sábado, 21 de noviembre de 2009

CONQUISTADO POR LA PASIÓN (CAPÍTULO12)

Brianna no podía creer lo que estaba pasando, esa mujer se tiró por las escaleras y la acusaba de querer matarla. Dejó vagar la vista por la escena que se desarrollaba a sus pies, Niall alzó entre sus brazos a Muriel con toda la ternura del mundo, mientras la tranquilizaba con dulces palabras, ella sollozaba y se quejaba abrazándose a él. La mirada glacial que él le dedicó la estremeció y la dejó sin respiración, apartó la vista asustada y observó a todos y cada uno de los que se hallaban presentes, unos bajaron la cabeza, otros le daban la espalda, tenía la certeza de que la creían culpable. Se ahogaba. Aldair era el único que la miraba fijamente, en sus ojos verdes brillaba un atisbo de pena. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

-Yo no lo hice -dijo con la voz entrecortada por el llanto.
-¡Callaos! -el grito de su esposo la sobresaltó-. Por vuestro bien cerrad la boca.

Niall sujetó entre sus brazos a la dolorida Muriel, la acercó a él con el fin de consolarla, se puso furioso al verla allí tirada, quejándose de dolor. ¿Por qué habría hecho Brianna algo así? La contempló un instante, parecía traspuesta, estaba pálida y asustada. Maldita sea, iba a saber lo que era el miedo después de que hablara con ella. Hizo un gesto a su gente para que abandonaran el lugar, lentamente se fueron marchando, no sin antes observar a su esposa que lloraba en silencio. La oyó murmurar y un grito salió de su garganta, ¿cómo se atrevía a replicar?, Niall volvió a maldecir mientras se disponía a subir las escaleras con su preciosa carga. Brianna no se había movido del sitio, cuando él llegó a su altura se detuvo unos instantes y la recorrió asqueado.

-Id a vuestros aposentos hasta que os mande llamar -la voz de Niall no ocultó por un instante la ira que sentía.

Brianna asintió antes de verlo ascender los escalones, por encima del hombro de su esposo pudo ver el triunfo reflejado en los ojos Muriel. El dolor y la rabia le aprisionaron el corazón, respiró hondo varias veces para tratar de tranquilizarse, apartó las lágrimas de un manotazo y se giró para ir a su alcoba, apenas comenzó a subir cuando la voz de Aldair la detuvo.

-¡Brianna! –se dio cuenta que pronunció su nombre más fuerte de lo que pretendía, al verla tensarse, pero se detuvo dándole la espalda, en dos zancadas estuvo a su lado-. Señora.
-¿Qué deseáis? -no se giró, no podía soportar ver a nadie más culpándola por lo ocurrido.
-Brianna -la tomó del codo y la volvió hasta tenerla frente a él, cuando sus ojos verdes empañados por el llanto se encontraron con los suyos, se convenció del todo-. Yo os creo, sé que no empujasteis a Muriel.
-¿Me creéis? –parpadeó incrédula pero supo que era sincero, dejó escapar un suspiro de alivio.
-Sí -rozó su mejilla con la punta de los dedos, apartando las lágrimas-, os creo.

Brianna le sonrió con tristeza, sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se perdió en las sombras camino a su habitación.
Aldair mantuvo la vista clavada en ella hasta que desapareció, la creía, apostaría su vida que era inocente. ¿Cómo podía creer Niall que una mujer tan dulce como Brianna fuera capaz de hacer algo tan horrible como aquello? ¿Tan cegado estaba por Muriel que no veía el ángel que tenía por esposa? Él se encargaría de abrirle los ojos. Brianna le caía muy bien y si no contaba con el apoyo de su esposo, contaría con el suyo


Niall depositó a Muriel sobre la cama, exploró su cuerpo por encima del vestido pero parecía estar bien, palpó sus piernas y tobillos y no encontró torceduras ni lesiones, al día siguiente, en su perfecta piel, aparecerían algunos moretones por el golpe, pero gracias al cielo en apenas unos días serían un mal recuerdo, lo mismo que el dolor que ahora sentía. Suspiró aliviado, Muriel pudo haberse roto el cuello al caer por aquellas empinadas escaleras, maldita fuera su esposa, no podría vivir sin la mujer que amaba a su lado, bajó la cabeza y la besó tiernamente. Muriel enlazó los dedos en su cuello y respondió al beso con avidez, se frotó contra el cuerpo de Niall que respondió al instante, deseó desnudarla y enterrarse en ella, con desgana se soltó de su abrazo y se separó.

-Debéis descansar, mi amor –murmuró sobre sus labios.
-Ya me encuentro mejor -contestó tratando de atraerlo hasta su cuerpo.
-Aún así -le acarició la mejilla con la nariz-, descansad, luego volveré junto a vos, ahora tengo cosas que hacer.
-Bien, pero prometedme que vendréis -lo miró con tanto amor, que Niall tuvo serios problemas para incorporarse de la cama.
-Os lo prometo, ahora enviaré a alguien para que os atienda.

En cuanto Niall abandonó la habitación, Muriel se estiró satisfecha, puede que no consiguiera que Niall se quedara con ella y le hiciera el amor, pero él regresaría más tarde a sus brazos, sonrió con malicia, y esa pequeña zorra había recibido una lección que no olvidaría, ahora aquellos que la adoraban dudarían de ella. Muriel soltó una carcajada complacida con su actuación, y lo mejor era que el juego acababa de empezar, cuando terminara con ella no quedarían ni sus despojos. Se acomodó en el lecho, después de todo Niall tenía razón, dormiría un rato y cuando él volviese, estaría fresca como una rosa para disfrutar en los brazos de su hombre.

Brianna recorría su cuarto inquieta, no podía apartar de su mente la furia y el odio que reflejaron los ojos de Niall, se encogió por dentro, él la creía culpable y le dolió en el alma. Cuando tocaron a la puerta, irguió los hombros y abrió temiendo encontrarse con él, sin embargo uno de los hombres le traía recado de que la esperaba en el gran salón, tras decirle que bajaría enseguida, volvió a recorrer la habitación varias veces, tratando de aplacar sus nervios, pero era inútil, era hora de enfrentarse a su esposo. En un rincón de su corazón nació la esperanza de que él la creyera, abandonó el cuarto con decisión.

Si pensaba que iba encontrarse a solas con él se equivocó, Niall estaba sentado en el centro del salón, varios hombres lo acompañaban, entre ellos Aldair, que disimuladamente le hizo un guiño dándole ánimos, caminó en silencio, él levantó la cabeza, sus ojos azules estaban casi violetas, pero no expresaban el deseo y la pasión de noches atrás, la ira que brillaba en el fondo de ellos la aterrorizó, aun así se obligó a seguir caminando hasta llegar frente a él.

Niall alzó la vista, Brianna se acercaba serena, con el porte y la gracia de una reina, el vestido azul claro se pegaba a sus senos y a sus caderas, una punzada de deseo lo recorrió. Se odió por ello, aquella mujer que parecía inocente como una niñita, había estado a punto de acabar con la vida de la mujer que amaba. Se puso en pie, mostrando toda su altura y todo su poder, Brianna levantó la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

-¿Por qué? -preguntó apretando los puños.
-Yo no la empujé -contestó tragando saliva.
-¡Ya basta!
-Yo no la empujé -repitió con el corazón encogido por el dolor.
-Habéis tratado de matar a una mujer, a mí mujer, dejad de comportaos como si fuerais inocente -rugió tomándola por los hombros-. Pagaréis por lo que habéis hecho.
-Niall -Aldair lo sujetó por un brazo, este soltó a Brianna tan fuerte que estuvo a punto de caer al suelo.
-No os metáis en esto –le gritó -,su maldad no quedará sin castigo.
-¿Qué vais a hacer? ¿Golpearme de nuevo? -Brianna percibió todas las miradas fijas en ella.
-¿De qué habláis mujer?, jamás os he golpeado –exclamó Niall fuera de sí.
-Tal vez no fuera vuestra mano la que sujetó el látigo, señor -alzó la barbilla desafiante, no estaba dispuesta a más humillaciones, ella era su esposa y no Muriel, era a ella a quien tenía que defender, no a su amante, la juzgaba y condenaba sin escucharla, estaba tan furiosa que podría matar a ese hombre con una sola mirada -,pero fueron vuestras órdenes las que lo trajeron hasta mí.
-No os hagáis la victima delante de nosotros, señora -Niall paseó en torno a ella -nadie mandó golpearos.
-¿No? -sin dudarlo, apartó la trenza de su espalda, llevó las manos al vestido y tras varios intentos rasgó, volviéndose y dejando a la vista la cicatriz que le cruzaba y la marcaba de por vida -¿esto es mentira, señor?

Un espeso silencio llenó el salón, Niall se quedó clavado en el suelo, atónito por lo que acababa de hacer su esposa. Los hombres que debían juzgarla agacharon la cabeza, Aldair fijó sus ojos en la línea aún roja que cruzaba la nívea espalda de Brianna, miró a Niall, incapaz de creer que su amigo hubiese marcado de esa manera a su esposa, y luego volvió a dirigirla a la cicatriz.

-¡Fuera! -bramó Niall- salid todos.

Aldair fue el último en salir, antes de cerrar la puerta observó a ambos, Niall apretaba los puños una y otra vez y Brianna alzaba los hombros con orgullo, sonrió, a su amigo no le iba a ser fácil lidiar con aquella hembra.

-Me habéis juzgado sin escucharme -prosiguió Brianna desafiándolo con orgullo -me habéis condenado sin pruebas, sólo con la palabra de vuestra amante, y ¿vos osáis a defenderos cuando os estoy mostrando la prueba de vuestra culpa?
-No soy culpable de eso -aulló sujetándola por los hombros.
-Por supuesto que lo sois -se tragó las lágrimas y le mantuvo la mirada-, no he visto castigo para vuestro fiel ejecutor señor, así que sois tan culpable como él.
-¡Basta! -rugió- no estamos aquí por esa marca o por lo que pasó aquel día, no tratéis de desviar la atención. Estáis aquí por…
-Sé por lo que estoy aquí -levantó el brazo para hacerlo callar- sólo decidme cual es el castigo y lo cumpliré, después de todo, para eso me habéis mandado llamar, pero antes, me gustaría saber a que atenerme.
-¿Cómo? -preguntó sorprendido del coraje de su pequeña esposa, otra estaría temblando de miedo.
-¿Qué queréis exactamente de mi? -preguntó con voz calmada.
-Sabéis perfectamente lo que quiero de vos -bajó la vista a sus labios entreabiertos, luego a su senos que subían y bajaban por la respiración alterada, y después de nuevo a sus labios-. Un hijo.

Todo el placer y la ternura vivida entre sus brazos se evaporaron de golpe. Había sido una necia, ¿Cómo pudo pensar que estaba comenzando a ser importante para él?, cuando en realidad era poco más que una yegua para darle los potrillos que necesitaba.

-De acuerdo -alzó la cabeza tanto, que le dolió el cuello-, pues rezad para que esté embarazada señor, porque si no, deberéis conseguir que esa mujerzuela a la que tanto decís amar os dé un bastardo.
-Estáis loca –rechinó los dientes presa de la violencia- sois mi esposa, os tendré siempre que quiera, siempre que me apetezca.
-Y así será -contestó con soberbia- abriré las piernas para vos, conozco mis obligaciones señor, pero tened por seguro que jamás os daré un hijo.
-No me amenacéis señora, no si queréis seguir conservando vuestra vida - la tomó por los hombros y la besó con ímpetu tratando de aplacar la furia que lo recorría. Ella mantuvo los labios apretados y el cuerpo laxo, Niall la apartó.
-Ahora señor, ¿cuál es mi castigo? -preguntó limpiándose la boca con el dorso de la mano, apartando cualquier resto del beso.
-Sois mía, Brianna, pagué por ello a cambio de mi libertad -dijo más enfurecido aún por el gesto que ella acababa de hacer-, no lo olvidéis, me pertenecéis.
-No lo olvido -replicó- tendréis el cuerpo, por él que habéis pagado, pero jamás seré vuestra, nunca.
-Apartaos de mi vista -en esos momento se controlaba por no agarrar el precioso y perfecto cuello de Brianna y apretarlo hasta hacerla exhalar el último aliento de su vida -salid de aquí antes de que os mate con mis propias manos.

Brianna se giró y se encaminó con calma hasta la puerta, con la cabeza alta. Niall observó como se alejaba, la furia y la excitación lo dominaban en aquellos momentos, la deseaba con todo su ser, lo volvía loco aquel cuerpo menudo y grácil y verla orgullosa, desafiándolo sin temor, engrandeciéndose ante él, lo llevó al borde mismo de la desesperación, se controló para no tumbarla en la fría piedra y enterrarse en ella una y otra vez hasta que aprendiera quien era el Laird, quien mandaba. La besó con brusquedad deseando someterla y calmar la ira que lo poseía a través de la suavidad de sus labios y no sólo se lo negó, verla limpiarse los restos de su beso como si sintiera asco, fue un duro golpe a su orgullo, lo sintió como una bofetada. Gruñó cuando su entrepierna palpitó, maldita fuera su esposa, ¡maldita fuera mil veces! Estrelló los puños sobre la mesa y lanzó una patada a la silla, que salió despedida haciéndose añicos contra la pared. Se revolvió sin disimular su enojo al oír abrirse la puerta, los ojos verdes de Aldair lo miraban con gesto preocupado y también con disgusto. No deseaba hablar con nadie en aquel momento, suspiró aliviado cuando su amigo se retiró sin pronunciar palabra.


CONTINUARÁ...

10 comentarios:

firiel dijo...

ains.. lindo aldair.. si es un amor...

jajajajaja a nialll lesalio el tiro por la culata XD y estoy seguro q a muriel tb jajajajjaja

amami dijo...

espero que la tontade muriel ,se quede con un palmo de narices.
aldair es mi heroe,no el tonto de niall,espero que ,le deis a niall un poco de mas de estopa .
por ejemplo encontrar a muriel con otro para descubrir lo arpia que es.

Johan dijo...

Exacto, exacto, a mi tambien me gustaria que le dieran una buena desilusion a Niall, para que se comiera sus propias palabras al defender tanto a muriel, como dije antes, como pueden haber hombres tan ciegos, una cosa es que este enamorado y otra que te hagan tonto, no? Ojala y no siga haciendo sufrir a mi dulce brianna, o de lo contrario liderara mi lista de hipocritas que me caen mal, y lo tendre que mandar a mi megaextramagnifica maquina de gas.
Pobre brianna, ya cayo en la peor contratrampa de la vida, el amor....
Muy buen capitulo, aunque denle un poquitin mas de protagonismo a Aldair porfa!, es un personaje que estoy segura del que podrian sacar mucho provecho!

Esperare el proximo! Ciao

Andy dijo...

Yo que les dije Muriel es una maldita perrrrrr. Niall no puede ser tan ciego!!!
Chicas exelente capitulo!!!!

Mariola dijo...

gracias por estar ahí chicas.

Me encanta el entusiasmo que ponen con Aldair y el poco que dedican a Niall, les juro que estoy encantada, adoro a Niall, me fascina ese hombre.

Jajaja, ya veo que están de acuerdo que Muriel es una perra, a ver por donde nos sale esta mujer ahora, Niall pues yo lo entiendo y Aldair sí un cielito, tal vez demasiado, ufff, que poco caracter tiene ese hombre o tal vez no?

Muchisimas gracias de nuevo. Se os quiere un montón.

Sabry Sandal dijo...

Pero si de verdad se tendría que haber roto el cuello, esta rubia %$·&%&%$ ... Se puede ser tan estupìdo?? Pues sí, lo confirma el cavernícola!

Lo que Bri tiene que hacer es refugiarse en los brazos de amiguito... sin pensarlo y sin remordimientos, Dios!!

Me emocioné...

Un beso, nenis, genial capi, como siempre!!

Lea dijo...

yo tb me refugiaría en los brazos del amigo jajajajja....
ya me puedo hacer una idea de lo que irá a pasar

Maribel dijo...

Este hombre es torpe o se lo hace??? Porque le sale que ni bordado. No puede ser tan obtuso, cabezon, camoto, panfilo, memo... En resumen, tonto del copon!

Esa Muriel, hablar de ella me da dolor de tripa. ¿Y la justicia divina??? ¿No le caera un meteorito en la cabeza o algo asi???

Aldair, sin embargo es perfecto. Justo lo que necesito... -.-

Y mi chica, asi, valiente... Pero criatura, resistete... Ainsss...

Besos niñas...

mara dijo...

Despues de dos capitulos leidos no me puedo creer que María tubiera razón con Muriel ."ES UNA BRUJA".Y Niall un Neherdental y todo lo que ha dicho Maribel.

HAYSSSSSSS Aldair me tiene enamorá es un cielo de hombre.
Mariola tu tienes un serio problema con tus gustos ja ja ja ¿Que te fascina y adoras a Niall? ¬¬ Me estas empezando a preocupar,ja ja ja .

Un beso a todas chicas.

J.P. Alexander dijo...

Cada vez me cae mal la arastrada de Muriel.
Ay que que es aldair tan inteligente y sexy.

Continuen Chicas

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