendiendo una mano hacia ella—, venid.
—Te he dicho que me dejes en paz —se levantó la falda hasta las rodillas para quitarse los zapatos.
—¿Queréis jugar? —preguntó fijando la vista en la pantorrilla.

Haciendo caso omiso a sus palabras comenzó a desatarse las cintas de su corpiño, dejando al descubierto parte de la blanca camisola que apenas le cubría los pechos.

—¿No piensas irte? —preguntó relamiéndose los labios.

Sin decir una sola palabra y sin poder desprender la mirada de la provocadora lengua, reculó hasta que sus rodillas tocaron el colchón y se sentó en su borde deleitándose con la imagen de su mujer desvistiéndose. Ya había apartado los lazos del justillo dejando al descubierto parte de la casi transparente tela tras la cual se dibujaban los turgentes senos, entre los cuales descansaba la joya que perteneció a su madre. Su verga se endureció aún más cuando, con deliberada lentitud, contempló como se sacaba el vestido por los hombros y lo dejaba caer a sus pies.

—Os gusta tentarme pequeña sibila –recorrió su cautivadora figura con lujuria antes de dejarse caer de espaldas sobre la cama.

Liana lo estaba pasando realmente bien, su intención era hacerse de rogar y se estaba divirtiendo de lo lindo al ver la excitación bosquejarse en su rostro con su travieso juego, disfrutó al ver la tensión de sus poderosos hombros cuando el traje cayó sobre la piedra.
Todo su cuerpo ardió de necesidad de ser tocado, besado, poseído bajo el fuego verde que desprendía su mirada. Sintió como sus braguitas se humedecían por el anhelo que la consumió al apreciar la enorme erección que hacia que su kilt se alzara sugiriéndole todo el poder de su deseo. Con los ojos brillando de lascivia y presta a finalizar el argado, caminó hacia él cuando se tumbó con los brazos cruzados bajo el cuello sin dejar de devorarla, pero se detuvo al verlo removerse en la cama.

Aldair estaba más que dispuesto en satisfacer a Liana, en seguirle la corriente un poco más —sólo un poco— y luego la tendría debajo de él, la haría suya, se fundirían el uno con el otro una y otra vez hasta que ambos quedaran complacidos y sin fuerzas.
Algo presionando contra su columna lo forzó a calmar los candentes pensamientos, se sentó y rebuscó entre las arrugas de la colcha. Deslizó los dedos y encontró una bolsita  y un trozo de pergamino.

—¿Qué es esto? —interrogó agitando el saquito.
—Es mío dámelo —alargó el brazo para arrebatárselo, pero él cerró el puño evitándolo.
—¿Qué es? —insistió ceñudo al ver la palidez bañar el rostro de Liana, abrió la bolsa y vio una mezcla de hierbas, se las llevó a la nariz y el fuerte olor las hizo apartarlas con un mohín de desagrado.
—Dámela —pidió ella con dulzura—, es un preparado que pedí a Brianna para el dolor de cabeza.
—Está bien, tened —le tendió la infusión que ella agarró con fuerza—,  debéis sufrir terribles dolores si estáis dispuesta a ingerir algo tan pestilente.

Asintió con la vista baja y se acercó nerviosa, aún faltaba la receta escrita, se subió al lecho y comenzó a palpar tratando de encontrarla.

A Aldair le pareció divertida la actitud de Liana, se puso en pie para solazarse con la excitante postura y con la estupenda vista del respingón trasero que le mostraba en aquel momento.  Sabía lo que andaba buscando, bajó la vista sonriendo hacia la nota que sostenía entre los dedos, sus ojos se pasearon por las letras picudas escritas en él. Después de una primera ojeada, releyó con más calma sin poder creer lo que estaba viendo. Alzó la cabeza hacia la mujer que gateaba dando golpecitos sobre el tálamo, ahogando las ganas de gritar y de matarla al mismo tiempo.

— ¿Es esto lo que andáis buscando? —cuando ella se giró hacia él, levantó el pergamino hasta que estuvo bien visible.

Se quedó helada al verlo con la receta en la mano y por el refulgir depredador e inhumano que llameaba en sus iris la había leído. Exhalando lentamente para aliviar el nudo que se le había formado en el estómago bajó del lecho, se acercó a él y tratando de dominar el temblor que la sacudía estiró la palma abierta.

—Sois una redomada mentirosa —escupió arrugando el papel.
—Lo siento, no quise engañarte pero…
—¿Y entonces qué significa esto? —bramó lanzando con rabia el papel a sus pies.
—Deja que te explique, fui una estúpida no debí olvidarme, debí guardarlo antes de salir.
—Me estáis insultando, señora —apretó los puños ante su descaro—, ¿acaso pensabais que era un vulgar inculto que no comprendería las palabras escritas?
—No desde luego que no —se reprendió a si misma por su torpeza al llevar sus pensamientos a los labios.
—Explicaos —al verla bajar los párpados para ocultar sus lágrimas se enfureció aún más—. ¡Hablad!

Liana dio un respingo ante la furia de su voz, lo miró un instante antes de volver a clavar la vista en la punta del dedo gordo de su pie.

—La infusión es para no quedarme embarazada —susurró quedamente.
—¡Dejad de tratarme como a un ignorante! —gruñó aferrándola por los hombros obligándola a levantar la vista.
—Aldair, yo…
—¿Por qué? —demandó zarandeándola.
—Me haces daño —protestó retorciéndose para liberarse de los garfios que hasta hacía unos instantes la habían tratado delicadamente.
—Estoy esperando una respuesta —insistió sin aflojar ni un milímetro—, decidme por qué no queréis darme un hijo.
—Soy poco más que tu amante…, en realidad sólo soy eso.
—Sois mi mujer, mi dueña y señora —le tomó la cara entre las manos.
—No, soy tu concubina —se sacudió apartándose de él—, la hembra con la que retozas, a la que dices amar…
—Maldita sea, Liana aunque tengáis razón y estemos amancebados ¿cómo podéis dudar de mi amor?
—No cariño, no dudo de tu amor —aclaró con rapidez.

Liana rebuscaba inútilmente en su cerebro las palabras adecuadas para explicarle que no tenía nada que ver una cosa con la otra, por supuesto que le gustaría ser la madre de sus hijos en un futuro, pero antes quería que su clan la aceptara completamente, que Balduf estuviera totalmente recuperado y aunque pudiera parecer egoísta desde su punto de vista, deseaba disfrutar de él y su relación antes de casarse y engendrar a sus retoños.

Aldair rechinó los dientes al contemplar a la mujer que amaba, estaba tan colérico, con la vesania supurando por todos los poros de su piel que a pesar del brillo de sus ojos por las lágrimas que se esforzaba en retener, no se percató de la tristeza que se escondían en ellos.

—Quiero hijos mujer —dijo violentamente—, varones que luchen a mi lado y hembras que hagan mi vida más dulce.
—Y los tendremos.
—¿Y como pensáis dármelos ingiriendo ese brebaje? —inquirió con desdén.
—Sólo lo tomaré un tiempo, Brianna me advirtió que no es muy sano y puede resultar peligroso si lo hago con exceso —mierda, estaba hablando demasiado.

Aldair parpadeó confuso al oírla decir eso, ¿aún a sabiendas que podía resultar nocivo prefería tomarlo antes que engendrar a sus vástagos? ¡Inconcebible! El albannaich de Pro conocía la importancia de un heredero.  Un dolor desconocido se instaló en él, tal vez esa mujer que lo estudiaba con recelo no lo amaba tanto como creía, quizá había cometido un error al entregarle su alma entera y arrastrarla hasta un mundo que no le correspondía.

—Lo siento —musitó posando su mano en el brazo al ver su aflicción, él se retiró tan pronto percibió su contacto.
—No Liana, no me toquéis —estaba aturdido, necesitaba aire fresco.
 —Tienes que...
 —Callad  —exigió amenazantemente—, será mejor que me marche antes de que sigáis desangrándome y ello me obligue a defenderme.

Si le dolió que él no la comprendiera mucho más la hirió el rechazo de su gesto y del tono de su voz, pero asintió cuando se giró y se encaminó a la puerta.

—No pariré a tus bastardos —susurró.
—¿Cómo habéis dicho? —se volvió hacia ella.
—No pariré a tus bastardos —repitió orgullosa—, no lo haré, no dejaré que mis hijos sean señalados y avergonzados por que su madre fue una zorra que retozó con un hombre poderoso.
—¿Dé que diablos habláis? —preguntó acercándose.
—He leído, sé como funcionaban las cosas aquí —contestó aguantándole desafiante la mirada—, y te guste o no, tomaré la maldita poción para evitar engendrar unos niños que serían desgraciados, apartados y marcados como parias…
—Lamento que os consideréis en tan poca estima para mi —señaló examinándola de arriba abajo casi con lástima—, yo os considero mi esposa y vuestros… nuestros hijos serían tan legítimos como los de cualquier otro matrimonio.
—Pero no lo soy —espetó desdeñosa ante su escrutinio—, no soy más que…
—No lo digáis —la detuvo alzando la mano—, no pongáis en mis labios lo que jamás sintió mi corazón.
—Aldair.

Se revolvió y fue hacia la puerta deseando salir de allí, necesitaba aliviar la sequedad de su garganta con unas buenas cervezas y descargar el furor que le embargaba con una buena pelea, quizá si caía ebrio se desnucaría y dejaría de sentir la amargura que aquella mujer acababa de instalar en lo más profundo de su ser. Al llegar al umbral se giró y la encontró en el centro de la estancia, de pie con la camisola pegada a ese cuerpo que tanto anhelaba, que tanto amaba.

—No os molestéis en tomar esa porquería ya que no os volveré a poner un dedo encima —advirtió antes de cerrar de un portazo que hizo retumbar las pavesas que descansaban sobre la cercana mesa.

Rota por el dolor se dejó caer sobre sus rodillas al frío suelo y comenzó a sollozar enterrando la cara entre sus manos.


 Continuará...




14 comentarios:

Mariola dijo...

Hola chicas aquí tienen el capítulo de hoy, como siempre les digo espero que les guste y lo disfruten.

Un besazo enorme y muchísimas gracias a todas las que comentan y también a quien no dice nada por leernos.

AKASHA BOWMAN. dijo...

Diosss he estado tan centrada en la lectura, la he devorado con tanta ansia, que fue toparme con el temido CONTINUARÁ y sentirme como si batiera de pleno contra una pared de hormigón. ¡Qué malas sois, que siempre cortáis en lo mejor jejejejejje!

¡Qué bien descrita la escena de la fiesta, si hasta me vi sentada en la mesa viendo pasar ante mí las fuentes con abundante carne de venado y distintas aves! ¡Vi a todo el clan bailando y palmoteando sin parar y, desde luego, mis pies empezaban tambien a moverse al son de las gaitas y demás!

¡Me encanta Bandulf, qué viejo bribonzuelo, que aun se encuentra con ánimo de disfrutar de la visión de esas hermosas mujeres, terrible debió de ser en su juventud...!

Está de más deciros que me fascinó que Aldair tomara a Liana al hombro en medio de toda la comitiva e hiciera claro ademán de lo que se proponía hacer con ella. Para otras será machismo puro y duro, pero yo ya os mencioné otras veces que esas arrogantes muestras de virilidad me vuelven loca. No me importaría que un caballero "patilludo" me tomara de ese modo al hombro y me palmoteara el trasero (uy uy uy qué mal sonó eso en mi victoriana boquita jejejejje)

Lo que se auguraba como una noche de pasión acabó como el rosario de la aurora. Era algo que podía suceder y de hecho sucedió (espero que no tome represalias Aldair con Brianna), es normal que se muestre dolido porque en su mentalidad no cabe que su mujer no desee darle hijos. Pero hay algo que me carcome el alma... por el amor de Dios ¿por qué es que no le pide matrimonio y se casan y así deja de ser oficialmente la amante?

Ainssss... espero y no cumpla su promesa de no volver a tocarla nunca más.


Besos y esperando el siguiente.

PD. cada capítulo nuevo os superáis, las descripciones y ambientaciones son cada vez mejores y más logradas.

Anónimo dijo...

Excelente la verdad, muy bueno chicas :D

BEsos!

J.P. Alexander dijo...

Uy pobre Aldair,al sentirse herido pero Liana tiene razon ojala lo haga entender

KaRoL ScAnDiu dijo...

JODERRRRRR:....

Es lo unico que puedo decir.
El mejor de los mejores, de los mejores, del mejor... ai Dios que me esfixio... el Capítulo quedó genial.

Que pedazo de dialogos. Sentí cada una de las palabras de Aldair. Cuan triste y desolado se ha sentido. No puedo decir que no odié a Lianna por hacerle sentir así, pero la entiendo. No quiere ser la madre de sus bastardos... ¿por que narices no se casa con ella de una vez? Me cago en el too lo cagable... ¿por que me hacéis sufrir así?
Y lo peor de todo... ¿que no la volverá a tocar en la vida? No sé como pensáis deshacer eso, pero lo tenéis crudo... joeeee hasta que llegue el nuevo capi seguro que me da un patatus...
jajaja;D

¡¡BRAVOO!! espero con ganas el nuevo, muuuuuuuchas ganas;D

kisses....

INFECTADA X dijo...

Ay chiquillas, que capítulo tan emocionante. ¿Cómo se le pudo olvidar a ella ese brebaje y que lo viera Aldair?
Que discusión más fuerte. Pensé por un momento que el le levantaría la mano para darle un golpe. Entonces yo si que ne le perdonaría eso a Aldair.
A ver como sigue esto, porque me he quedado hasta preocupada y todo. Ha estado perfecto. Sois geniales. Besitos mis almejillas.

pepis dijo...

Hello . Ayyyyyyyyyyyyyyy mis Diosas hoy si estoy ufffffffff ,
me han dejado con el moco bajauuuuuuuuuuuuuu ... este gran bochinche que se ha formado de verdad que me da tristeza.
yo pense que venia el calentamiento global en la habitacion del Laird y Lianita , pero que va hummmmmmm que tremenda discucion OMG !!!!!
ya me extranaba que todo estaba tan bien hasta que exploto la bomba.
Lianita padece de alzheimer OMG !!!! pq dejastes esa bolsita en la cama ... que semejante revoluuuuuuuuu jiji. y que es eso que no la va ha tocar hummmm vamos a ver si puede resistirse con lo caliente que es el pobre jiji eso va ha estar muy interesante .
pobre mi Aldi me dio penita pero hay que hacerle un lavado de cerebro para que no piense como un cavernicola .
que le pasa no le pide matrimonio , ni le da su lugar a la muchacha por Dios que eso me saco por el techo del enojo jiji. y otra quiere hijos bastardos OMG !!! la gente no la va ha respetar .
Es que me dan ganas de picarlo pero en pedacitos chiquitillos (Aldhair ), el es bello pero brutooooooooooooooooooooooooo el solo .
Ayyyyyyy pobrecita Lianita en la que se metio ...
que gran capitulazooooooooooo espero el proximo cap. que esten bien tenemos cita el viernes , besitos.

Iris Martinaya dijo...

Oh, con lo bien que iba todo. Pero porqué no se casan y ya??? Por un lado entiendo a Liana, pero claro, Aldair...

Haber ahora que pasa, y cuanto aguanta Aldair sin tocarla. Como aparezca el salvador de Liana ahora que ella está sensible, la hemos líao.

Besos

veronik dijo...

Hola mis niñas...este capitulo....wow no se ni como decirlo pero cada palabra, cada emocion la senti muy viva uff niñas cada vez sus escritos mejoran a pasos agigantados....ahora ya no es solo ponerle play ahora es como si uno estuviera en 3persona con ellos..Felicidades mis niñas....espero con ansias el viernes porq hoy con el pañuelo estuvo genial hace ya rato q no me hacian sacar el pañuelo jeje q por cierto la fabrica de pañuelos se los agradece jejeje...un besaso niñas

PD. pasando lista¡¡¡¡ solo con un poquito de retraso ;)

Lu Morales dijo...

Hola!
Un capítulo de calidad, para quitarse el sombrero, si señor. Esta historia es la primera que leo vuestra, y la verdad es que me dejais con la boca abierta capítulo tras capítulo. Sois muuuy buenas, teneis eso que se ha de tener para meter al lector dentro de la historia, y vivirla, no solo leerla.

Besos!

Silvia dijo...

¿Solo yo quiere tener a Baldulf de suegro?
Con lo bien que iba todo, con Aldair todo un macho, con la alegría de su gente al verle actuar así y tubo que pasar eso.
Gracias por este capitulo.

Un Viaje de Amor y Erotismo dijo...

Shhhtttt!!!

Son problemas mucho más graves de lo que yo sospechaba... el chico está herido y Liana está... jodida... Menos más que tengo la continuación a un click de distancia, por que no hubiese podido soportar la agonía de esperar tres días para leer... (Un poco melodramática???... NO!, es la pura realidad!)

Genial capi, chikis!!

Sigo leyendo!

Sabry Sandal

Irene Comendador dijo...

Hay mis reinas de las palabras, pero que capitulo mas triste, el que el encontrara la eceta y ella no pudiera explicar adecuadamente sus razones, han echo que se separen, y cuando parecia que iba a haber un inminente encuentro de los que a mi me gustan, jaajajjaj
me los imagine corriendo por los pasillos como dos adolescentes, ajajjajaaj
Bueno espero el siguiente capitulo impaciente,(ya sbeis que no tengo ni gota de paciencia) jajaajajja
para ver si el cambia de opinion y si que decide perdonarla y volver a ser uno solo
genial sin duda , vuestro talento es incalculable
os adoro

besos Irene

krlitalabeba dijo...

Chicassss disculpen se que llegooo tarde pero ya empece la uni y bueno no tengo mucho tiempo...

Pero aqui estoy fiel a ustedes como ustedes son con nosotras y diosss que capitulooooooo Liana porque no escondio esa bolsa en otra parte la verdad que tiene razon Aldair todo lo que ha hecho por ella y todavia sigue dudando omg ahra que va a pasar ocne sos como lo va arreglar Liana ya voy a leer el proximo :P

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