martes, 6 de octubre de 2009

EL GUERRERO DE MIS SUEÑOS(CAPITULO9)



Como si el cielo supiera que iba a pasar, se abrió dejando escapar la lluvia, los relámpagos encendían el cielo y los truenos eran tan fuertes que temblaba la tierra, Mariella se abrazó al cuerpo desnudo de Khons, y enterró la cabeza en su pecho, él acarició su espalda deslizando los dedos por su piel y besó su pelo tratando de tranquilizarla, sintió la humedad de sus lágrimas en su pecho y la estrechó un poco más contra él. Habían hecho el amor de todas las maneras posibles, dulce y pausadamente, con pasión, devorándose con ferocidad. Ella levantó la cabeza y lo miró, volvió a acariciarlo y luego se incorporó, apartó la sábana y abandonó la cama, se agachó, recogió sus bragas y su sujetador que estaban en el suelo, y se los puso, buscó su camisa y sus pantalones e hizo lo mismo. Khons la miraba sonriendo, tumbado con despreocupación le hacía gracia que una chica tan valiente tuviera miedo de las tormentas, se había incorporado y apoyaba su fuerte espalda contra la pared, entrecerró los ojos y la vio moverse por la habitación, la observó acabar de vestirse y sacar la maleta del armario, se levantó de la cama de un salto y fue hasta ella, la tomó por los hombros y la giró hacía él.

- ¿Qué demonios estás haciendo? -preguntó mirándola a los ojos.
- Ya lo ves, hago la maleta -contestó sintiendo como él la sacudía lentamente-. Me marcho.
- ¿Marcharte? -los ojos de Mariella estaban enrojecidos por las lágrimas retenidas, colmados de tristeza, el dolor que reflejaban le traspasó el corazón-. ¿Dónde?
- Me vuelvo a casa, con Eleazar -ella apartó la mirada-, es lo mejor ya… ya ha llegado el momento.
- ¡No! -la apretó contra él, aún era pronto,-, no te vas a ir a ningún lado, te quedarás aquí conmigo, yo cuidaré de ti, no consentiré que nada malo te ocurra.
- No puedes hacer nada por evitarlo -se pegó más a él, rozando su dura espalda con los dedos-, te agradezco mucho la intención, pero es inútil.
- Mariella -la separó de su torso y le tomó la cara entre las manos-, tiene que haber algo que podamos hacer, no sé, escóndete, huye...
- Khons -alargó la mano y acarició su mandíbula, sintió la aspereza de su incipiente barba, cerró los ojos, Dios Santo, cuanto iba a echar de menos a aquel hombre-, sabes que es una tontería lo que estás diciendo.
- ¡Maldita sea! -gritó-, no es justo, no quiero que mueras.
- Yo... - no pudo seguir controlando las lágrimas un segundo más-, creí que estaba lista, me he ido preparando durante meses para este día, pero…, no quiero morir, no quiero…, tengo miedo.
- Cariño - se sentía tan impotente, el dolor y la angustia de ella llegaban con fuerza hasta él también y no podía hacer nada por aliviarlos-, no te vayas, quédate conmigo, duerme entre mis brazos una vez más.
- No lo entiendes -ella le miró y se perdió en sus verdes ojos una vez más-, no quiero que me veas morir, te amo como jamás pensé que pudiera hacerlo, me has hecho sentirme la mujer más deseada del mundo, me has llevado a la cumbre del éxtasis de todas las formas posibles, y eso nunca podré olvidarlo.
- Pero no puedo salvarte la vida -le dio la espalda, a ella le traspasó el alma el dolor con el que habló.
- No, no puedes -se acercó a él y se agarró a su cintura, apoyando la mejilla sobre los tensos músculos de su espalda-, nadie puede, esto no es culpa tuya Khons.
- Se mía una vez más Mariella -se revolvió y la apresó entre sus brazos-, por favor, no te vayas, déjame amarte de nuevo.
- Yo…-le acarició el rostro y lo miró fijamente para guardar cada uno de sus rasgos, lo mejor era que se fuera, pero no quería, no podía apartarse de él- Sí, seré tuya, me quedaré, ámame Khons, ámame por ultima vez.

Khons bajó la cabeza y la besó, el ansia de protección que sentía la trasladó con sus labios a la boca de ella, deseaba hacerle saber que no estaba sola, que él estaría con ella todo el tiempo, a su lado, Mariella exhaló un suspiro, era tierno, muy tierno, nunca lo había sido tanto, acarició su cuerpo con tanta dulzura como si fuera de cristal, ella se estremeció entre sus brazos, nunca antes la había besado así, besó su cuello, su rostro, sus hombros y cada centímetro de su piel en cuanto la hubo desnudado, ambos seguían de pie en medio de la habitación, sus manos recorrían la suave piel de Mariella, mientras que ella acariciaba a su vez el cuerpo perfecto de Khons, que temblaba bajo sus dedos, la alzó del suelo y la llevó a la cama, la dejó con sumo cuidado entre las sábanas, luego se acostó a su lado, fue dibujando cada curva, deteniéndose en sus erguidos pezones, bajó la cabeza y los besó, luego rodeó uno con la lengua, mientras sus manos seguían descendiendo imparables hasta su entrepierna. Mariella jadeó y se arqueó contra su boca y su mano, el deseo la consumía y el amor le llenaba el corazón dejándola sin respiración, bajó las manos trémulas hasta el enorme miembro de él y lo rodeó, él lanzó un gemido de placer que hizo que ella se enardeciera, acarició lentamente su endurecido pene, él rodeó sus manos con una de las suyas y le fue indicando como tocarlo, marcándole la cadencia que le provocaba más placer, aquellas manos suaves lo estaban volviendo loco, no importaba si se movían o no, simplemente el hecho de aquellos dedos lo tuvieran apresado era más de lo que podía soportar. Llevó la boca hasta uno de sus pezones y succionó, su mano libre acarició su clítoris e introdujo dos dedos en ella tan lentamente, que Mariella soltó un grito, cerró los ojos abandonándose a las caricias de aquel hombre duro y frío, aquel hombre sin corazón que a ella la llenaba de caricias, besos, ternura y calor, apartó las manos de su miembro y las llevó hasta la mano que hurgaban en su sexo, le agarró la muñeca y tiró para que saliera de ella.

- ¿Qué sucede? -la voz ronca de Khons resonó en su cerebro.
- Así no -ella volvió a gemir cuando él besó sus senos-, te quiero dentro de mí, todo, entero.
- Mariella -se tumbó sobre ella, que abrió las piernas un poco más para que se acomodará entre ellas, sintió su miembro duro, palpitante rozándole el sexo y jadeó moviéndose contra él.
Khons -alzó las caderas- por favor, entra en mí, te necesito ahora.

Él no esperó un segundo más para ir introduciéndose en ella, comenzó lentamente apretando los dientes, con una paciencia infinita, sintiendo y haciéndola sentir, pero los movimientos de ella buscándolo, amarrándose con sus piernas a sus caderas, empujando sus nalgas con las manos, lo hicieron perder el control, empujó con fuerza, entrando y saliendo de ella cada vez más rápido. Mariella seguía aferrada a él, se acoplaba a sus movimientos, lo buscaba con la misma fuerza cuando se alejaba, jadeaba descontrolada, moviendo la cabeza sobre la almohada frenéticamente. Khons se estaba volviendo loco al sentir como lo aprisionaba en su interior, al verla totalmente ida bajo su cuerpo, Mariella soltó un jadeo, clavó sus uñas en su espalda, y sus dientes en sus hombros, cuando el increíble e intenso orgasmo recorrió su cuerpo dejándola sin aliento, sin fuerzas. Khons apenas pudo resistir la violencia del clímax de ella y se dejó arrastrar a su propia liberación, llenándola de un tibio calor, que la abrasó por dentro.

Khons se apartó de ella, aún jadeante, la miró sin decir una palabra, el cuerpo de Mariella aún temblaba a su lado, cubierto de sudor, ella volvió la cabeza hacia él y sus ojos se encontraron, aún velados por la pasión que habían compartido unos segundos antes, sus labios entreabiertos y sus respiraciones alteradas. Khons sintió el terror invadir su cuerpo al ver el dolor y el miedo reflejados en aquellos hermosos ojos que se perdían en los suyos, no se atrevió ni a tocarla por miedo a que se desvaneciera con su contacto, simplemente la miró una y otra vez, memorizando su cuerpo, su rostro aniñado, aquellos esbeltos brazos que lo rodearon dándole calor, esas piernas que se abrazaron a él cuando hacían el amor, todo eso que le gustaba y que en unas horas serían un recuerdo en su mente. Ahora estaba tumbada junto a él, pero pronto, muy pronto, desaparecería para siempre como si todo lo hubiese soñado. Quiso mentirle, decirle que la amaba, pero ni siquiera fue capaz de ello, Dios ella se moría y no era capaz de decir aquella mísera mentira para hacerla feliz, mirarla sin parpadear era lo único que se atrevía a hacer.

Mariella le sonrió, un extraño sopor se estaba apoderando de ella, no quería dormir, sabía que si cedía todo habría acabado, pero algo tiraba de ella con tanta fuerza que era imposible resistirse, algo la adormecía lentamente, le pesaban tanto los párpados que era incapaz de aguantar un segundo más con los ojos abiertos, había llegado el momento, su tiempo junto a los que amaba estaba próximo al final, trató de no llorar, estaba tan cansada, posó con mucho esfuerzo una mano en el pecho desnudo de Khons, él la cubrió con una de las suyas, parecía tan relajada.

- Adiós mi amor- sus palabras fueron tan débiles que él ni las oyó-: recuérdame alguna vez…-susurró con un último aliento, antes de que la oscuridad la cubriera por completo.
CONTINUARÁ...

5 comentarios:

Lea dijo...

T_T

ahora se pine más bueno

espero el jueves impacientemente....




que penna

el idiota no le dijo que la amaba XD jejjej

Ade dijo...

Este es mi segundo intento para comentar, creí que no podría hacerlo.

El capítulo de hoy fue tierno de verdad, que cosa más bonita y que triste.

Está más claro que el agua que Khons está loquito por ella, pero el tio es cabezota, y no suelta prenda.
¿Le tendremos que hacer la tortura china para que empiece a hablar?, Firiel fijo que se apunta.

Me gustó mucho Mariola, pero ese final... ummm, es sospechoso.

mara dijo...

Perdon Mariola.............ESTE HOMBRE ES TONTO O QUE!!!!!!
Pero si esta claro que la ama.Por que no se lo puede decir. Es un trauma o que .

Hayyyyysssssssss
despues de la ultima vez,se muere
*_* (Ojitos apunto de llorar)!Qué pena ¡ No tengo palabras.

Bueno a esperar al jueves.Gracias por este regalito en martes .Sois las mejores.^_^ hasta el jueves.

JM. dijo...

Te estoy viendo disfrutar como loca haciendo sufrir a esa chica. ¿No la mataras al final o si? Tu eres muy capaz.

Luego me llamas a mi cabezon anda que el tio este mira que le esta costando.

Un beso enorme. Nos vemos luego.

Mariola dijo...

Gracias por leer y comentar, y hacer el favor de dejar de meterse con mi pobre Khons, lo mismo es que no es la chica que le conviene.

Me alegro que os gustara, de verdad, y sí me salió un poco triste al final, pero Mariella no se puede quejar mucho.

JM, yo no la estoy haciendo sufrir, todo lo contrario, anda que no se lo pasa bien con el guerrerito ni nada, y nada tu eres un cabezon de mucho cuidado jajaja.

Saludos y besos para todos.

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