viernes, 16 de julio de 2010

-CONQUISTADO POR UN SUEÑO — CAPÍTULO 13 (1ª parte)-






Llevaba horas mirando a través de la ventana, había corrido hacia allí en el mismo instante en que escuchó cerrarse las puertas del ascensor, necesitaba verlo una vez más y cuando él alzó la cabeza hacia ella antes de desaparecer por la esquina del edificio de enfrente, le fue imposible moverse del lugar. Tenía la absurda idea de que podría aparecer de un momento a otro, que podría volver a abrazarle y aspirar su olor... banales anhelos, él no vendría, el regreso era necesario ya que se debía a su gente.

Apoyó la frente contra el frío vidrio y cerró los párpados con fuerza para evitar seguir derramando más lágrimas, pero estas se empeñaban en no cejar de fluir ahogándola en su tristeza.
Se llevó las manos a la cabeza, los dedos aprisionaron férreamente su cráneo en un vano intento de frenar el constante martilleo de las palabras de Aldair: “os amo”, “venid conmigo, os lo suplico”, os necesito”.

—¡Basta! —gritó separándose del cristal y dándole la espalda a la calle—. ¡Deja de acosarme!

Contempló el salón, el mobiliario con que había decorado la casa que sus padres le dejaron en herencia dejándola a su gusto, el pequeño sofá donde había compartido con él tantas risas y tantas caricias, emitió un pequeño sollozo cuando le invocó ahí sentado, con los brazos abiertos sobre el respaldo en esa postura indolente y poderosa al mismo tiempo, que tan atractiva le resultaba, mientras que le guiñaba un ojo pícaramente y curvaba sus apetecibles labios invitándola a compartir de nuevo el paraíso.
La añorada imagen desapareció tan rápido como vino.

Un vacío oscuro y profundo la embargó dejándola débil y el frío extraño que la envolvió la estremeció obligándola a abrazarse a sí misma en una fútil tentativa de aplacar los temblores que la recorrían. Apenas hacía unas horas que se había marchado y ya le dolía su ausencia.
Se llevó las manos al rostro y se dejó caer de rodillas, el eco de su propia voz pronunciando el nombre de su guerrero le llegó a los oídos. Aldair. Le iba a echar terriblemente de menos, extrañaría sus historias, sus gracias y sus besos. Aldair repitió entre hipidos. ¿Cómo iba a ser capaz de vivir sin él? ¿Cómo lograría sobrellevar las largas noches sin sentir su calor?
Dejó caer los brazos con lacerante lentitud, sin fuerza abrió los ojos clavándolos en el diario que reposaba sobre el sofá ajeno a su sufrimiento.

—Cuanta falta me haces, tía Henrietta —murmuró.

Se puso en pie y caminó hacia él, tomó el pequeño libro entre las manos y se sentó cansinamente. Deslizó los dedos pausadamente por las desgastadas páginas, si su tía estuviese allí sin duda la hubiese mecido entre sus brazos aliviándole el dolor que sentía. Apretó los párpados y casi pudo percibir la tierna caricia de Henrietta sobre su cabello como cuando era niña.
Una voz conocida y querida fluyó a través de sus pensamientos, la oía tan nítidamente que por un instante creyó que estaba junto a ella.

—Mi terca y adorada sobrina, ni aún teniendo las pruebas a tu alcance te permites ser feliz.
—No sé que hacer, si me voy perderé todo por...
—Cariño, si le dejas marchar no tendrás nada y estarás despreciando el regalo que te hice.
—¿Yo? —preguntó sorprendida.
—Sí, tú tontita —dijo tocando con la yema del dedo la punta de su nariz—. ¿Acaso no te has preguntado por qué no hice uso del medallón?
—Cientos de veces desde que descubrí la verdad —admitió asintiendo—, aunque pensé que quizá fue por el tío James.
—Él fue una de las razones. Bien sabes que fue el amor de mi vida, mi alma gemela y cuando desapareció dejándome con sus recuerdos, no me vi con fuerzas de reemplazarle. Nadie podría ocupar su lugar, ni siquiera el guapo escocés que una vez tuve el gusto de vislumbrar durante unos breves minutos.
—Aldair —susurró con pesar.
—Así es —posó un nudillo bajo su barbilla elevándole la cabeza para que la mirase—. Nunca olvidaré el día que mi querida cuñada me animó a que te cogiera, eras tan minúscula que me aterraba hacerlo, si apenas tenías unas horas de vida. Cuando te acuné entre mis brazos supe que todo sería poco para ti, que arañaría de donde fuese cualquier migaja para lograr hacerte feliz y lo cierto es que creo que logré llevar a cabo bastante bien mi cometido.
—Si que lo hiciste y te estoy muy agradecida —sonriendo atrapó su mano entre las suyas.
—Sin embargo he fallado en algo —dijo haciendo un mohín—, quise ofrecerte un amor tan grande como el que tuve yo y lo despreciaste.
—Tía...
—Escúchame, él fue el otro motivo por el que jamás llegué a tocar la escarlata piedra. Con el transcurrir de los años fui dándome cuenta que quizá con ese guerrero podrías tener la oportunidad que tantas veces te fue negada, la de amar y ser amaba —acarició su mejilla con suavidad—. Sabes que fue muy poco el tiempo que le vi, pero esos ojos... pocas veces he visto una mirada tan sincera y tan parecida a la tuya.
—Dios, no sé que hacer —exclamó abrazándola.
—Es fácil cariño —musitó aprisionándola entre sus brazos—, recupera el regalo y no te desprendas de él nunca.

Liana parpadeó hasta conseguir abrir los ojos, miró a su alrededor sorprendida de hallarse sola. No había sido más que un sueño, pero tan esclarecedor. Su vida no era nada sin Aldair, ¿de qué le serviría la casa, el trabajo, la misma existencia si él no estaba ahí para compartirlo?

—Gracias tía –elevó la vista al cielo—, por el regalo y por seguir estando ahí cuando te necesito.

La profunda voz de Aldair volvió a resonar en su mente: “no me iré del todo hasta que el día toque a su fin y nazca uno nuevo”. Miró el reloj que llevaba en la muñeca, las 23.05.

—Oh, Dios mío, sólo me quedan 55 minutos.

Corrió hacia su dormitorio, no tenía tiempo para preparar la maleta así que rebuscó en el interior del ropero hasta encontrar la mochila que se compró el año pasado, para la excursión de un fin de semana que hizo junto con Carlos. Puso los ojos en blanco, a su amigo no le iba a sentar nada bien la noticia, pero era su vida y su vida era Aldair.
Metió un par de vaqueros y otras tantas camisetas sin preocuparse si combinaban o si se arrugaban, de allí se dirigió al baño, guardó el cepillo de dientes y la pasta dentífrica, fue hacia el botiquín y a pesar de que andaba escaso de medicamentos, las manos le temblaban tanto que acabó tirando la mitad de ellos, blasfemando en alto por su torpeza se agachó pues justo lo que necesita se encontraba desperdigado en el suelo, sin dejar de maldecir cogió las píldoras anticonceptivas, el ibuprofeno y el paracetamol, aún en cuclillas se giró para abrir el armario que se encontraba debajo del lavabo y tomó la caja de tampax que todavía estaba sin estrenar, movió la cabeza lentamente, que horrible sería cuando se le terminasen y tuviese que utilizar paños, no pudo evitar un estremecimiento, “joder, las cosas que una tiene que hacer por amor”. Se levantó y fue de nuevo a su dormitorio, con pasos rápidos se acercó a la cómoda y sin pararse a mirar ni a seleccionar lo que cogía, empezó a llenar la mochila hasta que ya no pudo entrar ni un alfiler.
Se puso la chaqueta forrada, se colgó su bolso, asió las llaves del coche y se paró en la entrada para echar un último vistazo a la que fue su casa durante tantos años, el sofá le recordó lo que dejaba tumbado en él, se acercó rauda, asió el diario apoyándolo junto a su pecho unos segundos antes de guardarlo en su bandolera, exhaló con fuerza, agarró el macuto que descansaba al lado del umbral y cerró la puerta. Su hogar ahora era Aldair y daba igual donde fuese mientras que estuviese con él.
Bajó las escaleras corriendo, no podía perder el tiempo esperando a que el ascensor subiese, al llegar a la calle agradeció elevando la mirada al cielo que su pequeño guerrero estuviese justo frente al portal, se despojó de la carga que llevaba dejándolas en el asiento del copiloto y arrancó, no sin antes echarle un vistazo al reloj, las 23.20.

—No te pongas nerviosa, Liana, sé que lo lograrás —se animó a sí misma alzando los puños cerrados en el aire, para enseguida volver a sujetar el volante.



Había deambulado sin rumbo y sin sentido por las atestadas calles de Edimburgo mezclándose entre la gente como uno más, antes de ir al lugar desde donde regresaría con los suyos. Suspiró cansinamente y miró la luna que rielaba en lo alto ajena a su pesar. Le desgarraba el corazón marcharse sin Liana porque sabía que sin duda alguna era la mujer de su vida, a la única que amó, amaba y amaría por el resto de sus días.
Una punzada de desazón le encogió el estómago al darse cuenta que ella no compartía los mismos sentimientos que lo ahogaban a él. ¿Lo recordaría alguna vez con el transcurrir de los años?
Sacudió la cabeza apartando esos pensamientos. Ojalá Liana conociera a un hombre que la hiciera feliz, sí, deseaba por todos los medios su felicidad aunque no fuera él el compañero elegido.
Tragando saliva se incorporó y se dirigió al punto exacto donde acabaría todo.



Lo bueno que tenía circular a esas horas de la noche era lo despejado que se encontraban las carreteras, así que a pesar de ir con los minutos justos confiaba en poder llegar a tiempo, debía hacerlo, porque pensar en no volver a verle nunca más le destrozaba el corazón, pero que encima él se fuera sin haberle confesado lo mucho que le amaba le desgarraba el alma, era necesario que lo supiese, tenía que saberlo. De pronto cayó en la cuenta, no tenía ni idea de donde tenía que ir, fue aminorando la velocidad hasta casi hacer parar el vehículo. “Haz funcionar las neuronas, Liana, demuestra que eres una mujer”. La palabra brujas no cejaba de rondarle en la mente, pero sólo podía pensar en un par de ellas y seguían vivitas, coleando y escribiendo como posesas. Maldita sea, tenía que haber prestado más atención en las clases de historia. Estaba a punto de frenar cuando se hizo la luz no sólo en su mente sino en su cara al curvarse los labios hacia arriba, recordó como si fuese ayer lo terriblemente bien que se lo pasó con unos amigos la noche que celebraron Samhain justo donde Aldair se encontraba... en Calton Hill. ¡Claro! No podía ser otro el lugar, menudas fiestas debieron de montar esos energúmenos de antaño con todas esas hogueras y los espeluznantes chillidos.
Rechazando esos horribles pensamientos pisó a fondo el acelerador, rezando en voz alta para que la policía no la parase.

—Dios mío, sabes que con todo el sacrificio del mundo he estado llevando a cabo la promesa que te hice, también sabes que tarde o temprano caería de nuevo en la tentación —miró durante unos segundos hacia arriba encogiéndose de hombros—, así que ¿qué tal si me ayudas a resistir ayudándome a encontrarle? Mira que allí desconocen lo que es el chocolate y cumpliría el juramento al cien por cien —dijo levantando el pulgar, poniéndose enseguida seria—. Por favor, déjame llegar a tiempo.

Increíblemente todos los semáforos que se hallaban a todo lo largo de Princess St. los fue encontrando en verde, si esto no era un milagro, que alguien fuese tan amable de explicarle que era.
El segundo milagro se produjo al encontrar aparcamiento en Leith St. No cabía duda, Dios la amaba.
Oteó el reloj antes de salir al exterior, las 23.27.
Cogió todos los bártulos y cerró despacio la puerta del coche, pasó la mano lentamente por el lateral del techo.

—Te voy a echar de menos compañero, pero sin querer ofender, me voy con un guerrero que aunque tiene un cuerpo tan duro como el tuyo, posee unas manos y un... —carraspeó—, fuera de lo común. Estoy segura que Carlos cuidará bien de ti y hablando del diablo...

Sacó el móvil del bolso, buscó su nombre y se quedó mirándolo. Nunca pensó que alguna vez podría llegar este momento, creía que siempre estarían ahí el uno para el otro, que  envejecerían juntos y que incluso compartirían residencia liándola buena entre sus ancianos compañeros, pero no sería así, ya nunca más se verían. Suspiró con pesar intentando hacer desaparecer el nudo que le aprisionaba las cuerdas vocales, pues de lo contrario no podría articular ni una sola sílaba. Armándose de valor pulsó la tecla de llamada, al sexto tono saltó el buzón de voz, exhaló resignada.

—Carlos, no sabes como me hubiese gustado hablar contigo. Me marcho con Aldair o por lo menos esa es mi intención. Sí, ya sé que crees que es una locura y que cometo una tontería al marcharme con él, pero lo amo y estoy segura que es el hombre que puede hacerme feliz. No te preocupes por mí estaré bien, procuraré ponerme en contacto contigo en cuanto pueda —añadió tranquilizadora sabiendo que Carlos de lo contrario trataría de localizarla—, y me gustaría pedirte un favor, he dejado el coche aparcado en el número 35 de Leith street, frente a Emma Roy y yo que tú vendría por él bien tempranito o se lo llevará la grúa. Las llaves las encontrarás en el cajón superior de mi mesilla. Con respecto a mi casa, podrías irte a vivir a ella porque tardaré bastante en volver y dejar esa casucha por la que pagas un alquiler desorbitante, por lo menos las llaves ya las tienes. Bueno ahora tengo que dejarte o llegaré irremediablemente tarde al encuentro con Aldair, te echaré de menos, te envió un beso, cuídate y no olvides que te quiero. Adiós.
                             
Tragó con esfuerzo para apartar la congoja que le había embargado, se guardó el teléfono y se puso en marcha prácticamente a la carrera directa a Calton Hill, sólo esperaba no encontrarse con el espíritu de una de esas pobres mujeres que tan cruelmente fueron quemadas en la hoguera y si en cambio ser rodeada por los cálidos y protectores brazos de su hombre.
  
Continuará...

17 comentarios:

AKASHA BOWMAN. dijo...

Ufff la espera valió la pena... he estado con una desazón terrible todo el capítulo. He sentido la angustia ( la palabra ideal para definir esa sensación) de Liana con su frente apyada contra el frío vidrio de la ventana. Esa ansiedad buscando a su amor entre los transehúntes que vagaban como autómatas por las calles...
Sublime la "aparición" de tía Henrietta, capaz de abrirle los ojos a una verdad que ella se empeñaba en negar. Había renegado de usar el medallón confiada en que aquel valeroso guerrero sería idóneo para su intrépida sobrina. Un acto muy bello, y me alegro que Liana hubiera sido cabal como para hacerle caso.
Me hizo mucha gracia su premura por recoger todo lo que ella consideraba necesario en su viaje ( pasta de dientes, medicinas...) teniendo en cuenta que en algún momento todo eso se le terminará... el detalle de los tampax y los paños insuperable, no pude evitar cubrirme la boca para ocultar una sincera sonrisa.
No me gustó mucho que decidiera telefonear a Carlos, temía que intercediera negativamente de alguna forma, me alegra que saltara el contestador... jejejeje
Ahora espero ansiosa el martes para deleitarme con el esperado ¿encuentro? Espero que sí.


Por cierto, también me enojo siempre cada vez que me topo con el CONTINUARÁ jejejjejje

Besos mis niñas

KaRoL ScAnDiu dijo...

AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH... ¡¡Dios!! que capitulazooooo, no sé siquiera si esta palabra se utiliza pero es la unica que encuentro;D... por favor que llege a tiempo, jolin, que no se vaya Aldair sin ella...

Jejeeje, me imagino a Liana lavando la ropa en el rio, o utilizando los paños como compresas.... jajaja, que frase mas acertada utilizastéis: "lo que se hace por amor"...

Espero que llegue a tiempo, me muero por saber YA que es lo que sigue;D... kisses...

Iris Martinaya dijo...

Ay que estrés, veremos si los tampax de Liana resisten el viaje, si es que alcanza a Aldair.
Y esas dos brujas que escriben sin parar, quien serán?
Jeje, me encantan los cameos, o como se les llamen.
Me imagino las caras que pondrán los del clan de Aldair cuando vean los vaqueros de Liana.

Besos y que tengáis un estupendo fin de semana.

laqua dijo...

¡Muy buen capítulo!
¡Tan cierto lo de los medicamentos y los tampax y las anticonceptivas!
Me gustó mucho :D

Macu Marrero dijo...

Que risa, ella pensando en sus tampax jajjaja. Y en algo es como yo porque siempre tengo ibuprofeno. Y lo buenos que son, oye. Como nos dejáis como siempre esperando (coño,coño,coño) espero que llegue a tiempo.Pero no se, me da a mí que nos vais a hacer sufrir un poquillo. Besos almejas

Sabry Sandal dijo...

Corre, Liana, corre por tu amor!!

Buenisimo capitulo, si ya me parecia que yo tambien pisaba el acelerador con ella!!! Wiiiiiii!! Cómo vivo hasta el martes ahora, eh, eh, eh? EH?!

Me morí de risa con el ataque que le dio a los mediacmentos, se llevó todo!!! Bien pensado, chica!

Bechotes!!

Sabry Sandal

J.P. Alexander dijo...

Que dulce y precavida Liana ojala alcance a Aldair les mando un beso que tenga un lindo fin de semana

Ade dijo...

Que bien que os haya gustado y que como siempre además de sufrir, os hayáis reído.

Iris, nos encanta hacer esos cameos con nosotras, cuando de repente se nos ocurre soltamos unas buenas carcajadas.

Macu, hay que ver como me quedé cuando fui a entrar a tu blog y ya no estaba, snif.
Me alegro muchísimo de verte por aquí.

Besos enormes a todas y feliz fin de semana.

SANDRA dijo...

por una parte estoy desenado saber el desenlace pero por otra me da pena que no tengamos más a Aldair, ami me gustaría que acabaran juntos pero en esta época no en la pasada

Mariola dijo...

Hola chicas me alegro que os vaya gustando esta historia y vayais disfrutando de cada capítulo.

Pues si, Liana es una mujer precavida y se lleva todo a pesar de no tener tiempo casi jajajaja, ay Macu yo tambien soy de Ibuprofeno pero es que sirve para cualquier cosa jajaja.

Sandra guapa aun queda Aldair para rato, esto acaba de empezar.

Besos para todas y feliz fin de semana.

Ana Catalina dijo...

Hola, hola... Dios que capi más interesante, espero que Liana corra lo más rapido posible para que llegue a tiempo con mi Aldair... pobrecillo lo hacen esperar mucho jajaja Besos... :)

veronik dijo...

MMMMMMM.... apenas me emociono con el capitulo y ya tengo que esperar un largo fin de semana y sin tarea me dejaron para el fin jejej la proxima semana esperemos ver lo divertido de la espoca actual con la del otro siglo jejejeje un besote mis niñas....

PD. pasando lista¡¡¡¡

INFECTADO CERO dijo...

Hola Ade y Mariola, soy el hijo de Macu el Bulevard, si que pena que lo cerrara por culpa de algunas personas que se creen pro-diosas, bueno a lo que voy, Hize un nuevo blog a parte del de inzomnio, esta es mi url http://infectadosblog.blogspot.com/

yo os seguire desde aqui y espero lo mismo ¿eh? jajaj ya he visto a mi primo Ari y Dani en las fotos mostrando cuerpos un saludo.

Por cierto este nuevo blog va solo de zombies pero nesecito algo de promo y ustedes ya sois considerablemente veteranos besotes

Lu Morales dijo...

Hola!
En primer lugar. gracias por el premio, ahora lo pondré en la papelera para presumir de él.

En segundo lugar, pero por Dios chicas!! ¡¡¿¿Cómo no le habéis metido en el equipaje a Liana unas pinzas de depilarrr??!! si es el invento del siglo pasadoooo!!!
sublime el capítulo, espero que el próximo lo supere con ese reencuentro a las 23:59, ¿no? jejeje! Bueno, con vosotras se van superando siempre los capis.

Que paséis buen fin de semana!!
Besos!!

krlitalabeba dijo...

COMO ME VAN A DEJARRRRRRRRRRRRR ASIII DIOS SERA QUE LLEGA ESO ESPEROOOOOO AL FIN LA CABEZOTA DE LIANA GRACIAS A LA TIA SIGUE LO CORRECTO HAY QUE VER Q ES UNA TERCAAAA PERO ESPERO QUE LLEGUEN Q SE MERECEN SER FELIZ JUNTOSSS JAJAJAJA AUNQ IRSE A OTRA EPOCA DONDE LA TECNOLOGIA E SNULA DEBERIA SER CHIMBOOO AUNQ CON UN ALDAIR ASI YO ME VOYYYYYYY =)



SALUDOSSS CHICS EXELENTE CAPITULOOO

Andy dijo...

GUAU CHICAS ACABO DE LEER 3 CAPITUOS DE CORRIDO ESPECTACULAR!!! LAS FELICITO CADA DIA PERFECIONAN MAS EL ARTE DE ESCRIBIR LOGRAN QUE UNA SE SUMERJA EN LA HISTORIA DE TAL MANERA QUE CUANDO TERMINA EL CAPITULO ESTAS DESEANDO QUE COMIENSE EL SIGUIENTE LOS PERSONAJES TIENEN TANTA VIDA QUE POR POCO SALTAN DE LA COMPUTADORA (DIOS ESO ME ENCANTARIA SOBRE TODO SI EL QUE SALTA ES ALDAIR JEJEJE)LES DEJO MUCHOS BESOS Y ESPERO CON ANSIAS EL CAPITULO DEL MARTES!!!

Maria dijo...

Tengo dos cap. atrasados,y este q termino de leer ahora reconforta mi espiritu(q espiritu ni q leñe!!!)joder es lo q tenia q hacer,pq si no la cogia por el moño y la arrastraba hasta que reconociera Liana,que su destino es al lado de Aldair.....Me voy rauda al otro.

Un beso niñas mias

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