viernes, 9 de julio de 2010

~CONQUISTADO POR UN SUEÑO — CAPÍTULO 12 (1ª parte)~





Aldair se quedó totalmente sorprendido por su gesto, no entendía a que se debía esa actitud, ya que no recordaba haber hecho nada que motivase ese rechazo. Observó a Liana cubrirse el rostro con las manos y sacudir la cabeza como si algo la perturbara, intrigado bajó la mirada hacia el pequeño libro abierto que descansaba sobre sus rodillas.

—Liana ¿qué os sucede? —preguntó con preocupación.
—Era cierto –exclamó abriendo los dedos para mirarlo entre ellos–, cuando me dijiste que llamara a la niña de la fotografía hablabas en serio.
—Sí.
—Oh Dios mío, esto no puede ser real –murmuró regando repetidamente—. Siempre pensé que tía Henrietta estaba un poco loca con eso de la magia—, apartó el diario y se incorporó–, pero te vio, ahí te describe con todo lujo de detalles.
—Es verdad, la niña me vio suplicar a la señora que poseía el medallón para que me lo entregase —explicó tranquilamente–, y más tarde presenció mi desaparición.
—¿Desaparecer? —se le desorbitaron los ojos–, ¿así como un fantasma? ¡Plaf!—, indicó dando una palmada al aire.
—Liana, sé que esto es difícil de entender para vos —se puso en pie y se posicionó frente a ella–, podríamos decir que soy un espíritu errante hasta que consiga la joya.
—¡Genial! —gritó histérica dando un paso atrás—, llevo dos semanas jodiendo desenfrenadamente con un maldito ente, que alguien llame a Mulder y Scully.
—Por todos los dioses, tranquilizaos mujer —posó las manos sobre sus hombros–, soy de carne y hueso.
—Eso lo he venido comprobando todos estos días, pero juro que empiezo a pensar que me disparaste con tu superultramáquinadeobnubilar.
—Hay una explicación –afirmó intentando asimilar su última palabra.
—¿Ah sí? —se revolvió para enfrentarlo–, claro que la hay, me he vuelto completamente loca. Haré una llamadita al manicomio para ir reservando habitación.
—Sentaos, dejadme que os hable de ese día –suplicó–, por favor.

Sin tenerlas todas consigo Liana se dejó caer en el sofá, sus nervios estaban de punta y comenzaba a dolerle la cabeza, pero lo iba a escuchar, total ya que más daba, dijera lo que dijera no sería peor que descubrir que todo lo que él le contó era verdad y que su tía lo vio cuando era una niña, lo miró un instante y parpadeó al darse cuenta que aunque su rostro fuera el de un apuesto joven de treinta y tantos años y su cuerpo el de un adonis machacado en el gimnasio, debía acarrear sobre sus espaldas ¿cuántos siglos? Dios mío, por lo menos siete... casi mejor no saberlo, ya era bastante malo averiguar que se acostaba con un espíritu o lo que fuera como para además añadir que el tío era el primo de Matusalem.
Se recostó en el respaldo y apretó fuertemente los párpados incapaz de soportar la lastimera mirada que él le dirigía desde su increíble estatura.

Aldair se percató del desasosiego que recorría a Liana, a pesar de lo avanzado de su época aquello escapaba de su entendimiento y por lo tanto la asustaba, por un instante se colocó en su lugar y se maravilló de su fortaleza y su valor, si alguien le hubiese dicho a él que venía del pasado sin dudarlo lo hubiese pasado por la espada ante tal muestra de osadía y sin embargo ahí estaba él como prueba de ello y allí estaba ella esperando pacientemente una explicación de su parte. Se acercó rezando silenciosamente para que esta vez creyera en el poder de la magia.

—Liana, miradme –se sentó a su lado y tomó sus manos entre las suyas—, sé que esto es difícil para vos, pero confiad en mi.
—¿Qué confíe en ti? —rió sin ganas—, ¿cómo no hacerlo cuando tengo la evidencia junto a mí? —indicó echando una ojeada al diario—, mas no sé si debo confiar en mi misma.
—No dudo que cambiaréis de opinión cuando me permitáis contaros los hechos.
—Está bien te escucho –contestó con resignación.
—Ya os conté que alguien nos robó el medallón y los druidas nos maldijeron echando sobre mis espaldas la ardua tarea de encontrar y rescatar la joya —la vio asentir—, con el paso del tiempo alguien debió encontrarlo pues sentí su llamada en más de una ocasión, tan débilmente que jamás fui capaz de llegar hasta él.
—¿Nunca en todos estos siglos? —demandó curiosa.
—Ya os dije, su fuerza no era lo suficientemente fuerte hasta hace unos 60 años, esta vez si conseguí encontrarlo. Estaba en poder de una mujer, la que aparece junto a la niña en la pintura. No se inmutó cuando aparecí ante ella, como si estuviera esperando mi presencia, como si fuera consciente que iría. Allí postrado ante ella le pedí, le supliqué que me devolviera la ansiada alhaja, mas antes incluso de rogarle supe por el brillo de maldad y codicia que no me lo entregaría. —por un instante sus ojos se nublaron de tristeza—, jugó con mi angustia, con mi desesperación como si conociera la verdad de lo que esconde la alhaja, para acabar burlándose y negándome tres veces lo que en realidad me pertenecía.
—Esa era Lillian, la madrastra de Henrietta —masculló—, no llegué a conocerla, aunque su mal carácter ha sido famoso en mi familia, pero...—, dudó—, me dijiste que mi tía...
—Veréis, tras la tercera negación está dispuesto que debo abandonar al poseedor del medallón y no volver a molestarlo jamás, sólo un nuevo dueño puede hacerme regresar, tal y como hicisteis vos —curvó los labios en una lastimera sonrisa al tiempo que dejaba resbalar un nudillo por la tersa mejilla—, estaba a punto de desaparecer derrotado cuando tras la rendija de la puerta me percaté que alguien nos observaba, una preciosa niña de ojos dulces me sonreía. Lamenté profundamente que no fuese ella la portadora, ya que no me cupo duda que esa chiquilla hubiese hecho realidad mi cometido. Jamás volví a verla.
—De acuerdo, suponiendo que te crea, sólo suponiendo, si esa niña era mi tía ¿Por qué no te devolvió el medallón cuando lo tuvo en su poder?
—No tengo respuesta para eso, quizá no supo, quizá no quiso o quizá estaba escrito que fuerais vos, su descendiente quien tuviera ese poder –dijo muy serio.
—¿Y que pasaría si decido no dártelo? –preguntó.
—Me romperíais el alma, pero tendría que irme y esperar una nueva oportunidad, así a de ser –susurró tristemente –esperar eternamente hasta que alguien se apiade de mí y de los hombres, mujeres y niños que aguardan ser libres.
—Joder Aldair, no me nombres a tu gente o me pondré más nerviosa de lo que ya estoy –se levantó incapaz de permanecer un segundo más quieta.
—Lamento inquietaros, mas la maldición no sólo recae sobre mí, si así fuera no me importaría en absoluto –habló totalmente convencido–, pero mi pueblo vaga conmigo, se arrastra por la oscuridad y la desolación sin poder hacer nada hasta que la gema sea restituida a sus legítimos dueños.
—Hablas mucho de ese hechizo –cruzó los brazos sobre el pecho y lo miró desde arriba—, pero jamás me has hablado de ella.
—Os contaré lo que deseéis saber.
—Te escucho –apartó la mirada, la pena que enturbiaba sus verdes iris la angustiaba—, tienes toda mi atención, aunque no prometo que creeré lo que me cuentes, esto es demasiado fantástico como para ser cierto.
—Me conformo con que lo intentéis –aseveró indicándola con un gesto que se sentase de nuevo. Sujetó sus manos entre las suyas una vez estuvo junto a él—. Hace mucho tiempo existió una poderosa y hechicera guerrera llamada Carman que junto a sus tres hijos Dun, Dother y Dian, intentó conquistar Irlanda. Para hacerles ver la gran magia que poseía y que difícilmente podrían con ellos, destruyó toda la fruta de ese hermoso país. Cuatro de los Tuatha Dé Danann, Crichinbel, Lug, Bé Chuille y Aoi les desafiaron, venciéndoles. Sus vástagos fueron obligados a abandonar Irlanda, mientras que Carman fue encarcelada.
—Continua, no pares –le animó a seguir al ver que se había callado.
—La leyenda cuenta que la bruja murió de nostalgia y fue enterrada en Wexford entre enormes árboles de roble en una tumba excavada por Bress, el joven rey Fomorian. Más la realidad es bien distinta... Carman nunca murió y para evitar que continuase haciendo más maldades, con la ayuda de un poderoso hechizo lograron encerrarla en el medallón que vos poseéis.
—Interesante, pero en tu historia hay un pequeño fallo, si esa tal Carman era irlandesa ¿cómo narices fue a parar a Escocia?

Aunque aquella historia le parecía tan fantástica como las que le contaba su tía Henrietta cuando era niña, hadas maravillosas y duendes traviesos, mágicos unicornios galopando por interminables praderas, malvadas brujas sedientas de sangre y el apuesto héroe que salvaba el mundo de sus maquiavélicas intenciones. Siempre había alabado la imaginación desbordante de aquella adorable mujer e incluso la había instado a que escribiera un libro con todas aquellas leyendas o cuentos que salían de su bulliciosa mente y que ella con su pícara sonrisa rechazó muerta de vergüenza. Parpadeó y fijó su interrogante mirada en él esperando una respuesta.

Aldair observó el semblante de Liana, estaba digiriendo todo aquello con más calma de la que se esperó en un principio y la pregunta tan inteligente que le hizo le confirmó que aunque quizá no le creía del todo, si le estaba prestando atención.

—Como ya os he dicho Carman no murió —se mesó el cabello y tomó aire antes de continuar—, y como gran hechicera eran muchos los que la temían, pero también otros que se aferraban a su poder. Cuando estos supieron cual era la verdad del destino de la bruja, hicieron lo posible por recuperar la gema y liberar su alma, con la intención de compartir su destructor reinado.
—Eso es diabólico.
—La ambición del hombre no tiene límites y menos la de los negros corazones.
—Continua, por favor —lo instó.
—Se libraron secretas pero sangrientas batallas, hombres buenos pagaron con su sangre y su vida para que la humanidad se viera libre del terror y la hambruna que los asolaría si Carman volvía a posar sus pies sobre la tierra —frunció el ceño—, uno de ellos fue Éamon O’Coneill, disfrazado de pordiosero y con el medallón oculto entre los pliegues de su raída túnica, partió una fría noche amparado por el intimidad de las sombras, abandonando a su gente entre los que estaban su esposa e hijos, hacia las islas de Aran, en aquel agreste territorio pensaba ocultar la causa de tantas muertes para siempre.

Liana lo escuchaba sin parpadear, carraspeó cuando él se mantuvo unos segundos en silencio, como si su mente vagara más allá de las cuatro paredes que los rodeaban.

—Nunca logró llegar —continuó—, en la segunda jornada de su camino fue interceptado por varios hombres que lo atacaron e hirieron, aunque no consiguieron hacerse con lo que buscaban con tanto afán, las heridas que le profirieron eran tan graves que supo que moriría antes de que cayera la noche.
—Pobre hombre —se lamentó Liana con los ojos relucientes por las lágrimas contenidas—, tanto esfuerzo para nada, espero que al menos le diera tiempo de esconder bien el medallón.
—Unos viajeros que se dirigían a una boda vieron la desigual lucha y arremetieron contra los asaltantes, tres contra uno es un acto de cobardía, apenas lanzaron un grito de guerra y se abalanzaron sobre los encapuchados batiéndose estos en retirada, pero nada pudieron hacer por O’Coneill. En sus últimos minutos y con los estertores de la muerte golpeando su pecho, le contó la historia a uno de los hombres que acudieron en su auxilio y con manos temblorosas le entregó el colgante en un desesperado intento de ponerlo a salvo y con el último hálito de vida le arrancó la promesa que lo defendería con su vida—, curvó tristemente los labios ante la cara de asombro de Liana—, este hombre conocedor de la historia, juró por su honor que a partir de ese momento él y más tarde sus descendientes defenderían con su sangre la custodia de tan preciado objeto. Tres días después con poco más que lo puesto y en compañía de su esposa, de dos de sus cuatro hijos, su nuera y un nieto abandonó para siempre Irlanda. Unas semanas después llegó a Escocia, se estableció en las tierras altas y fundó el clan McRea. Él fue el primer McRea en poseer y custodiar la joya con el alma de la bruja y yo...—, su tono de voz bajó hasta convertirse en un susurró lleno de culpa y los párpados descendieron ocultando las dilatadas pupilas—, yo el que no supo mantenerlo a salvo de las codiciosas manos.
—Aldair.

Alzó la vista hacia ella lleno de esperanza, cuando sus ojos se encontraron vio las dudas reflejadas en los ónices brillantes por las humedad y tuvo miedo. Pánico a que le negara una vez más la alhaja a pesar de saber su verdadero misterio y terror a que se la diera negándose a irse con él cuando se lo pidiese y tener entonces que alejarse de ella para siempre. Su corazón palpitó acelerado y con sentimientos cruzados, deseaba cerrar el círculo y regresar a su clan, liberarlos por fin, y el amor que sentía por aquella mujer lo instaba a anhelar una negativa, pero con las manos llenas o vacías se alejaría de ella de todos modos. Volvería a perder de un modo u otro y esta vez sería su desgarrada alma que sangraría hasta quedarse seca. Alargó el brazo y con el índice recogió la perla de humedad que se deslizaba por el rostro compungido de Liana.

Liana se quedó mirándolo sin saber que decir, una solitaria lágrima resbaló por su mejilla como único síntoma del dolor que sintió al escuchar el final de la historia, la culpa que atenazaba a aquel formidable guerrero. Tras oír sus palabras no le cupo ninguna duda de la veracidad de las mismas, pero su mitad racional no aceptaba aquello, sencillamente no podía. Debía pensar, alejarse de él y meditar sobre lo que acababa de saber. Sin decir nada caminó hasta el dormitorio, antes de entrar se giró para observarlo, él mantenía la vista clavada en ella, al mirar sus ojos vio un gran padecimiento brillando en ellos.


—Necesito estar sola –musitó antes de cerrar la puerta tras de sí.

Una vez sus emociones estuvieron controladas, Aldair se puso en pie y fue a la estancia, debía acabar su misión y llevar a cabo lo que tan resueltamente había decidido esa mañana. Aunque aún le quedaría una oportunidad más si decía el temido no, ansiaba que ella hubiese entendido y se la devolviera para que su clan por fin encontrase la paz. Con un suspiro cansado abrió la puerta y la observó, Liana estaba tendida en el lecho, encogida sobre si misma. Caminó con sigilo y se sentó a su lado, alzó la mano y le acarició el cabello, ella no se movió a pesar de no dormir.


No sabía que impulso la había llevado a leer el pequeño diario que perteneció a su tía, en realidad iba a volver a su cama a disfrutar un poco más de la estampa dormida de su escocés, pero al pasar por el salón el libro la llamó. Apenas llevaba unas pocas páginas, cuando se detuvo asombrada al llegar el pasaje de la aparición Aldair, no podía creer lo que estaba leyendo, de hecho tuvo que releerlo un par de veces para percatarse de la realidad. Allí, con la característica letra picuda de Henrietta sobre el amarillento papel, le describía perfectamente narrando la misma historia que él le contó al principio. Se apartó una furtiva lágrima, ahora entendía muchas cosas, tal vez demasiadas para su pragmático y ordenado cerebro.
Comprendió de pronto los modales, el vocabulario, la forma de moverse de aquel hombre que le había robado el corazón, y también los desvaríos de su tía. No, nunca había sido rarita como la tachaban algunos, ni loca como le decían otros, aquella maravillosa mujer había sido bendecida con el don de poder ver más allá de la común realidad que estaba vedada al resto de los mortales.
Recordar como él la había narrado, con tanta vehemencia y tanta consternación al mismo tiempo, lo acontecido con el medallón le hizo encogerse en el centro de la cama presa de los sentimientos cruzados que la embargaban, tratando de aliviar la presión que atenazaba su estómago y su pecho y que amenazaba con ahogarla.
Lo oyó entrar, quiso decirle que se largara pero no abrió la boca, ni siquiera cuando los largos dedos se hundieron en su pelo.

—Liana, lo lamento tanto...
—No –le interrumpió manteniendo la misma posición—, soy yo quien siente haber pensado que todo era invención tuya.
—No debéis pedirme perdón, pues yo en vuestro lugar hubiese actuado igual y el saber que ahora no dudáis de mí me llena de satisfacción—, al verla asentir soltando un quedo suspiro le animó a seguir hablando—. Mi señora—, dijo suavemente—, debo pediros algo.
—El medallón supongo –añadió con voz cansada.
—Y algo más.
—¿Qué más? –se revolvió en la cama para quedar frente a él.
—Venid conmigo— posó un dedo sobre sus labios para evitar que hablara –Os amo Liana.
—¿Te has vuelto loco? –gritó sentándose en la cama.
–No sólo necesito la joya, también os necesito a vos –musitó acunando el crispado rostro entre sus manos
—¡No! —le apartó de un manotazo y se bajó del lecho de un salto—, ¿hasta esos extremos estás dispuesto a llegar por la maldita baratija?
—No os comprendo –dijo al ver su enfado.
—¿Tan importante es para ti que no dudas en jugar con los sentimientos de las personas? –fue al armario y sacó unos vaqueros junto con una camiseta–, no te cuesta trabajo mentir y decir que me amas si con ello te doy lo que quieres.
—No os miento –la vio vestirse a toda prisa, se acercó hasta ella y sujetándola de los hombros la giró–, os amo con todo lo que soy capaz.
—Vete a la mierda Aldair –se desprendió de su agarre y cogió su bolso rebuscando en el interior–, y vete solo, sin esto—, espetó sacando el medallón y colgándoselo.
—Liana.
—Déjame en paz –salió del cuarto y de la casa a todo correr antes de que el pesar que mostraban sus ojos hiciesen mella en ella. Se tapó los oídos en un frustrado intento de no escuchar como la llamaba.

Continuará...


GRACIAS POR LEERNOS Y COMENTAR


18 comentarios:

Ade (una de las orgullosas mamás de este lindo bebé) dijo...

El capítulo es largo (y sólo está la 1ª parte, jeje) pero como tenéis todo el fin de semana por delante sin duda os dará tiempo a leerlo.

Espero que las que tantas ganas teníais de saber lo que esconde el medallón os hayáis visto satisfechas con la explicación, ya nos contareis.

Johan ¿por casualidad te has visto identificada con alguna palabra en concreto? Jajaja. Dios, como nos reímos al ponerla.

Besos para tod@s.
Feliz y travieso fin de semana.

AKASHA BOWMAN. dijo...

No importa la extensión del capítulo, aunque fuera el doble de largo lo leería con idéntica atención y premura.
Resalto una frase del principio que me hizo esbozar una gran sonrisa: "... Genial, llevo dos semanas jodiendo desenfrenadamente con un maldito ente..." Esta Liana es todo un carácter, muchachita díscola...
Debo felicitaros (por todo en general) pero por la magnífica ambientación en particular, me gusta el aspecto histórico y verídico que le proporcionáis al relato, mecionando nombres propios y empleando vocabulario de la época. Bravo.
Soy una enamorada (aparte de mi querida Inglaterra) de Irlanda, de Escocia y de toda la historia que ambas encierran. Me he leído mucho acerca de sus pobladores, sus mitos, sus leyendas... por eso ver que mencionábais a los Tuatha Dé Danann y algunos nombres que conozco ( como Lug... por ejemplo) me ha resultado muy grato.

Fascinante el misterio descubierto del medallón, muchas veces me preguntaba qué encerraría, y me parece fascinante la historia de la bruja condenada y atrapada en su interior. Uffff todo esto de hechizos, brujas y fantasía me encanta... estoy cautivada en serio.

Disculpadme, pero a veces Liana me exaspera un poco con sus prontos terribles, realmente el diálogo del final me la mostró como una niña caprichosa y exaltada, no era para reaccionar así si al fin y al cabo el hombre le estaba declarando su amor y su intención de que lo acompañara a través del tiempo.

Espero el lunes ansiosa.


PD) Os advertí de la peligrosidad de mis extensos comentarios, espero y no os moleste,así soy yo. Me gusta "desmigar" todo lo que leo. Besos mil preciosas

Ade dijo...

Desmiga Akasha, desmiga, que a nosotras nos encanta y tú bien sabes que yo también suelo escribir bastante.

Ya lo creo que Liana tiene carácter y un sentido del humor, a mi parecer, muy bueno.
Por lo menos nosotras nos reímos cuando de repente se nos ocurre alguno de esos golpes que tanta gracia os hace.

Gracias por tus felicitaciones y claro que es imprescindible cuando escribes algo de una época que no tiene nada que ver con la tuya el investigar sobre ella y su cultura.

Eso sí, nos tenías que haber visto con la historia de Niall, se nos olvidaba mucha veces su manera de hablar, menos mal que al corregir nos dábamos cuenta y lo cambiábamos.

Besos y nos vemos el martes, a no ser que tú publiques antes, que ojalá sea así.

J.P. Alexander dijo...

Estoy deacuerdo con AKASHA Liana hace sufrir mucho Aldair, uy sigan chicas les mando un beso. Feliz fin de semana

Iris Martinaya dijo...

Sabía que al fin había visto que no mentía que era real. Pobre Liana, también a debido ser un golpe para ella. Esto no es algo de todos los días, que venga un tío del pasado y...

Por otro lado la leyenda del medallon, Carman y demás, es digna de otro libro eh.

Y por último haber que pasa ahora, porqué si mis cálculos no me fallan, Liana le ha negado el medallon dos veces ya.

Esperemos que nos trae el siguiente capítulo, que esa cabezota, aunque comprensible su actitud recapacite.

Besos niñas y feliz fin de semana.

Macu Marrero dijo...

Bravooooo. Chiquillas me quedé bien con lo del diario, interesantísimo (no era un poyón como dijo Mariola en mi relato jjajaa). A gusto. Me encantaron los toques de humor de Liana (que no falten), la explicación de la historia del medallón, magnifica. También en el otro capi anterior me gustó lo de los datos históricos. Ahora toca a esperar al próximo. Gracias me he quedado muy bien aunque con ganillas de más. Ayyyyyyy que me vais a matar.

laqua dijo...

También me encantó lo de "jodiendo con un maldito ente", jajaja!! Y Mulder y Scolly!! Genial!!
Ahora, yo también pienso que ella actúa de manera caprichosa en la escena final... me decepción Liana, la venía llevando bien y todo hasta ese arranque infantil. En fin, nadie es perfecto.
Besos y se las quiere.

KaRoL ScAnDiu dijo...

Ha estado GENIAL. La historia, la leyenda, es perfecta y hermosa. Que pena de mi Aldair, cada vez el quiero mas. YLiana... que genio tiene la amiga jajajaja... debería de escucharle, creeler... pero ahora encima... no nos dejéis asi por demasiado tiempo, plisssss os kiero;d... kisses

veronik dijo...

MMMMMM ya termine de leerlo y ahora falta mucho para el martes¡¡¡¡¡¡ por fin se aclara todo lo del medallon vaya niñas me impresionaron con la historia muy bien plantada para que podamos entenderla por eso digo que acada capitulo mejoran con su escritura felicidades¡¡¡¡¡ un besaso

PD. pasando lista jeje¡¡

Anna ( blog princesa) dijo...

Pobrecita Liana ¡ en menudo marron esta metida !
Oye chicas me ha encantado la tension que se respiraba en cada parrafo del capitulo ¡ lo haceis genial !!

Besotes y buen finde

SANDRA dijo...

pues yo no esperaba que cogiese la puerta y se marchase diciendole queno le entregaba el medallón, esta sería la 3ª pero como Aldair nollegó a pedirselo no contaría ¿no? o me equivoco.

Ana Catalina dijo...

Hola, hola... hace un buen que no comento pero eso es porque en dondé yo vivo que es en Monterrey, Nuevo León, México nos cayo un huracán bien fuerte y destrozo las redes de comunicación... asi que mi Internet no funciona bien... asi que cuándo esto vuelva a la normalidad leere los capi atrasados... Besos :)

krlitalabeba dijo...

OMG!!!!!!! demasiadooo comico cuando liana dijo lo de que era el primo de Matusalem jajaja me moriii de la risa y dioss como puede no creerle a ALDAIR kiere estar con ella la verdad es tonta yo me voy con el porq ah demostrado q la ama de verdad ahoraa q va ah pasarrrrr se va ah irrrr o queeee ?? dios chicas esta historia esta q echa chispa y atrapa demasiadoo espero hasta el martesssss



SALUDOSSSS A LAS DOS Y BESOS CHICAS


AH Y FALTAN HORAS Y SE CORONA ESPAÑA QUE EL PULPO RAUL DIGA LA VERDAD KIERO VER A IKER LEVANTANDO LA COPAAA DIOSSSS♥

Lu Morales dijo...

Hola!
Secundo todas las opiniones que ya os han dejado por aquí, es que ya os lo han dicho todo. Esas reseñas históricas, la historia en sí del medallón, la del propio Aldair. Y para contrapunto Liana y su ácido sentido de la realidad. Os vais superando capi tras capi.

A cuidarse chicas, sed felices!
Besos!

Ade (una de las orgullosas mamás de este lindo bebé) dijo...

Siento que Liana os defraudase esta vez, pero en situaciones como esta una no sabe como va a reaccionar, tiene demasiada información fantástica y verídica para asimilar, así que... ¿qué tal si le damos algo de tiempo para que lo haga?

Es bueno que sigáis riendo, porque la risa es salud.

Ana Catalina, me dejaste pasmada, no sabía que vivías ahí. Mientras que sólo sean las redes de comunicaciones lo que hayan salido mal paradas y no desgracias personales, va todo bien.
Desde aquí tienes nuestro apoyo y te esperaremos con los brazos abiertos.

Que pocas horas faltan para el ansiado partido ¡QUÉ NERVIOS!
Sé que Paul esta vez tampoco fallará en el resultado.

Besos para tod@as y agradeceros una vez vuestras palabras.

Mariola (la otra orgullosa mamá) dijo...

Hola chicas, por fin puedo comentar.

Como siempre digo gracias por comentar y apoyarnos capítulo a capítulo.

Es normal que Liana se sienta un poco rara con esta situación, que por muy buenísimo que esté Aldair el momento es algo delicado. Seguro que Ade y yo nos hubiésemos agarrado como lapas y le diríamos algo tipo: Más vale que te apures no sea que perdamos el tren y mientras llegamos puedes usar tus encantos para que no me de mucho miedo el viajecito.

Como dice mi primi, demosle tiempo a ver que tal reacciona, aunque fácil no va a ser, y con el carácter que tiene esta muchacha lo mismo lo manda a hacer puñetas y se queda tan ancha. A saber.

Ufff Ana Catalina, menudo susto tuviste que pasar, pero me alegro mucho que solo fuese eso y que te encuentres bien.

Gracias otra vez a todas por pasar, ahora a reponer fuerzas para el partido, Aúpa España.

Besazos

Mariola

Un Viaje de Amor y Erotismo dijo...

Me encanntó la historia del medallón! Una lástima que no venga con un "Modo Rayo Razonador", que a Liana le vendría bastante bien... digo, el tipo le suelta que la ama y ella lo tilda de mentiroso? - Otra vez. - Mujer, mujer, que mas necesitas para creerle?!

Yo hummildemente ofrezco mis brazos abiertos para el pobrechito-muñequito con el corazón roto de Aldair... Ven con la tía Sabry!

(Aahhh, y creo que Aldair debería darle una cucharada de su propia medicina, un cachito de desprecio para que sepa que se siente, muajajaja!!)

Como siempre, especatuclar capi, mis niñas, menos mal que mañana es martes y viene la continuación... asi no espero taaaanto. Cariñitos! =D

Maria dijo...

Bueno Niñas,de nuevo estoy por aquí después de estos dias desaparecida….desaparecida,si,pero no me olvidaba de mi Aldair¿q estaria ocurriendo con él?ya se habrian apropiado alguien mas de ese hombre?en estos dos cap.q tenia atrasados ya Liana habria entendido en du dura cabezota que era el hombre de su vida y q todo lo q el decia era real?
Pues por lo q veo todas las preguntas q me hacia fueran contestadas,ya veo q Aldair tiene mas de una duena(meecachis)Que Liana por fin se dio cuenta en realidad quien es ese machomen que tiene al lado….y por que no decirlo,LIANA,me esta cayendo como un grano en el culo…y ya es decir….no me gusto como nego de nuevo el medallón a Aldair,no lo entiendo..y tp como el se postra a sus pies declarando su amor y ella lo rechaza diciendo q es mentira q no puede ser….leñe,la autoestima de esta chica esta por los suelos al no ver el amor q desprende los gestos y las palabras de ese hombre…..¡¡¡argh!!! espero que su carácter valiente,sincero e intrepido salga de nuevo dentro de ella y deje atrás a la bruja en la q se convirtió en este cap…..pq si no sale alguien q yo se me y estoy de momento tranquilita eh.
Lo q sabia q no cambiaria de ninguna forma,es su forma de relatar niñas,las caracterizaciones,la ambientacion,las descripciones,el humor,la emocion…sigue estando ahí en cada cap.

Un beso niñas

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