sábado, 13 de noviembre de 2010

CONQUISTADO POR UN SUEÑO CAPÍTULO 32





Nunca debió frenar a su cabalgadura, dejarla pastando atada a una rama y regresar sigilosamente al lugar. Ansiaba verificar que los rumores que escuchaba cuando se acercaba lo suficiente a la fortaleza eran ciertos, el amor que Liana de Edimburgo profesaba a Aldair McRea era sólo una leyenda, curvó una maliciosa sonrisa al imaginar a su amaba despreciar al bastardo de su esposo y ver como retornaba derrotado al cobijo del castillo.
La sangre abandonó su tez cuando la turbadora realidad le fue mostrada.  ¡Por todos los demonios! Lo último que esperaba era ver como la mujer que se había adueñado de su alma y que le obsesionaba hasta el delirio robándole el sueño, no sólo accedía a que su odioso enemigo la manosease a placer, sino que parecía disfrutar cuando él tomaba posesión de su cuerpo. Quiso desenvainar su espada, salir de su escondite y hacerle pagar con su vida por haber osado poner sus mugrientas zarpas sobre ella, pero quedó paralizado en el sitio mordiéndose el labio inferior hasta sentir el sabor ferroso de su propia fuerza vital, a la vez que apretaba los puños con fuerza clavándose las uñas hasta que un caliente líquido se deslizó entre ellos.

Luchando contra la rabia y la desilusión de ver a Liana abandonada en los brazos del Laird, apartó la vista de la pareja. El suave chapoteo lo obligó a mirar otra vez, Aldair la tomaba en el agua sin ningún reparo. No podía soportar observar ni un instante más como el sagrado templo de la mujer que idolatraba era mancillado por ese sucio miserable, Liana era su Caer y él su Aengus y ningún Ethal le impediría que el bello cisne fuese suyo.

Respiró hondo para desentumecer los agarrotados músculos y tapándose los oídos para evitar escuchar los gemidos de placer que salían de sus bocas, se obligó a darse la vuelta y regresar al lugar que desde hacía unos meses era su hogar.
Debía poner en funcionamiento el plan que le había llevado hasta allí, su cometido era obtener el poder total y absoluto, lo demás vendría acto seguido y sin ningún esfuerzo, hasta Balor resultaría un tierno infante a su lado con lo que tenía destinado para el infame señor de los McRea.



Llegaron al castillo a lomos de Dúshlán, cuando los primeros rayos del astro rey despuntaban perezosos coloreando el horizonte. Aldair no podía dejar de acariciar a la mujer que placidamente se acomodaba en su regazo, a pesar de la intensa noche de pasión compartida, era tanto el tiempo sin sentir su contacto que ahora era incapaz de desprenderse de él. Sonrió cuando la yema del índice de Liana descendió nuevamente por su torso hacia su ombligo erizándole el vello de la nuca, al parecer ella también estaba aquejada por las mismas fiebres del deseo, frunciendo el ceño la acomodó mejor entre sus piernas, no sólo su tacto lo hacía enardecerse, el roce de su trasero contra su pelvis con el suave trote del semental lo estaban volviendo loco, sin detenerse tomó su rostro y con ardor buscó la boca femenina que se abrió para él.

Cuando accedieron al patio con los labios fundidos y ajenos a la actividad que se desarrollaba en él, rápidamente asió las riendas para mantener al animal quieto y falicitar que su Laird descabalgara, pero al parecer este no se había percatado de su presencia, con las mejillas coloreadas por la vergüenza clavó sus grisáceos ojos en el suelo y esperó pacientemente a que sus amos cesasen de besarse.

Para alivio del joven, Una conocida y socarrona voz rompió el encanto en que se habían sumergidos los amantes.

—Primo ¿acaso no oléis algo raro? –preguntó Kai aspirando fuertemente en dirección a la pareja.
—Recordad que estoy resfriado y ese sentido me abandonó hace unos días.
—Es un tufillo dulce y empalagoso.
—Ahora que lo decís..., creo percibir algo –aseguró Mervin aspirando con energía, consiguiendo con ello estornudar repetidas veces.


Aldair puso los ojos en blanco, con pereza se separó de su amada y desmontó intentando aguantar la risa. Ese par no tenía remedio, a veces eran como un dolor de muelas, sin embargo otras eran como un remedio para dicho suplicio. Ayudó a Liana a bajar posando las manos en su cintura y atrayéndola hacia él la deslizó muy despacio por su cuerpo, haciéndola partícipe de su agitado estado, hasta que los pies tocaron el suelo.

—Intento recordar como se llama ese aroma –Kai fingió pensar en ello llevándose los dedos a las sienes y estrechando los ojos.
—Creo saberlo.
—No, dejadme, lo tengo justo aquí –se señaló la punta de la lengua—. Era... ah si, amor.
—Bravo –aplaudió el gran descubrimiento.
—Agradezco la ovación, mas es un placer hacer uso del don natural que poseo.
—Para que veáis que la dádiva viene de familia –dijo Mervin dejando caer un brazo encima de sus hombros—, voy a predecir quienes son los poseedores de dicho perfume.
—Primero dejadme que yo os demuestre que también gozo ese poder –intervino Aldair.
—Oh, creo que la emanación más intensa nos está hablando –exclamó Kai sorprendido.
—Yo también puedo adivinar que os pasará –indicó Liana riendo—, pero sólo porque conozco a mi chico, no por otra cosa.
—¿Habéis escuchado? –inquirió su primo mirándole—, esa cantarina voz pertenece sin duda a la esencia más afrutada.
—He aquí lo que vaticino –espetó el Laird cruzándose de brazos—. Durante un mes antes de vuestro entrenamiento limpiaréis las cuadras, quizá eso os despeje las fosas nasales.
—Pero...
—Ahora si nos disculpáis –enlazó a Liana por la estrecho talle echando a andar—, mi señora y yo debemos recuperar el tiempo perdido.
—¿Hablando? –demandó Kai con una sonrisa.
—No vas muy descaminado –ella volteó la cabeza y le miró parpadeando provocadoramente—, ya que la boca la utilizaremos.

Los dos hombres empezaron a carcajearse del pícaro comentario, tan estruendosamente que los aldeanos que estaban por los alrededores dejaron sus quehaceres para intentar averiguar el motivo de su alegría, al cabo de un rato como no vieron nada que les diese una pista, regresaron a sus faenas.

—¿Os dais cuenta de cuál será nuestro trabajo a partir de mañana? –preguntó Mervin sujetándose el estómago intentando calmar los calambres.
—Sí, pero mereció la pena ¿no os parece?
—Volvería a repetirlo sin dudarlo.
—Eso me lo reiterareis el próximo amanecer, cuando estemos hasta arriba de excrementos.

Ambos pusieron cara de asco y se animaron dándose pequeños golpes en la espalda mientras proseguían su camino.


Aldair cerró la puerta del cuarto con el talón, sin perder de vista a la mujer que retrocedía despacio mordiéndose sensualmente el labio inferior y que tampoco dejaba de observarle.
Aunque parecía agotada por el abrumador frenesí compartido durante las horas nocturnas, deseaba tomarla nuevamente, pues las veces que la había hecho suya en el río no bastaba para saciar el fuego que lo consumía tras largos días de abstinencia. No había mentido cuando aseguró a ese par de mentecatos que iban a recuperar el tiempo perdido.
Deslizó la vista por la suculenta figura que tan bien conocía y se relamió al pensar en el banquete que se daría con él.

Liana estaba disfrutando con la fogosa mirada que le estaba atravesando la ropa quemándole la piel. Dios, cuanto había añorado a ese cabezota y lo que le hacía sentir. Aún le costaba creer que por fin los sueños que le habían acosado noche tras noche se hicieran realidad escasas horas atrás y como estos superaron con creces sus fantasías nocturnas. Reculó con el corazón repiqueteando salvajemente al verle aproximarse como un feroz felino al acecho de su presa, mientras dejaba caer la espada sin ningún cuidado y se quitaba el plaid con diabólica lentitud. Frenó cuando sus piernas chocaron contra la cama.

—Estáis acorralada, señora –susurró con voz profunda soltando el sporran que cayó con un sonido sordo.
—¿Estás seguro? –inquirió a la vez que se subía con diligencia sobre el blando colchón.
—Completamente –afirmó haciendo desaparecer el corto espacio que les separaba.

Liana esquivó el agarre y con presteza se puso de pie en una esquina del lecho.

—El minino perdió reflejos –murmuró con un deje de diversión.
—Vuestro tigre está más espabilado que nunca –trepó al tálamo lentamente.
—Lograrás de grite de puro terror –rió pegándose a la pared.
—Chillaréis mi amor –sujetó su mano tirando de ella, obligándola a arrodillarse—, pero por algo distinto al miedo.

Rompió los pocos centímetros que los mantenían alejados rodeándole el talle con los brazos y acercando su boca a la de ella, apresó entre los dientes el sonrosado labio y cuando Liana dejó escapar un leve gemido lo soltó, calmando el mordisco con la punta de la lengua.

Enardecida por la húmeda caricia lo empujó hasta dejarlo tumbado y sentándose sobre él tomó la iniciativa devorándole la boca, aspirando el jadeo de sorpresa y de los feroces gemidos que le siguieron. Soltó un gruñido de disgusto cuando alguien llamó a sus aposentos, pero haciendo caso omiso continuó bebiendo de su abrasadora vitalidad.

Los insistentes golpes en la puerta y la llamada de uno de sus hombres, le hizo maldecir. Con un ágil movimiento se giró sobre si mismo dejando a su dulce atacante bajo su hercúleo cuerpo, cuando Liana protestó posó un dedo sobre los hinchados labios para que guardara silencio.

—Rezad para que sea importante –bramó mirando hacia el inoportuno sonido.
—El vigía me ha notificado que se acercan visitantes, señor.

Aldair cerró los ojos descansando su frente contra la de Liana.

—Debo atender mis obligaciones, m´eudial.
—Claro y yo contigo, que para eso soy la señora del castillo ¿o no?
—Si –sonrió satisfecho con su respuesta, al tiempo que levantaba los párpados perdiéndose en las oscuras pupilas—. Lo sois.
—Adelantaos mi señor –pestañeó presumida imitando su forma de hablar—. Debo ponerme presentable para causar buena impresión.
—Estáis exquisita –mordisqueó su barbilla—, un delicioso bocado.
—Detente o te juro que los pesados que decidieron venir tendrán que ser recibidos por alguno de los sirvientes –le empujó obligándolo a apartarse.

Aldair se separó a desgana, con parsimonia agarró el plaid que yacía en el suelo y lo atravesó sobre el pecho introduciéndolo por el cinturón para que quedara sujeto, sin apartar la vista de la mujer que lo miraba sonriendo tomó la espada y con paso cansino se dirigió a la salida, pero antes de cerrar le regaló una mirada llena de salaces promesas advirtiéndole con su bravío brillo que las cumpliría todas y cada una de ellas.

Con renuncia bajó las escaleras despacio, lo último que le apetecía era tener que ocuparse de esos forasteros, quienes sean que fuesen. Con la de días que tiene el año y habían tenido que elegir justo ese. Con un poco de suerte sólo estarían en Ceann—uidhe porque les pillaba en el camino y necesitaban descanso o abrevar a sus cabalgaduras, aunque se sentía disgustado la hospitalidad de las Highlands debía prevalecer, sólo esperaba que no se demoraran y continuaran en breve hacia su destino.
La imagen de su mujer rodeándole placenteramente con sus largas piernas le hizo soltar un soez improperio.

—Calmaos mi indómito amigo –musitó oteando hacia la elevación que se dibujaba en su kilt—, u os quedarais sin ser domado.

El comienzo de un llanto le instó detenerse frunciendo las cejas, estas volvieron a su posición natural cuando una melodiosa nana brotó de improviso llenando la estancia y aplacando el sollozo del bebé.
Con presteza y los labios curvados hacia arriba dejó atrás los últimos escalones hasta llegar al gran salón.

—Sólo podíais ser vos, mi querida Brianna, la dueña de esa maravillosa voz.
—Y sólo vos podéis estar tan sordo como para agasajarme por algo tan terrible –replicó la aludida dejándose abrazar.
—¿Cómo está mi sobrino? –preguntó acariciando la sedosa mejilla del niño.
—Creciendo por momentos, ya apenas puedo con él.

Un carraspeo les hizo levantar la vista hacia su enorme hermano, que con ambos puños en las caderas y el rostro encorajinado no perdía detalle de lo que acaecía.

—Sabéis lo mucho que me exaspera la confianza que tenéis con mí Brianna.
—Sabéis lo mucho que la quiero –replicó Aldair acercándose a Niall—, pero a vos os adoro más, así pues no os pongáis celoso amigo mío, que para vos también hay un apretujón.

Ambos se abrazaron riéndose y dándose enérgicas palmadas en las espaldas.

—No os hacía tan pronto de regreso.
—Hubiese querido esperar un poco más, pero ya sabéis como son las mujeres, sobre todo mi amada esposa –sonrió al ver la asesina mirada que ésta le dedicaba, en un gesto conciliador asió los dedos femeninos y llevándoselos a los labios depositó un tierno  en ellos—, y como se empecinen en algo hay que claudicar.
—Para mi desgracia sé de lo que me habláis, así como también conozco el significado del término rendición.
—¿Ya habéis perdido alguna batalla? –interrogó divertido.
—Así es, el asedio por parte del enemigo era tan devastador que debía hacerlo pues estaba a punto de desfallecer.
—Tenéis muchas cosas que contarme –añadió con curiosidad.
—Que chismosos que sois –les recriminó Brianna—, y luego os atrevéis a señalar a las mujeres por serlo.
—¿Nosotros fisgones? —preguntaron ambos a la vez.
—Sí y además bobos, mas encantadores —aclaró con un guiño.

Los tres se echaron a reír, pero pararon en cuanto Aidan protestó gimiendo levemente. Ella comenzó a pasear acunándole y cantándole para que se volviese a dormir.

—Así pues las armas de Liana derribaron vuestras defensas —musitó bajito para que Brianna no le escuchara.
—Os pondré al tanto en cuanto haya ordenado que acomoden a vuestra esposa e hijo en una estancia —respondió Aldair con el mismo tono—, aunque os advierto que no todo es agradable.

El Laird hizo un ligero gesto y una de las muchachas que pululaban por los alrededores se acercó presurosa, tras darle las indicaciones pertinentes y con una reverencia esta se acercó a la señora de los McInroy y le pidió que la acompañara.

—Dejad de comeros a Brianna con los ojos -acaparó la atención de Niall que contemplaba ensimismado a su familia—, si estáis de regreso es porque habéis conseguido lo que os pedí.
—¿Acaso dudáis de mi eficacia?
—Jamás –negó con la cabeza—, pero ¿lo lograsteis?
—Me alegra ver la fe que tenéis en mí —golpeó su brazo—. Está allí, junto a la chimenea.

Aldair se giró y la alegría le inundó. Sí, este sin duda estaba siendo un magnífico día.

 Continuará...


14 comentarios:

Irene Comendador dijo...

Pero que le pidio? que le pidio?
Hay que ver lo malismas que sois las dos, primero ese miron de leches, (y no digo la otra palabreja que se me habia pasado por la cabeza) observando lo que no debia y codiciando el bien ajeno (seguro le castiga Dios) jajajajajaj
y despues los dejais a los pobrecitos sin esos minutejos que tanto se merecen y tanto parecian querer, malismas ya esta!

Pero por si esto fuese poco , van mis chicas de todo poder, y me dejan con la duda de saber que es eso que tan fliz hace a mi señor, y que le hace que su dia mejore
Bueno , no quiero ni pensar en la de tiempo que queda para saber la respuesta. En la proxima vida que tengo pienso pedir una cacho de bolsa de paciencia que el santo job sera un amago comparado con migo, porque hay que jo.. lo dificil que se me hace la espera

besos mis chicas
sois unas genias de armas tomar, pero que bien escribis coño, ¡¡ala!! ya lo dije

Irene

Lu Morales dijo...

Hola!
Madre mía! Me quito el sombrero una y otra vez ante vosotras. Es que sois únicas ante el despliegue de pasión y gestos de amor de esta parejita.
Y los primos no pierden oportunidad de hacer de las suyas, así les va, jejeje!!
Le doy la razón a Irene, sois muuuuuy malas, ¿qué le pidió a Niall?
Habrá que esperar, ¡¡aayyy!!

Que paséis un feliz domingo!
Besos!

Florcita de Pura Flor dijo...

nos dejaran todo el fin de semana pensando en que le llevo Niall...

pero como siempre estaremos gindadas de la pared pero deseos de continuar con la lectura,,

un tranquilo fin de semana señoritas,,,

KaRoL ScAnDiu dijo...

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh:D


Adoré, no, amé, no, alucinéeeee con el capi:D

O ses, ¿Donald está enamorado de Lianna hasta las trancas? Joeee, la que se va a armar:D

Reitero que los primos me chiflan. Hay, me quedaba con los dos, te lo juro, jajaj:D

Y para colmar mi alegría, va y llega ÉL, el pirata, el lobo..... NIALLLLLLLL:D

el capíestado increíble. y que es "eso" que le han traído???

Ains, ahora a sufrir hasta el siguiente:D


kisses mis chcias:D

AKASHA BOWMAN. dijo...

Aquí estoy como bien he prometido, y debéis saber que soy dama que siempre cumple sus promesas jeje. Algo bueno que tiene leer tan tarde es que al menos el martes llegará en breve ;)

Jajajjajajajaja ¡menudo revés se ha llevado Donald al dar la vuelta y regresar a la "escena del crimen"! Desde luego no debió ser plato de su gusto observar a Liana retorciéndose de placer enredada al cuerpo de su querido Laird, por cierto el ser humano más detestado por el rubio guerrero. A nosotras al menos, ese gesto nos sirvió para percatarnos de los sentimientos hacia Liana que bullen dentro de Donald, pues hasta el momento yo creía que eran deseo y posesividad puros y duros, pero visto que Liana se ha convertido en "la dueña de su alma y la que le obsesionaba hasta el delirio robándole el sueño" está claro que se trata de algo más. Creo que nos esperan jornadas difíciles jejejjeje.

¡Muy buena la intervención de los primos Kay y Mervin! La verdad es que se han convertido en personajes casi imprescindibles de la historia, pues proporcionan el punto justo de humor pícaro y juguetón. Aunque me asombro de la familiaridad con que "juegan" con su Laird, es obvio que este debe sentir un intenso afecto fraternal hacia ellos, si no no se explica.

Me he reído mucho con lo del "olor dulce y empalagoso" jajajjajajajajajj si es que yo no pensaba en AMOR precisamente jejeeje (¡dama mala, dama cochina!)

Y por bocazas... ¡a limpiar establos!

Fascinante la escena del dormitorio, me he imaginado todo el ambiente paso a paso: Liana reculando con la vista fija en su hombre, este acercándose con paso sigiloso y amenazante, quitándose la espada y el plaid con maliciosa lentitud... uffff

Esto me hace mal eh, que no doy hecho a abanicarme para quitarme los rubores jejejeje ;)

¡Y esa interrupción...! Aaaay que últimamente le da a los sirvientes por cortar la actividad sensual de sus amos jejejejjeje

Un apunte, me ha encantado una frase. Encantadoramente tierna y emotiva:

"Aldair cerró los ojos descansando su frente contra la de Liana."

Os parecerá una tontería, pero son pequeños detalles muy necesarios.

Y en fin, que me he debido perder algo, pues no tengo ni idea de lo que Aldair ha encargado a esta pareja amiga. Mmmmmm ¿algo para ofrecer a Liana y pedirle matrimonio? No sé, no sé... tocará paciencia y esperar.

Besos a las reinas de la literatura erótica y sensual, mis Kleypas particulares. ¡BESITOSSSSS!

Anna ( blog princesa) dijo...

jeje, la verdad es que sois geniales.

a mi esta historia me encanta y me sumo a las demas ¡¡sois muy malasssss!! ¿que le pidió a Niall?
venga niñas un adelanto por fi.

besotes y que tengais buena semana.

P.d Ade ¿como esta tu madre? espero que mejor

Y tu mariola ¿como estas?

Anónimo dijo...

¡perdón por la demora!

Oh, mi goooosh quiero saber que le pidió!!! Malaaas 77 y tan bien quiero saber quien demonios vino a interrumpir a Aldair en su cacería (jijiji)

Estuvo magnifico, alucine con el capitulo chicas, son geniales :)

espero el próximo

adiós :)

Ade dijo...

IRENE, que risa contigo, jajajaj, si cuando decimos que estás loca es con toda la razón del mundo.
Sabemos que somos malismas, ¿acaso no te has dado cuenta lo muchísimo que disfrutamos siéndolo?
Gracias por lo de genias de armas tomar, jajaja. No cambies.

LUZ, la pasión es lo nuestro además de ser malismas (joder, me hizo mucha gracia esa palabra).
Un honor que te quites el sombrero ante nosotras, pero cuidadín no te resfries que estamos en la época de los constipados.

FLORCITA, en 2 ó 3 días te enterarás de que fue lo que le llevó Niall y el misterio será resuelto.

KAROL, siiiiiiiiií, llegó el Lobo-pirata. Me haces mucha gracia cuando utilizas tantos adjetivos y palabras para mostrar lo que te pareció el capítulo. Es bueno saber que te gustó.

AKASHA, y luego me dices que yo desmenuzo tus capítulos, pero si estamos a la par, jaajaj. Siempre disfruto leyendo tus comentarios, porque me hacen ver que te deleitaste con lo que escribimos y eso me hace feliz.
Lo de tus Kleypas particulares me volvió a abochornar como la primera vez que me lo dijiste, pero gracias.

ANNA, lo dicho, nos gusta ser malismas (emoticomo frotándose las manos y riendo malvadamente). Gracias por lo de geniales.

ANIA D., que alegría tenerte de nuevo por aquí y es estupendo que hayas alucinado con este capítulo.

Muchas gracias a todas y no os preocupeis, que en nada sabreis que es "eso".
Besos.

J.P. Alexander dijo...

Uy menudo capitulo, amo cada vez Aldiar y me uno a la mayoria que le pidieron Nialls me dejaront oda intrigada bellas . Les mando un beso y les deseo un lindo lunes

pepis dijo...

Hello mis diosas todavia no me he inventado otro nombre mejor que diosas, pero ya me saldra algun nombre (genial como ustedes) .definitibamente ese Donald es un baboso , ligon ""he is a pain in the ass "" da pena pues se enamoro de Lianita y si se atreve a hacer algo contra ella Aldi lo va guidar ya sabemos de donde .
me encantan esos primos son tan graciosos y lo mejor es que aunque van ha estar llenos de mierda hasta las orejas jiji , por bocones se lo tomaron con humor.
Como dicen ustedes ""JODER""" que le pasa a Niall que viene tan rapido a visitar ?, que es lo que trae ? hum eso no me lo hagan , son malukas me dajaron con un ""hum"" que paso
aqui?, que me perdi ? tendre que leer los capitulos anteriores a ver que me perdi ? son muchas preguntas verdad ? jiji .bueno chiquilinas que gran capitulo este , muchas gracias por compartir sus historias hasta el martes muchos besitos .

Lana Drown dijo...

Mucho ánimo con vuestra maravillosa obra, chicas. Estoy deseando que alguna editorial os publique para poder leerla desde el principio, que ya vais muy avanzadas y para ponerme al día necesitaría muchas horas en el ordenador.


¡Un besote!

INFECTADA X dijo...

El Donald está que se prende fuego. Que se joda y si no que no mire mientras otros disfrutan.
Que penita que no siguieron en el tema por la interrupción. Pero me encanta ver de nuevo a Brianna y a su lobo.
Espero con ganas ese próximo capítulo, almejas. Hoy, como para Aldari, ha sido un día maravilloso con estos tres capítulos que me habéis regalado.
Besos, almejas. Vuestra chirli forever.

laqua dijo...

¡Buenas, buenas!
Como últimamente, ando con poco tiempo, pero aquí estoy y quiero hacer un pequeño comentario.
Me encanta el giro que está tomando la historia, sisisisisi. Así que estoy al pendiente, aunque no comente siempre, por acá ando.
Me gustó horrores esta frase: "hasta sentir el sabor ferroso de su propia fuerza vital". ¡Está muy buena!
Ups, me tengo que ir. El chico que tan amablemente me va a ayudar a ordenar mis libros está un poco perdido y se acaba de golpear en la cabeza con mi enciclopedia británica. ¡Debo ir a ayudar! ¡Nos vemos!

Silvia dijo...

No deje de pensar en el capitulo anterior mientras leia este y la culpa la tubo ese apasionante cabalgar, aunque antes Donald me dejo una mala sensacion.
Kai y Mervin son los mejores, son muy simpaticos.
Estoy como las demas, muy intrigada por saber que le trajo su amigo.
Gracias por este capitulo

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