domingo, 20 de septiembre de 2009

EL GUERRERO DE MIS SUEÑOS(CAPITULO4)

Khons se incorporó en la cama, el minuto ya había pasado hacía casi una hora y ella no aparecía, se levantó, se puso los pantalones, y gruñendo bajó al garaje, la encontró sentada en una esquina, con la cabeza apoyada en la pared, dormida. Parecía una niña, una niña preciosa, la miró dormir durante unos minutos. Se acercó a ella y la alzó con mucho cuidado, salió del garaje y cerró la puerta con el talón, ella se movió y se agarró a él apoyando la cabeza en su pecho, fue hasta el sofá, pero lo pensó mejor y la tendió en la cama, se removió pero no se despertó, fue hasta una de las sillas y se sentó en ella clavando los ojos en la mujer que dormía plácidamente.

La estudió durante unos momentos, en realidad era muy diferente al tipo de mujer con la que Eleazar solía salir, ésta emanaba un aire de inocencia que no tenían las otras, tenía algo especial, o simplemente es que ella era especial, quizá fuese la elegida para ser la compañera de Eleazar, lo mismo esa era la causa de que le pidiera que la protegiera, se pasó la mano por el pelo y sonrió, sí, un velo de humo, una mujer que nadie conocía a la que nadie podría atacar, herir o secuestrar para utilizarla en contra de su grupo, ella sería la que atrapara al seductor, y a Eleazar no le era indiferente. Su jefe siempre decía que ninguna mujer lo cazaría, que los hombres se volvían débiles cuando se enamoraban, que bajaban la guardia ¿sería cierto?, tal vez tuviera razón, él lo había visto sonreír como nunca antes, había visto amor en sus ojos al mirarla, sí, sin duda vio la debilidad en su mirada cuando le pidió protección para Mariella y tristeza cuando se marchó con la maleta en la mano, así como satisfacción cuando él había vuelto y lo encontró en su casa. El amor volvía débiles a los hombres. Podría ser, el nunca había sentido amor verdadero hacía ninguna, y desde luego ninguna lo había sentido hacía él, ni siquiera su propia madre, que lo abandonó a las pocas horas de parirlo. Su niñez fue una verdadera mierda y su vida seguiría siendo igual de mierda si no hubiese sido por que en la pubertad, su cuerpo se desarrolló de forma increíble, por sus ansias de sobrevivir y por aquellos hombres que lo llevaron a la presencia de Eleazar, él había mirado y sonreído con satisfacción a aquel muchacho ancho de hombros y de mirada fiera, lo tomó bajo sus alas y lo preparó y le enseñó a ser un guardián, uno de los mejores, al mismo tiempo consiguió que por primera vez en su vida Khons confiara en alguien, Eleazar se convirtió en poco tiempo en su salvador, su maestro, su jefe y sobretodo su amigo. Apartó los recuerdos de su mente y se fijó en Mariella, apenas se había movido. Volvió a recorrerla con la mirada, tenía bonitas piernas, largas y torneadas, se fijó en el trasero que se ajustaba contra los cortos pantalones, redondo y apretado, ella se giró y quedó cara a él, instintivamente llevó los ojos hacia el pecho que se apretaba contra la camiseta, pidiendo a gritos que lo liberaran de su prisión, joder, estaba a cien. Se puso en pie y se tumbó junto a ella, vestido y sin rozarla siquiera, esa chica era tabú, recordó la mirada de amor que le dedicó a Eleazar cuando entró por primera vez en el despacho, como corrió hacía él para lanzarse a sus brazos, sintió envidia por primera vez en su vida, le gustaría tanto que una mujer lo mirara así, que esa mujer lo mirará así, aunque fuese por una vez, "¡eres un cabrón con suerte Eleazar!" pensó. Cerró los ojos y durmió.

Mariella abrió los ojos todavía adormilada y se sorprendió al sentir un brazo enorme sobre ella, trató de moverse, pero una pierna sobre las suyas la inmovilizaba, giró la cabeza y se encontró con el rostro de Khons frente al suyo, estaba dormido, fue girando el cuerpo lentamente hasta quedar tumbada boca arriba tratando de no despertarlo, lo volvió a mirar, estaba tan guapo , alargó la mano y le apartó un mechón de pelo que cruzaba su rostro, se detuvo un momento sintiendo lo sedoso que era entre sus dedos, después y con mucha calma, pasó un dedo por sus labios, él murmuró algo y se movió un poco, se asustó, cerró los ojos y se giró fingiendo que estaba dormida.

Khons llevaba despierto mucho rato, debería haberse levantado pero le gustaba sentir la calidez del cuerpo de una mujer entre sus brazos, llevaba años sin dormir con alguna, lo suyo era otra cosa, una noche de placer y después si te he visto no me acuerdo. Cuando despertó y se encontró abrazado a Mariella, al principio se sorprendió y luego recordó, debía separarse de ella, pero algo le hizo quedarse y retenerla un poco más, no la iba a tocar, al menos no como le gustaría, pero estaba dormida, así que se regaló unos pocos minutos más. Tan pronto como la sintió moverse cerró los ojos, para su sorpresa ella no gritó ni trató de separarse de él, por el contrario, jugueteo con su cabello y acarició sus labios, cuando sintió la suavidad de sus dedos sobre él no pudo dejar de gemir, un error, ella se apartó rápidamente de él. Pero aún no quería soltarla, "un poco más Khons, sólo un poco más" se dijo. Abrió la mano sobre su estómago y la atrajo hacía su cuerpo, pudo sentir su espalda sobre su pecho y como su endurecida entrepierna encajaba perfectamente contra sus nalgas, y estaba completamente seguro que aquellos senos encajarían en sus manos. Casi sin poder evitarlo enterró su cara en su cabello castaño, acariciándole con su boca el cuello, otro error, sentía como su respiración se iba acelerando poco a poco. Abrió los ojos de repente y la soltó, pasó las manos por la cara nervioso, ella se giró un segundo después de que la soltara.

- Hola -le sonrió y pasó los dedos por su torso desnudo.
- ¡No! -le agarró la mano y la separó de su cuerpo-, no me toques.
- Lo siento -contestó ella y se sentó en la cama.
- ¿Pides disculpas por todo? -le preguntó él.
- Supongo que sí -estaba sonrojada y no era capaz de mirarlo a los ojos-, suelo meter la pata continuamente, y contigo más que con nadie, te molesto a cada rato. Además, por lo visto nunca estoy en el sitio adecuado.
- No es cierto -le tomó la cara entre sus manos y clavó los ojos en los suyos-, en realidad sí estás en tu sitio, no me molestas.
- Suéltame, tengo que levantarme -movió la cabeza para escapar de él.
- De acuerdo -él le soltó el rostro con desgana y la vio levantarse e ir al baño. Miró sus manos que todavía guardaban su calor, se tumbó y se tapó la cara con el antebrazo, joder ¿en qué estaba pensando cuando la abrazó?

Mariella se duchó y se cambió de ropa, había descansado bien, y la noche ya caía sobre la ciudad, necesitaba tomar el aire o se apolillaría allí dentro, salio del baño y observó a Khons que seguía tumbado en la cama, se acercó hasta él.

- ¿Te encuentras mal? -le preguntó con dulzura.
- No, estoy perfectamente -levantó el brazo con rudeza y le dio de lleno en la cara, ella dio un paso atrás asustada-, mierda, ¿te golpeé?
- No -contestó ella, observó como los ojos de él se achicaban-, en serio.
- ¿Estas segura? -se sentó en la cama y la tomó por los brazos acercándola a él-, déjame ver.
- De verdad -estaba realmente preocupado, era la primera vez que lo veía así-, no te preocupes.
- Joder -gritó- maldita sea, ¿te hice daño?
- Fue un accidente -ella se sentó junto a él y le pasó la mano por la espalda-, no me duele, en serio.
- No, no quería hacerlo -se sentía como un niño pequeño consolado por su madre, una que nunca conoció, se sentía ridículo consolado por aquella mujer.
- Olvídalo, no pasó nada -besó su mejilla.

El se revolvió de repente, sus labios quedaron a escasos milímetros, a ambos se le aceleró la respiración al estar tan cerca, ambos se miraron durante una eternidad, como estatuas sin hablar, sólo perdiéndose en sus miradas. Mariella bajó los ojos hasta los labios masculinos y se acercó hasta rozarlos suavemente con los suyos, él se revolvió y la apresó tumbándola y sentándose a horcajadas sobre sus caderas, sujetándole los brazos encima de la cabeza, ella lo miraba con los ojos brillantes, las pupilas dilatadas y la respiración acelerada dispuesta para él, y él, maldita fuera, él la deseaba con locura.

- No, no puede ser - él gruñó mientras el deseo se reflejaba en sus ojos.
- ¿Por qué?
- Haces demasiadas preguntas, demasiadas -le dijo él observándola llenándose con su imagen.
- ¿Por qué? -insistió-, tú quieres besarme, yo quiero besarte y que me beses. ¿Dónde está el problema?
- Tú eres el problema -le soltó los brazos-, no voy a liarme con una de las…, amiguitas de Eleazar.
- Khons -se estremeció al oírla decir su nombre con esa sensualidad.
- ¡Ya basta! -le dijo al verla que iba a tocarlo.
- Khons -le acarició la espalda desnuda, notando como se tensaban sus músculos-, yo no soy la amante de Eleazar, soy su hermana.
- Joder -se apartó de ella y se sentó en la cama, con las cabeza entre las manos, Mariella se bajó del colchón y se arrodilló frente a él.
- Khons, por favor -él la miró, ella alzó las manos y enmarcó su duro rostro con ellas-, te deseo, deseo que me hagas el amor.
- ¡No! -él puso sus manos sobre las de ella pero no las apartó-, no puede ser, no lo entiendes, Eleazar me mataría.
- Por favor -las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- por favor Khons, te lo suplico no me rechaces.
- Yo no te… -no era capaz de verla llorar, no era capaz de verla suplicarle que la hiciera suya, cuando él se moría de ganas por hacerlo, la hizo levantarse del suelo, la sentó a su lado y sin poder ni querer evitarlo, se tumbó sobre ella y comenzó a besarla.

Mariella comenzó a llorar al sentir la suavidad de sus labios, era una tonta, lo sabía, sencillamente estaba emocionada, Khons era un hombre frío, duro, pero le estaba demostrando una ternura con aquel beso que jamás había conocido, primero sólo fue un roce, un tanteo, luego lentamente fue profundizando el beso con calma, pero con tal pasión, que a ella le quitaba la respiración, sintió su lengua recorrerle el paladar, sintió como le acariciaba los labios con ella, y como después de un momento, la entrelazó con la suya comenzando una danza de lujuria.

Khons pasó sus manos por debajo de su camiseta y lentamente fue acariciando sus costados, sin prisas pero sin pausas, fue en busca de aquellos senos que presionaban contra la tela y que lo llamaban a gritos, cuando sus dedos por fin tocaron la suave tela del sujetador, se permitió levantar la vista y mirarla. Se quedó paralizado al verla llorar, con un movimiento brusco sacó las manos de debajo de la tela.

- ¿Por qué lloras? -arrastró con los pulgares las lágrimas-, ¿acaso te hice daño?
- Porque soy feliz -contestó, cruzó sus brazos y sacó su camiseta por encima de su cabeza lanzándola al suelo-, tócame otra vez, bésame otra vez.

Khons se fijó en sus labios hinchados, bajó la ojos hasta aquel pecho prisionero en un sujetador de algodón blanco, y acarició lentamente su cuello y su clavícula, descendiendo con una calma que no sabía que poseía, hasta aquellos senos, ella cerró los ojos y se ofreció a él, se detuvo un segundo antes de volver a aprisionar sus labios en un beso profundo y tierno. La deseaba y ella lo deseaba a él, sabía que aquello no estaba bien, pero no podía pensar en otra cosa que no fuera tocarla, besarla, sentirla, hacerla suya.
"Es la hermana de Eleazar, la hermana de Eleazar", se repetía una y otra vez, "tú amigo", un atisbo de cordura lo hizo separarse de ella, se levantó se puso los pantalones, Mariella permanecía tumbada en la cama, con los labios hinchados y enrojecidos y la respiración acelerada, en sus ojos se dibujaba dolor, tristeza, frustración.

- No puedo -dijo poniéndose la camiseta-, no puedo.
- Khons -alzó las manos hacía él con desesperación-, por favor.
- Lo siento -contestó cogiendo las llaves y saliendo de allí.

Mariella cerró los ojos y lloró, se había puesto en ridículo delante de aquel hombre, se había ofrecido una y otra vez y él la había rechazado sin miramientos, era una idiota, una completa y redomada idiota.

CONTINUARÁ...

7 comentarios:

Lea dijo...

buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

que triste capi, pero Khons ya está cayendo.. mejor dicho ya cayó jujujuju

pobre chica, nada le sale bn

Sammet dijo...

Demonios!! sabía que era su hermano, lo sabía jajaja...

Ese tonto de Khons que demonios le sucede? cuál es el problema de que sea hermana de su amigo, yo no dudaría en llevarme a la cama al hermano de mi amiga (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), creo que tendrás que enviármelo unos días para que yo le haga entrar en razón.

Besos

Espero con impaciencia el siguiente..

mara dijo...

je je je je Hummmmmm me equivoque de parentesco jajaja pero por poco.

valla fuerza de voluntad tiene "El chico" pero la lealtad a su amigo le pudo.¿O fué que el amigo le crtase la cabeza por liarse con la hermana? XDDD
A ver cómo reacciona Mariella al rechazo ¬¬
Hasta el Jueves .^__^

JuanM. dijo...

Mala, eres mala y encima sé que te gusta. Te encanta dejar a los hombres mal siempre. Jajaja. Bruja.

Besos.

Ade dijo...

Knons ya hizo llorar a Mariella, claro que no me extraña, yo soy ella y también hubiese llorado a lágrima viva, ¡si será cabrito! ¿¡cómo se le ocurre dejarla en semejante estado!?

Yo soy ella y la próxima vez le hago sudar, jeje.

Mariola, muy bien cielo, que muy bien.

Sabry Sandal dijo...

Pasando por acá a leeer los dos últimos capis que has subido!!
Perdoname, nena, pero como puede ese vampiro ser tan bastardo?!

Hazlo pagar muy caro, cuántas veces puede humillar a esa pobre niña??

... Mmmmhhh, me parece que me quedo con el hermanito, pues este muchacho tendrá que hacer muy buena letra para que perdone, no sé, no sé...

Lo que si sé es que este capi estuvo genial, y espero el próximo "muy pronto" (y no me digas que muy pronto es muy pronto, lo quiero YA!!) jaja,

Bshitos!

Mariola dijo...

Me alegro mucho que os vaya gustando la historia y espero que siga así.

Bueno subo el siguiente capi enseguida. Gracias a tod@s por leer y por comentar. Saludos.

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