viernes, 28 de mayo de 2010

CONQUISTADO POR UN SUEÑO CAPÍTULO 3




— ¿Oiga? —sacudió su hombro suavemente-,señor, despierte .
Al no ver reacción alguna, intentó desprenderse del agarre del garfio que era su mano, pero la firmeza con que la sujetaba era increíble para una persona que se encontraba desmayada, ni unas esposas hubiesen sido tan efectivas.

—Como la policía se entere de semejante poder —presionó varias veces el dedo índice sobre su torso-, no dude que le meterán en nómina.

Miró de nuevo a su alrededor, pero el camino seguía igual de desértico que hacía unos minutos, ¿Dónde estaba la gente cuando se la necesitaba? Aproximó su mano libre a las pálidas mejillas del hombre golpeándolas con delicadeza, ni un solo gesto de su semblante cambió, "en fin, a grandes males grandes remedios"; pensó pegándole esta vez con algo más de saña, consiguió que sus pómulos cogieran color, pero sus ojos permanecieron cerrados. Se pellizcó el puente de la nariz intentando pensar como salir de esta y dejó escapar una larga exhalación.

Sólo tenía dos opciones decidió, o chillaba con todas sus ganas para ver si un alma caritativa se apiadaba de ella y venía en su auxilio-aunque por lo que podía observar los único seres vivos que había por la zona eran las ovejas que pastaban a lo lejos y algo le decía que esas no serían de mucha utilidad-, o… intentaba averiguar quien era el “afortunado” que tuvo el placer de chocarse con su coche.

Dejó caer la mano que tenía presa y por primera vez le examinó detenidamente, sus cejas se elevaron en señal de sorpresa y de la boquiabierta boca salió un guauuu.

Paseó los ojos por aquel cuerpo inerte, ese hombre iba bien ligero de ropa, cuando la temperatura todavía fresca para aquella época del año no justificaba la falta de camisa, además, aunque no era muy ducha en los colores que caracterizaban a cada clan, los que conformaban el tartán que le atravesaba el pecho no le sonaban en absoluto.

Tenía que admitir que no estaba nada, pero que nada mal, ¡qué leches! Estaba para mojar pan y acabar con dolor estomacal de tanto comer. Ese rostro era digno de portada, ya quisiera más de un modelo tener esa estructura ósea junto con esos labios plenos, esa nariz casi perfecta, esos ojazos que aunque ahora permanecían ocultos bajo las largas pestañas, tenían el color del trébol de las Tierras Altas y te hacían desear perderte en ellos sus dedos fueron hacia un pequeño mechón que reposaba en su frente, se quedó ensimismada por el color del trigo maduro bajo los tibios rayos del sol que le caracterizaba y su suavidad la asombró todavía más.

Confirmado, no cabía duda que se quedó ciega durante un momento, porque ¿cómo era posible que tampoco se hubiese fijado en esos anchos hombros y en ese espléndido y musculoso pecho? Sacudió la cabeza "Liana, concéntrate y busca lo que tienes que buscar"; se regañó a si misma.


No veía ninguna mochila ni tampoco ningún sporran, sabia que algunos chicos llevaban una pequeña bolsita de tela, donde guardaban sus documentos, sujeta a la cintura, palpó por si así tenía mejor suerte, demorándose más de lo debido en tocar esos férreos muslos. El kilt se le había subido por encima de las rodillas dejando ver gran parte las impresionantes piernas, su mano cobró vida propia y fue bajando hasta llegar al tosco dobladillo, lo cogió con las puntas de los dedos, miró a ambos lados para asegurarse que seguían solos y lo levantó, asegurándose a sí misma que sólo y exclusivamente lo hacía por si tenía algún bolsillo oculto, se agachó para poder contemplar mejor lo que ocultaba esa vestimenta y admitiendo, al tiempo que se mordía el labio inferior, deseaba que fuese tan tradicional como hasta ahora lo parecía y no llevase ningún slip debajo.

—Madre mía… —pestañeó incrédula, debía estar bajo un fuerte shock por el accidente, aquel miembro que descansaba entre sus extremidades tan inerte como su dueño no podía ser más que fruto de una alucinación-. Oh, Dios.
—Dios no…, Aldair… —balbuceó el poseedor de tan magistral instrumento—, Aldair McRea.

El rostro de Liana automáticamente se encendió como una bombilla y fue incapaz de moverse, permaneció oculta por la tela muerta de vergüenza, si en esos momentos la tierra decidiese tragársela sería la mujer más feliz del mundo. Decidió esperar para ver si se producía tal evento, después de todo las fallas no se desplazaban así como así, por lo tanto, resolvió darle un margen de unos minutos, eso sí, durante ese tiempo ni siquiera pestañearía, se quedaría tal y como estaba, ni loca pensaba mirarle a la cara.

—¿Qué sucedió? —susurró Aldair—. ¿Dónde me hallo?

Apenas se lo podía creer, ¿sería posible que no se hubiese dado cuenta qué exactamente estaba observando ella? Se atrevió a levantar un poco la cabeza y mirarle por encima del dobladillo, vio que se presionaba con los dedos la sien derecha y… ¡tenía los ojos cerrados! Mentalmente saltó varias veces de la alegría. Dejó caer el paño como si le quemara, orando para que él siguiera en su actual estado de ignorancia.

Carraspeó antes de hablar.

-¿Se encuentra bien?

-Yo… sí, así es. —se removió inquieto.

-No sabe el consuelo que supone para mí oírle decir eso –musitó aliviada y asombrada por aquel fuerte acento que no lograba ubicar.

Acariciado por la melodiosa voz de la mujer, Aldair abrió los ojos asentándolos en ella. Lo primero en que le llamó la atención fue la escasa longitud de su pelo, le pareció una verdadera pena que semejante cabellera, tan oscura como las noches sin luna y tan reluciente como cualquiera de las múltiples estrellas que titilaban en el firmamento al anochecer, hubiese sido cortada de tal manera que dejaba ver el esbelto cuello sin ningún impedimento, probablemente debió sufrir una epidemia de piojos, no encontraba otra explicación ante semejante escabechina. Tenía la piel dorada, como si los rayos del sol hubiesen jugado con ella, sus dedos se agitaron impacientes por la necesidad de comprobar si era tan sedosa como parecía, pero se contuvo, prometiéndose que pronto le pondría remedio a eso. Se le olvidó respirar cuando se topó con su intensa mirada, sus iris eran negros como carbones, rodeados de unas largas y espesas pestañas le atravesaron como el puñal más afilado. Apartó con esfuerzo la vista de aquellas incasdencencias que se clavaban en él y la deslizó hacia la boca, unos labios rosados y plenos aparecieron ante él, nunca había visto un rostro tan hermoso y dudaba que jamás tuviese oportunidad de volver a disfrutar de semejante belleza.

—¿Se le ha comido la lengua el gato? —preguntó con una amplia sonrisa.
— ¿Cómo decís?
—Nada, olvídelo —gesticuló con la palma en el aire restándole importancia—. Necesito ir a por mi móvil para llamar a una ambulancia y que vengan a por usted—, al ver su mirada de extrañeza, levantó el brazo que él le asía y lo movió—, si no me libera la muñeca no podré hacerlo.

Aldair la soltó para volver a sujetarla inmediatamente cuando el medallón fulguró ante él. Hizo el intento de incorporarse, pero ella le frenó poniéndole la mano en el pecho.

—Ni se le ocurra moverse, quieto ahí hasta que venga la ambulancia.

—Ahora recuerdo —murmuró—. Vos me llamasteis.

—Si que se dio un buen porrazo —comentó con pena—. Yo no le llamé, lo siento.

—Lo hizo a través de él —señaló la joya al tiempo que se sentaba, ignorando la presión que ella ejercía en su tórax.

—Muy bien —suspiró—. Como veo que se puede levantar, cruzaremos los dedos y le llevaré yo misma al hospital—, se puso de pie y con mucho esfuerzo le ayudó a hacer lo mismo, le vio tambalearse y rápidamente le pasó un brazo sobre sus hombros, enlazándole acto seguido la cintura para sostenerlo mejor—. Sujétese y no se le ocurra caerse—, le advirtió.

Aldair asintió asombrado por su altura, casi le llegaba hasta la barbilla y eso no era muy habitual entre las hembras y olía tan bien, como las lilas que salpicaban la ribera del camino que llevaba al hogar. Con esta muchacha iba de sorpresa en sorpresa, estaba deseando averiguar si escondía alguna más. Poco a poco llegaron hasta un insólito artefacto plateado, ella abrió la puerta.



— ¿Qué diablos es esto? —interrogó alarmado dando un paso atrás, arrastrándola consigo. Echó mano de su espada, mas sólo encontró vacío, maldijo en voz baja al recordar que la evocación del rubí apareció de repente cuando se estaba vistiendo.

— ¿Esto? —preguntó pasmada señalando el vehículo—. Pues mí coche.

— ¿Coche?
—Sí —le habló muy despacio, "si que estaba conmocionado, el pobre";—. Ahora subiremos en él y le llevaré a un lugar donde le atenderán y le curarán.

—Yo no subiré en esa cosa y vos tampoco lo haréis —la apretó contra él.

—En eso está muy equivocado —le empujó, logrando que circulase un poco de aire entre los escasos centímetros que consiguió separarlo de ella—. Ahora mismo se va a sentar ahí y dejará que me encargue de todo.

— ¿Vos haréis eso? —elevó una ceja incrédulo—. ¿Seréis capaz de encargaros de todo?

—Por supuesto que lo haré —masculló enfadada por tener que cargar con un machista—. Suba.

—Por una vez haré lo que ordena la bella dama —le guiñó pícaramente antes de meterse en el automóvil.

 
Liana se inclinó y se estiró para colocarle el cinturón de seguridad, cuando sus senos rozaron su torso, no pudo evitar que los pezones se endurecieran y que sus mejillas se sonrosaran. Oyó la risita burlona que él soltó y se que se apresuró en disimular cuando se torció para mirarle. Se incorporó rechinando los dientes y cerró de un golpe con la vana esperanza de pillarle los dedos, pero se metió frustrada en el cubículo cuando no lo oyó gritar.

Puso en marcha el motor y arrancó haciendo chirriar las ruedas directa al Hospital de St. John, pues era el más cercano y le vendría muy bien para sus planes.

 
Lo tenía decidido, en cuanto llegase allí y le hubiese dejado en manos de los sanitarios se largaría con viento fresco. No estaba dispuesta a tolerar más machistas en su vida, aunque sólo fuese por unos minutos.



Continuará...

13 comentarios:

Iris Martinaya dijo...

Chicas menudo torso, e estado todo el tiempo imaginándome como sería el resto. Que picara que es Liana. Y Aldair, esa risita del final, me dice que esta preparado para jugar, esto se pone interesante.

Espero el siguiente.

Un beso y buen fin de semana para las dos.

Sabry Sandal (Parte de adaptarse al presente es romper las reglas, Aldair, cariño, deja a esas brujas y ven con Sabry!) dijo...

Cómo nos vamos a divertir con esta historia!!

Que descarada resultó Liana, aunque vamos! Yo hubiese hecho lo mismo que ella e incluso más, jejeje! Ahora, en lo que no concuerdo con ella es en dejarlo en manos de los médicos y desentenderse de él, por favor! Yo le cuidaría mejor que en terapia intensiva, es más olviden la parte de la terapia y pasemos a lo intenisvo, uhu! :P

Sigan así, chicas, me encanta el rumbo que van tomando los hechos, son lo más!

Buen find para todas =D

pepis dijo...

me encanto el cap . esa chica Liana es una picara jiji .
creo que yo hubiese hechado una miradita tambien por si tenia que espantar algun mosquito o algo que lo fuese a picar al pobre ,pues solo lleva esa faldita .
OMG que foto please pon el restoooooooooooooooooooooooooo de Aldahir.(es una suplica ).
Hubieron partes del cap. que me hicieron tirarme una risotada ...
buenisimo el cap. besitos...

Arantxa dijo...

JAJAJAJAJA, esta Sabri no sabe na, yo también quiero un cachito, ¿lo compartimos?, me encanto el capi chicas, no sabia que esta chica fuera tan listilla.
Ya ansió el siguiente, pero prometo que seré buena y no os pediré un adelanto ¿ porque no vale de nada no, no me dareia algo así como un trailer no? jajajaja, ya se que no, pero por preguntar...
Me esperare como todas. miles de besitos chicas.
Y Ade dale besitos a tu madre de mi parte y deseo que se recupere pronto, le mando mis mejores deseos, cuídala mucho , una madre es lo mas importante en la visa de una.


Bonnie.

Anónimo dijo...

ya estoy aquí no eh tenido que esperar mucho ya que me retrase con el del martes pero hoy me lo e leído en el día jeje, que deciros aparte de que me encanta el fic y Liana.... me encanta esa chica jajaja.

Besos

Vero (mex) dijo...

JAJAJA wow esta historia se pone mas entretenida...ya se lo q le voy a regalar a mi novio de cumple...UN KILT¡¡¡¡¡ yeii.... pasando lista chicas un beso..

Lea dijo...

bueno, ya me puse al dia..

que primer encuentro tuvieron este par..parece que a Liana no le sentó muy bien ese lado machista del Aldair, esperare haber que ocurre cuando lleguen al hospital.

Muaks

Maria dijo...

Dios no...Aldair McRea..........es o no un amor de hombre!!!!??? Su torso,su cabello,sus ojos,sus muslos,su impresionate pe...digo pestañas.....es,como dijo Liana,q espabiladita me salio leñe! pa' comer pan y mojar.......

Me va a encantar esta historia,ya q solo imaginar la cara de mi amor(lease aqui Aldair,y q pataleen Ade y Mariola,acuerdense chicas q estoy en tratamiento y me tienen q cuidar bien)cuando vio el artefacto llamado comunmente coche jajajajajajajaja

Un besote niñas y paseis un feliz domingo

SANDRA dijo...

Os habéis lucido con este capítulo. Yo quiero también sufrir indigestión y el momento debajo del Kilt guauuuuu. Quiero más, el martes está muy lejosss

J.P. Alexander dijo...

Me cae muy bien Liana es una chica muy dulce y Aldair como siempre quita el aliento aunque solo se vea su torso

krlitalabeba dijo...

OMG!!!!!!!!!!!


NO ME VA DAR EL INFARTOOO DEL SIGLOOOOOOO ETE CAPITULO ME ENCANTA QUE ENCUNTRO TUVIERON ES QUE LA VERDAD LAS CULPO DE BUENAAA MANERA POR SER ADICTA A ESTA HISTORIA ESPEROANDO IMPACIENTE A Q LLEGUE EL MARTES =)




GRACIAS POR ESE CAPITULOOO Y SIGO DICIENDO QUE DEBERIAN LLEVAR SUS LIBROS A UNA EDITORIAL


CHICAS SALUDOSSS BUEN FIN

Andy dijo...

Que daria yo por ser Liana aunqe sea un ratito.... chicas exelente!!! espero con ansias el proximo capitulo!!!

besos


Andy

Ani dijo...

jajaj que bueno!! Liana es super atrevida y divertida jiji y Aldair no se entera el porbre jaja
me da que esta novela va a ser super divertida ^^
sigo y sigo y sigo ya solo me queda uno para ponerme al dia :D
besitos

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