viernes, 2 de abril de 2010

AHORA Y SIEMPRE (CAPÍTULO 19)



Tras charlar un poco más con Bob fue hasta su cuarto con una extraña sensación en su interior, era como si se hubiese quitado un gran peso de encima, como si con pronunciar la palabra divorcio algo en ella se rompiera y la dejara vacía pero al mismo tiempo libre. Comenzó a reír a carcajadas que al poco se convirtieron en un llanto histérico.

Se limpió las lágrimas con el antebrazo no iba llorar por él, nunca más. Desde ese mismo día, pensó para si misma, desde ese mismo instante Colt era parte de su pasado y en cuanto legalmente estuviera soltera de nuevo, lo desterraría a lo más profundo de su alma hasta olvidarlo. Sí, Colt Elliot estaba muerto y enterrado para ella.

Más calmada fue al armario para ponerse una ropa más cómoda, se quedó inmóvil fija en las prendas que colgaban a su derecha, alargó los brazos y comenzó a tirar de ellas descolgándolas y lanzándolas al suelo sin miramientos. Cuando sacó todo lo que quiso miró el montón de pantalones y camisas esparcidas a su alrededor, encogiéndose de hombros pasó por encima, llegó a la cocina y tomó las bolsas de basura del cajón.

-Ya no necesitarás esto –dijo con rabia metiendo unos vaqueros de cualquier manera en una de las bolsas –los muertos ya no necesitan nada.

Con la frente perlada de sudor por la agitación, observó el grupo de paquetes frente a ella, allí guardados en los negros plásticos estaban todas las pertenencias que su marido había dejado en su casa. Tendría que decidir que haría con ellas, podría donarlas a la beneficencia o simplemente tirarlas. Ya lo pensaría más tarde, ahora estaba agotada y no le apetecía nada dar vueltas a la cabeza.

Al izar la mano para tomar su bata se percató del aro dorado que rodeaba su anular, jugueteó un poco con él girándolo un par de veces antes de sacarlo del dedo, leyó la inscripción de su interior y estuvo a punto de lanzarlo contra la pared furiosa por la mentira que él encargó que grabaran y en la que ella creyó como una idiota, se revolvió hacia las bolsas dispuesta a meterlo en una con el resto de las cosas, dudó un momento y casi a punto de soltarlo cerró el puño. Abrió la cajita lacada que descansaba sobre su tocador, lo dejó caer y bajó la tapa adornada con las flores de almendro, la tomó y la guardó en el fondo de uno de los cajones.

Pasó el viernes con las chicas, tras acudir al médico y confirmarle que todo estaba en perfecto estado, dedicaron el día a hacer compras, comer, charlar... Nicky estaba encantada, las puso al tanto de su próximo viaje y sus planes, Megan alocada sólo pensaba en recuperar el tiempo perdido y María preocupada porque no era habitual en ella hacer cosas de ese tipo, pero animada por las otras dos y por Bob que le pidió que se divirtiera y se comprara algo bonito, terminó por relajarse y disfrutar de una jornada que le resultó refrescante, pudo hablar de sus planes de boda, de su relación con Spencer y de sus nuevas metas.

El fin de semana lo dedicó a organizar la casa y a deshacerse de las cosas de Colt, en un principio pensó llevarlas a un contenedor y que acabaran en un vertedero, pero recordando la gente que pasaba necesidades, optó por donarlas a la caridad. Después de todo la ropa estaba nueva y era una pena que se perdiera por un arranque de ira.

El lunes por la mañana a primera hora, entró con paso decidido en el buffet de abogados Sons & Sons que Bob le había recomendado, al parecer eran los mejores.

Una joven de aspecto algo desangelado tecleaba cansinamente en el ordenador, levantó la cabeza al verla entrar y le dedicó una sonrisa ladeada. Megan fue hacia el desordenado escritorio y le dio su nombre indicándole que tenía una cita. La muchacha miró una agenda y acto seguido pulsó un botón del teléfono avisando que se encontraba ahí. La puerta contigua se abrió, un hombre de unos cuarenta y pocos años, elegantemente vestido con traje gris oscuro, camisa blanca y corbata azul apareció ante ella, tras tenderle la mano que ella aceptó la guió a un a un pequeño despacho y le pidió que lo esperara unos minutos.

Una vez en su interior, Megan se percató de la decoración casi escasa de la estancia, unas cuantas estanterías de metal rebosante de libros y carpetas, un escritorio de madera clara atestado de papeles, un ordenador y dos teléfonos, un bote lleno de bolígrafos y lápices afilados, una pequeña ventana sin cortinas y cristales sucios y dos sillas negras de estilo director. Esperaba no haberse equivocado de dirección, porque aquello más que un despacho de abogados parecía la oficina de un detective de una película de serie B.

La puerta se abrió, el mismo hombre de antes entró sonriendo portando una bandeja en la mano con una pequeña cafetera y un par de tazas. Megan se fijó en él. Era bastante bien parecido, alto y con pronunciadas entradas en su cabello castaño perfectamente recortado, sus ojos marrones parecían muy vivos y las pequeñas arrugas que se formaban a su alrededor le daban un aspecto bastante atractivo. Sin dejar de sonreír depositó la bandeja en la mesa después de apartar una pila de documentos.

-Disculpe el desorden señora Elliot, hace apenas dos semanas que nos hemos mudado y todavía está todo manga por hombro –explicó–, por cierto, soy Samuel Sinclair.
-No se preocupe señor Sinclair.
-Llámeme Sam por favor –le señalo una silla-, ¿un café?
-Sí, gracias Sam –dijo tomando asiento–, sólo con 2 cucharadas de azúcar.

Le tendió la taza y tras servirse uno él mismo se sentó al otro lado del escritorio. Observó a la mujer que tenía enfrente era joven y atractiva, de bonito cabello castaño y tristes ojos que no le aguantaban la mirada, la boca también era bonita pensó mientras tomaba un sorbo.

-Bien señora Elliot –dijo mirándola fijamente-, usted dirá.
-Megan por favor -se aclaró un poco la garganta-, en realidad estoy aquí porque quiero divorciarme.
-De acuerdo Megan -sacó un bloc, tomó uno de los bolígrafos y escribió algo–, Robert me puso en antecedentes, pero me gustaría conocer su versión.
-En realidad no hay nada que contar –dejó la taza sobre la mesa–, mi marido se marchó hace algún tiempo y no regresó jamás.
-La historia del “voy a comprar tabaco” –manifestó repantigándose en el sillón –muy típico.
-Algo parecido –asintió–, sólo que esta vez fueron asuntos de negocios y dijo que volvería en unas pocas semanas.
-Le haré algunas preguntas –volvió a inclinarse sobre la libreta–, espero que no le moleste.
-No claro, pregunte lo que necesite saber.
-¿Su esposo la maltrató física o psíquicamente?
-No, lo cierto es que Colt fue muy amable y cariñoso mientras estuvimos juntos –apartó la mirada–, me hizo feliz hasta que…
-¿Han tenido hijos? –demandó tomando notas.
-No –la voz le salió tan triste que el abogado alzó la cabeza.
-Lo siento, no debí preguntarle eso olvidé que Bob… -le tendió una caja de pañuelos de papel al ver que se le cuajaban los ojos de lágrimas–, discúlpeme.
-No importa –susurró cogiendo la caja–, gracias.
-¿Qué quiere conseguir de este divorcio?
-¿Cómo? –detuvo el movimiento de secar el lagrimal.
-Dinero, posesiones… -explicó–, venganza.
-Nada –exclamó sorprendida.
-¿Nada? -la miró perplejo–. Megan, ha unido su vida a un hombre que la abandonó sin darle ningún tipo de explicaciones, un tipo que la ha hecho sufrir…-, al verla que iba a interrumpirlo levantó la palma de la mano–, ya le dije que estoy al tanto. ¿Y aún así no quiere sacarle nada?
-No, sólo quiero volver a ser libre –su tono de voz era muy bajo–, poder retomar mi vida.
-Entiendo –se puso en pie y se acercó a ella-, ¿está segura que quiere divorciarse?
-Desde luego que sí –afirmó–, completamente.

Sam dio una vuelta alrededor de la chica, pesar, determinación, orgullo y amor, eso era lo que aquella muchacha desprendía. Quería dejar atrás su pasado, su dolor, pero seguía enamorada del causante del mismo.

Megan sentía como aquel hombre la estudiaba, sus ojos se achicaron y la miraron durante largo rato, tenía los nervios atenazándole el estómago y el café que había tomado amenazaba con querer salir. Se restregó las manos en los pantalones y se removió inquieta.

-Aún lo ama –sentenció el abogado.
-Yo no…
-No es asunto mío –dijo yendo hasta la estantería–, era apenas una observación. En fin, visto que no está dispuesta a pelear por unos dólares le aconsejo que hable con él, lo más factible sería un divorcio por mutuo acuerdo.
-Pero…
-Verá Megan –se revolvió para darle la cara–, creo que es la mejor solución, si no acepta recurriríamos a lo contencioso, es decir usted presenta la demanda unilateralmente, pero puede resultar un proceso largo y costoso. Sin duda ganaríamos, existen las suficientes pruebas y hechos a su favor e incluso podríamos sacar una buena tajada y con un poco de suerte dejarlo limpio.
-No –se puso en pie como un resorte–, no quiero nada.
-De acuerdo, tranquilícese –se acercó y la instó a sentarse–, entonces lo mejor es que intente arreglarlo como le indiqué al principio, póngase en contacto con él.
-¿Y si se niega?
-Prepárese a batallar –mostró su sonrisa más depredadora–, no soy un letrado fácil en algunos casos, si no aceptara y usted continuara considerándome su abogado, le aseguro que el señor Elliot tendrá que hacer horas extras durante el resto de su vida para pagar mis costas.
Al llegar a casa y con las indicaciones de Samuel Sinclair dándole vueltas en la cabeza, fue hasta el sofá y se dejó caer despreocupadamente, ¿hablar con Colt? O ¿presentar una demanda y encontrarse con él en los tribunales? Sopesó ambas posibilidades, por una parte no deseaba volver a saber de él, pero por otra tampoco quería hacerle daño. Suspirando se levantó y fue hacia donde estaba el teléfono, abrió el cajón de la mesita auxiliar y rebuscó entre los papeles, al fondo y hecho una bolita encontró el que buscaba, aquel donde anotó el número que alguna vez él le dictó por si necesitaba algo.

Le temblaban las rodillas y los dedos mientras marcaba el número, tanto que tuvo que colgar un par de veces y comenzar de nuevo. Al fin oyó el timbre de llamada al otro lado, apenas esperó un par de tonos hasta que una voz de mujer le contestó:

-Residencia de los Parker –contestó–, Sarah Parker al habla.
-Hola –carraspeó para aclararse la garganta–, me gustaría hablar con el señor Elliot, Colt Elliot.
-Lo siento, el señor Elliot no se encuentra en este momento, pero si me deja su nombre y su número le diré que la llame en cuanto regrese–, dijo la chica.
-En realidad es algo personal, me gustaría poder hablar con él –replicó nerviosa-, ¿si me pudiera decir a que hora regresa?
-Lo lamento, no tiene una hora fija, pero si me dice su nombre le diré que la llame –insistió la interlocutora.
-Está bien, soy Megan, le agradecería que le dijera que me llame lo antes posible.
-¿Megan, su esposa? –la voz amable de la mujer ahora parecía sorprendida.
-Sí, por favor podría…
-¿Está en Nueva York? –preguntó la chica que ahora parecía ansiosa-, ¿Está en Nueva York Megan?

Por unos momentos se quedó en silencio, asombrada por que aquella tal Sarah supiera quien era y por sus nervios a la hora de formular la pregunta. Tal vez fuera la amante de su marido, la causa por la que la abandonó. ¿Cómo sería?, se interrogó, ¿Cómo sería esa mujer por la que Colt había dejado todo para correr a su lado? Una punzada de celos y angustia se apoderó de ella, pero las ganas de verla, de saber que tenía que no tuviera ella la hicieron tomar una decisión.

-¿Señora sigue ahí? –oyó como le preguntaban.
-Eh, si discúlpeme –contestó–, no, no estoy en Nueva York, pero iré dentro de unos días y por eso llamé a Colt.
-Bien –algo parecido a un suspiro le llegó claro–, si quiere puedo darle las señas de esta casa y de su trabajo, así podría darle una sorpresa, seguro que le encantará.
-Una… -parpadeó más confusa que antes–, si claro, me parece buena idea. Si es tan amable de esperar que coja algo para anotar.
-Por supuesto.
-Muchísimas gracias señorita Parker –agradeció cuando acabó de anotar- ha sido muy amable.
-De nada querida, ha sido un placer –manifestó alegremente-, espero conocerla en persona cuando nos visite.
-Sí claro, bueno no la entretengo más, gracias otra vez.
-No tienes que darlas, hasta pronto.

Colgó lentamente, mirando el aparato sin pestañear extrañada con la actitud de aquella desconocida, por el empeño mostrado en saber si estaba en la “Ciudad que nunca duerme” y sobretodo por el interés en darle las direcciones donde podría localizar a Colt. ¿Por qué? Un par de malas ideas pasaron velozmente por su cabeza, pero no tenía ganas de ponerse de mal humor, así que las olvidó.

Miró el papel donde había anotado las dos direcciones, volvió a marcar esta vez para hacer una reserva en el próximo vuelo y también a Spencer para decirle que se iba unos días. Tras varios intentos en vano por convencerla de que no lo hiciera, colgó y se dispuso a hacer su equipaje, en unas horas se encontraría frente a frente con el hombre que la había marcado para siempre.


Continuará...

10 comentarios:

Perséfoneluz dijo...

¡Nooooo! Voy a tener que esperar unos días más para saber que pasa.. Grrr jaja

Besotes, y espero que no se ablande Megan, segui así.

¡¡Firmeza!! jeje

Un abrazo, me voy a leer Reencuentro, hoy si que estoy contenta, mis historias favoritas, lástima que siempre me dejan con unas ansias por leer más :D

Un abrazo.

Iris Martinaya dijo...

Ayy, pero como nos dejas así, como aguantar hasta el martes, pero la tal Sarah, no es la amante?
Realmente me tienes echa un lío, no es esa la misma morena que le llevaba la copa de champan mientras estaba desnudo en la cama.
En fin abra que esperar hasta el martes, que sepas que mis uñas están en muy mal estado.

Ya ansió el siguiente.

Besos

mundo dijo...

me gustan tus historias pero espero que colt sufra por lo que le hiso bueno saludos no tardes en publicar

J.P. Alexander dijo...

Quedo super interesante ay por fin se encuentran y ya quiero saber si Colt la va dejar ir o por fin va pensar y luchar por ella. Sigue Mariola

Ade dijo...

Cuando la vi sacar toda la ropa de Colt, meterlas en bolsas de basura y guardar su alianza, sólo pude pensar en una frase:
Un pequeño paso para la humanidad, un gran paso para Megan.

Me gusta que haya tomado las riendas de su vida.

Oye, ese abogado es muy listo. Mariola no pierdas su teléfono que nunca se sabe si algún día tendremos que utilizar sus servicios y encima nos hará un buen descuento por haberle promocionado.

Yo no sé si Sarah sería capaz de hacer alguna maldad (parece maja, aunque todo podría ser una fachada), lo que si te puedo asegurar es que con Colt yo haría unas cuantas maldades, jeje.

-¡Bienvenida mariana!

Sabry Sandal (Presidenta del Club Odio A Colt) dijo...

Joooo,me dejaste con las ganas del reencuentro, nena, yo pensaba q en este capi al fin Meg y Colt iban a hablarse, que mas da, esperare hasta el martes, - &%$&$&$&$ - (grocerías regionales argentinas)

Me mate de risa cuando Meg juntó toda la ropa de Colt, como presidenta del Club de Fans Anti-Colt, yo la hubiese quemado en una preciosa hoguera, mujajaja!!! Vamos, no miren para otro lado, que se que hay unas cuantas que piensan como yo!

Mmmhhhh, que pasará, que pasará!? No aguanto la espera!! De que va esta Sarah Parker...

Muchos besitos, nenas, Felices Pascuas a todas!!

Johan dijo...

Vale si antes estaba confundida, ahora estoy recontraconfundida!!

Por fin Meg se pone la falda y saca las garras de nuestro genero! Pero aun le falta pasar la prueba fatal no? seguira tan decidida cuando vea a col?

Jaja, creo que todas conincidimos con Sabry en que seguramente en esa situacion hariamos algo mas que meter la ropa en un bolsa, probablemnte toda hariamos un ritual de magia negra, o algo peor! aunque mejor no le doy ideas al club, despues mariola me castiga si le toco a su colsito XD

Sarah?, huh, que rayos pintara finalmente esta chica?, amante?, pero entonces como esta taaan relajada con la llegada de la esposa? incluso feliz!!! buuu estoy confundida @-@, no sera que quizas con la llegada de megan quiere presionar a col a contar toditita la verdad? o mejor aun a decidir de una ves por todas entre las dos? woojo eso me gustara!, ver en aprietos al sinverguenza!!!, pero eso significaria que colt es en verdad culpable y no un pequeño inocento que cayo en una trampa como pense anteriormente!, Dios! quiero leer ya el reeecuentro!!! que pasara? megan le clavara las garras? pagaria por ver la cara de col cuando la vea despues de intalarle los cuernos no se cuantitas veces!! o peor aun si la ve llegar con la amante! se imaginan?!!! OO

Por cierto no era para hoy el caps? recien vengo a darme cuenta que es viernes, jejeje, que rapidito pasa el tiempo XD, a seguir esperando entonces!

Cariños a las dos, chicas!, que pasen un excelente fin de semana con la familia, a todas!.

Maria dijo...

Uhmmmmmm,uhmmmmm,y esa Sarah,no era la amante?y ahora que es una fragil rosa de Pitmini??

agggg,me tienes totalmente confundida ,Mariola..........Uy,Sabry,si vieras el maravilloso mechero q tengo aqui,suelta una llamarada q no veas(es pa' hacer una pequeñita hoguera,ademas,no hay q adelantar la noche de san Juan?y si el inombrable,se cayera dentro tp estaria mal,eh,un pelin chamuscarradito pa' q se le vayan esos aires de cabron)jajajajajajjajajaja.......es una risa maquiavelica,eh

Del innombrable,me niego a decir nada de él......ya vera,ya cuando vea el dixoso papelito y a su EX,delante,a ver por donde va a salir......ayyyyy q ganas!!!

Sabry Sandal (Presidenta del Club Odio A Colt) dijo...

Pero miren que pìromanas resultaron ser María y Johan... terrible aquelarre armaríamos, incendiando la ropita de Colt (O al mismo Colt :D )jejeje...

Sammet dijo...

Un poco de de vudú estaría bien.

Sabry (Presidenta del Culb Odio a Colt), estoy segura que haríamos uuna buena hoguera con esa ropa y de paso con Colt a dentro, pero sólo para que sufriera un poquito, que sin duda se merece alguna otra tortura antes.

Mmmm... esa Sarah no sé, no sé, no me convence...

Besos

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