miércoles, 13 de julio de 2011

EL PRECIO DEL AMOR. CAPÍTULO 18.



Sorprendido por el recibimiento la rodeó con los brazos y la pegó a su cuerpo, sin soltarla dio unos pasos y cerró tras de si quedándose quieto en medio del iluminado corredor. Durante unos largos segundos permaneció en silencio con la vista clavada en el blondo cabello que tenía bajo su barbilla, percibiendo el temblor que la recorría, sintiendo los dedos crispados en su espalda.

Con un suspiro la asió por los antebrazos separándola de él, escuchó la leve protesta, pero no le importó, tomando suavemente la mandíbula le alzó la cara para buscar sus ojos. El miedo y  la desesperación que brillaban en ellos le golpeó el estomago, abrió la boca por la sorpresa pero la cerró antes de articular palabra, no tenía nada que decir ante el autentico terror que percibía en los aguados orbes. ¿Qué la tenía de esa manera?

—Rae ¿Qué sucede?

Un tanto abrumada por su comportamiento dio unos pasos atrás y se separó de él, debía parecer una estúpida histérica, una idiota que no tenía que contestarle, porque no podía decirle la verdad, o lo que ella pensaba que era la verdad, sin que pensara que estaba loca. Girando sobre sus pies se encaminó hacia el salón, prendió la luz antes de dirigirse al sofá y se dejó caer en el mullido mueble al tiempo que soltaba una sonora exhalación. Aún no se había acomodado cuando el apuesto rostro de Charlie apareció ante ella, de rodillas volvía a acunarle la cara ente los largos dedos mientras la escrutaba interrogante.

—Nada —susurró perdiéndose en su calida mirada—, es solo que estoy nerviosa.
—No me mientas —pasó la yema del pulgar por las nívea mejilla—, estás asustada, ¿Qué ocurre?

Se mordió el labio inferior ante la leve caricia, deseosa de decirle que lo que semanas atrás ella tomara como una broma macabra parecía estar convirtiéndose en una amenaza en toda regla. Alguien había estado en su casa, tocado sus cosas y dejado una nota bajo su almohada, alguien que podría volver en cualquier momento y…, apretó fuertemente los párpados tratando de dejar de pensar en eso. Abrió los ojos y se removió.

—Creo que necesito un te.
—Yo lo haré —afirmó Charlie poniéndose en pie—, túmbate y relájate.
—De acuerdo —terció aceptando la sugerencia—, sabes donde está todo.
—En cuanto regrese me vas a contar —añadió afirmando mientras se dirigía a la cocina.

En cuanto él se perdió tras la puerta subió los pies, se acurrucó en el sillón, posó un antebrazo sobre su faz y suspiró. Aterradoras imágenes invadieron su mente, un estremecimiento la recorrió, se sentó de golpe y recorrió la estancia con la vista, todo parecía en orden. Tragó saliva al pensar que en algún momento del día un extraño había invadido su intimidad, se levantó y fue hacia la ventana, cerrada por dentro pero no le extrañaba, vivía en un cuarto piso, no podía entrar por ahí, giró sobre sus talones y su mirada vagó por el hueco del pasillo, quien quiera que fuera usó la puerta para entrar y salir, pero estaba cerrada cuando regresó de su cena, tal y como ella la dejó al salir, lo que significaba que alguien más tenía la llave de su casa. Un palpitante dolor comenzó a martillearle las sienes, un tanto aturdida volvió al tresillo y se tendió. Pestañeó intentado alejar las lágrimas ¿estaba volviéndose loca? No, las llamadas eran reales, había tirado sus mandiles destrozados y esa nota con la onomatopeya del sonido del reloj continuaba en su cuarto riéndose de ella.

Apoyado contra la encimera, esperando a que el agua hirviera, Charlie le daba vueltas y más vueltas a que podía haberle sucedido a Rachelle, le afirmó que sólo eran nervios pero sus zarcos iris no mentían y algo la asustó. Se mesó el cabello repasando mentalmente los datos que poseía. Se crispó ante la idea que le nubló la visión, fijó la vista en la madera de la cocina mientras abría y cerraba los puños, de un manotazo apartó la tetera que emitió un sonido metálico al estrellarse contra la pared y apagó el fuego, con un nudo apretando la garganta salió de la estancia y fue al encuentro de la mujer que perturbaba el más ligero de sus pensamientos, se detuvo con el pesar royéndole las entrañas cuando la vio en posición fetal sobre el floreado tapizado y un ligero gimoteo flotó hasta sus oídos. Maldijo al mundo y corrió a su lado, se postró y alargó las manos que le temblaban como si fuese un alcohólico falto de bebida, plegó los dedos para intentar calmarse y los volvió a estirar asiéndola con tanta fuerza que gritó espantada. No le importó haberle hecho daño, solo quería saber, necesitaba que ella le negara la espantosa idea que le taladraba hasta el alma, porque si se la confirmaba Lewis era hombre muerto.

—¿Te hizo daño? —demandó agitándola—, Dios mío te…

A la espera de su reconfortante bebida cerró los ojos para intentar olvidarse de todo, pero a pesar de todos sus intentos el llanto se apoderó de ella y sin poder contenerse dejó que la desbordara. De pronto un chillido brotó de su ser al verse alzada y sacudida. Cuando pudo concentrarse en lo que estaba pasando se encontró con la mirada furiosa y descarnada de Charlie, rabia y pesar en las profundidades chocolate de sus retinas.
Lo miró confundida sin entender que le preguntaba.

—Contesta maldita sea —exigió recorriéndola en un intento de encontrar alguna marca, algún rasguño—, ¿te tocó?
—Me haces daño —respondió pestañeando aún más confusa—, y no sé de que hablas.
—Theo —masculló apretando los dientes—, ¿él se propasó contigo?, ¿te obligó a hacer algo que no querías? —frunció el ceño— ¿te lastimó?
—¡No! —exclamó aferrándose a sus hombros—, Dios mío, no. Él ha sido siempre muy correcto conmigo. ¿Cómo has podido pensar algo así?
—No lo sé —contestó incorporándose dándole la espalda— no lo sé — revolvió para enfrentarla, ella continuaba sentada——, yo…, tu…, ese miedo en tus ojos, tu actitud cuando llegué.

Se levantó y se acercó a él, alzó una mano y la posó sobre el mentón sintiendo como la incipiente barba le raspaba la piel de la palma. Le afectó la sinceridad de su preocupación por ella, a pesar de todo el mal que le había causado, toda la confianza rota, volvió a encontrar al amigo fiel en aquel hombre que temblaba bajo su caricia como un niño y con él regresó el deseo por el amante. Detuvo el toque ante el calor que iba apoderándose de ella, el fuego que nacía en el centro de su estomago y como si fuese estopa prendía e invadía cada una de sus células.

—Siento haberte preocupado —musitó ocultando el rubor de la pasión—, sólo fue una de mis antiguas pesadillas pero ya pasó.
–¿Estás segura? —acortó la distancia y se pegó a su espalda—, puedo quedarme contigo para evitar que los malos sueños regresen.

Oh, claro que quería, lo deseaba más que a nada en el mundo, lo amaba a pesar de todo y todos, pero no, estaba cansada de sufrir por él y además precisamente era la ultima persona que quería en su vida en aquellos momentos.

—No, será mejor que te vayas —mintió sabedora que en cuanto se quedara a solas pasaría la noche sentada vigilante—, además no creo que a Theo le guste saber que estás aquí.
—¿Qué le importa a él lo que tu hagas? —posó las palmas sobre los rígidos hombros.
—Nosotros… —le miró de soslayo—, nosotros estamos juntos.

Si alguien le hubiese atizado con un puño americano en el vientre no habría sentido tanto dolor, soltó el agarre y se tambaleó hacia atrás asimilando lo que acababa de escuchar. No era posible, simplemente no era cierto. Sin pensarlo la aferró y la giró hasta que sus miradas se encontraron.

—Estas mintiéndome —afirmó con voz ronca, ella bajó la vista—, mírame y dímelo frente a frente.
—No lo hago —respondió alzando el rostro, rezando para que no viera la verdad en sus pupilas—, Theo y yo estamos comenzando una relación.
—Juntos —repitió metiendo los puños en el bolsillo para no estamparlos contra algo.
—Sí, estamos conociéndonos —apretó los parpados—, me gusta mucho y por lo visto yo a él también.
—Bien —trasmudado por el pesar fue reculando hasta el arco que separaba las cámaras—, de todos modos cualquier cosa, llámame.
—Lo haré —por entre las lágrimas que iban empañando su visión veía la figura masculina alejarse cada vez más—. Charlie.
—¿Si?
—No sé por que lo hiciste, pero gracias por venir.

Con un ligero encogimiento de hombros se perdió a lo largo del pasillo, se sobresaltó cuando oyó la puerta cerrarse, corrió hacia la ventana y fijó la vista en la calle, bajo una de las farolas distinguió la moto, unos minutos más tarde y con la mano apoyada en el cristal, le vio salir del portal, alzar ligeramente la cabeza en su dirección y luego subir en el vehiculo para partir calle abajo hasta desaparecer entre las sombras. No supo cuanto tiempo estuvo con la  mirada perdida, pero fue mucho, tanto que le escocían los ojos. Pestañeó para apartar las gotas que se posaban en sus pestañas, resbaló la palma y comenzó a girarse cuando un movimiento la detuvo, bajo uno de los faroles pudo observar la silueta de un hombre, uno alto y vestido de negro de la cabeza a los pies, no podía distinguir sus facciones que quedaban ocultas bajo la sombra de la mortecina luz, pero supo que la vigilaba. Ahogando un gemido corrió hacia la puerta con manos temblorosas dio dos vueltas a la llave, colocó la cadena junto con el pestillo de seguridad y con el corazón aprisionándole la garganta se dirigió a la ventana, como si de un fantasma se tratase el hombre se había esfumado.

óóóóó

Tras abandonar el apartamento se montó en la moto y en vez de dirigirse a casa condujo sin rumbo fijo, no supo cuanto tiempo llevaba gastando neumáticos ni donde estaba cuando decidió detenerse en el arcén. Bajó del vehiculo y paseó la vista por el lugar, una especie de bosque se cernía a ambos lados de la terrosa calzada. En algún momento del trayecto debió tomar una carretera secundaria sin darse cuenta y allí estaba, así como podía haber acabado en otra ciudad o en la luna y tampoco se hubiese percatado, la verdad que desde que Rae le comunicara “la gran noticia” su mente había colapsado. Tomando una bocanada de aire caminó hasta uno de los árboles y se sentó en el suelo apoyando la espalda contra el grueso tronco, clavó los ojos en el horizonte, que seguía siendo una agrupación oscura de ramas y cortezas mientras su aliento formaba volutas de vaho al entrar en contacto con la gélida brisa, una que debería congelar su rostro al igual que sus manos ahora desprovistas de guantes, pero era tanto el frío que sentía dentro de él que apenas la percibía.
Dios santo, sabía que no debería haber ido a visitarla, pero después de su fallido encuentro con Margaret cada célula de su cuerpo vibraba por tenerla cerca. Sin pensarlo se había personado en la vivienda dispuesto a hablar con ella para aclarar la insostenible situación que él se había encargado de crear con su inconsciente actuación. Algo en su interior se convulsionó al verla asustada y luego más tarde volvió a sacudirse por dentro al tenerla entre sus brazos —de manera inocente— dando el consuelo que los temerosos orbes le demandaban, pero fue en el instante en que su cerebro se lleno de terribles imágenes pensando que su compañero la había violentado cuando sus sentimientos se presentaron ante él en bandeja de plata. Ya era inútil seguir engañándose. Amaba a Rachelle.

Enterró el rostro entre las manos, pero ya era tarde las ultimas palabras de ella lo habían arrasado como si de un tsunami se tratara, una ola devastadora que lo dejó aterido y aterrorizado. Ella estaba con Lewis, otro sería el que calentara su cama, el que se tragara sus gemidos cuando hicieran el amor, el que acunara su curvilíneo y sedoso cuerpo entre sus brazos, sería otro a quien susurrara su nombre al llegar el clímax, otra piel la que llevaría la marca de sus uñas cuando el orgasmo la abatiera…

—No —gritó a la noche poniéndose en pie—, aún no es tarde, ella me ama —nervioso y bramando como si pudiera escucharle, se encaminó hacia la carretera— tienes que escucharme, no voy a permitir que nadie más te tenga ¡Eres mía, Rae!

Continuará…



13 comentarios:

Unknown dijo...

wowwwwwwwwwwwwwww chica estan inspiradas jajaj hay dios hasta que por fin se dio cuenta nos hicieron sufrir bastante chicas estoy emocionada esto se pone cada vez mas bueno esperando la continuacion sigan asi chicas las felicito un besote ^^

ana dijo...

dios! por fin se dio cuenta ha sido fantastico
un eso chicas

Loli dijo...

Chicas,,, me voy a poner a llorar, lo habeis escrito tan pero tan bien. Por fin se ha dado cuenta de que la ama, solo que me hubiera gustado que ella le dijera algo de lo que le estaba pasando.
Felicidades.

pepis dijo...

Que tal les va ? ja estoy de vacaciones pero me escape 5 minutos es demasidao esperar a regresar a mi casa para leer los capi. Mis Damas del Kamasutra , intriga , odio y de la escritura en general. no es un insulto al contrario son las mejores escribiendo y describiendo las escenas ... claro , son buenisisisisisisimas. Las adorooooooooooooooooooo .
OMG!!! me va dar algo , que chuleria que Charlie se diese cuenta que ama ha Rae
""wipiti "" eso es AMORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR .
!!!!Que emocionnnnn !!!! , Charlie ya se esta redimiendo conmigo que chevere . Ohhh pobrecilla Rae . quien carambas esta fastidiandola tanto ?. bueno se me cuidan besossssssssss.

Laura dijo...

Hola chicas como estan espero q bien, el capi estuvo muy bueno q dicha q ya Charlie se diera cuenta q ama a Rae y ya esta sufriendo xq ella anda con Teo para q el vea lo q Rae a sufrido x el y quien sera el hombre q la esta llamando eso me tiene con la intriga!!...bueno a esperar el proximo capitulo hasta luego se cuidan

vangelis28 dijo...

Por fin!!!! Teo se dio cuenta de sus sentimientos y lo mejor aun es que luchara por ella !! aunque tendra que hacer meritos jaja pero la llegada del ese hombre desconocido llego como anillo al dedo a Charlie!!!
me encanto el capi siempre quedo con gustito a poco!!
cariños

Irene Comendador dijo...

Genial mis chicas, como siempre un súper capitulo, sois la caña
Hombre a mi me hubiese gustado ver algo mas de movimiento en ese encuentro en casa de Rae, pero han pasado dos cosas muy importantes, la primera la revelación de la relación de Rae con Theo, los celos que eso ha despertado en nuestro Charlie y por ultimo, que ya esta bien, el reconocimiento de que la única que ahora hay en su corazón y vida es ella, ya era hora bonito,,jajajjajaj
Deseando leer el siguiente, muchísimos besos mis chicas
Muac!!!!!

Emilia dijo...

Hágase la luz y la luz se hizo...
Chicas son increibles, poco a poco hemos pasado de pedir las pelotas de este cabro....., a desear que se de cuenta de lo que siente (por fin se le iluminó el intelecto) y que luche por RAE y digo hemos porque leyendo los comentarios, la mayoría por no decir todashemos pasado de indignadas a casi casi crear un club de fans del pobrecito despechado, tanto no alegramos que estamos deseando que llegue el miércoles.

princesa jazmin dijo...

Hola chicas, la historia está a punto caramelo, por fin Charlie pudo reconocer sus sentimientos por Rae luego de largos días de negación, por algo no funcionó su intento de olvidarla en los brazos de otra chica.
No tardará mucho en darse cuenta que en realidad Rae sigue amándolo como siempre, espero que ella no se lo haga tan fácil :)
Cada vez más peligrosa se pone la historia del acosador, quién será y qué será capaz de hacer?
Gracias por deleitarnos con sus relatos.
Un besito.
Jazmín.

Eleanor Atwood dijo...

Hola chavalas,

¡Al fin lo reconoce! ya era hora. Aún no es tarde, no, pero creo que Theo no se va a apartar tan fácilmente del lado de Rae. Y por otro lado está Amy, colada por el tío que la adoró durante mucho tiempo.
¡Menudo embrollo!
La cosa está que arde.
Un beso.

Lectora Nocturna dijo...

Espectacular,intrigante y emocionante.

quiero mas capis, estoy con la intriga

saludis vampi

KaRoL ScAnDiu dijo...

¡¡Por finnn!!
Joe con el amigo, Charlie... por fin ha dicho que la ama y... eso de "eres mía" ya me suena mal. Mira que le quiero a Theo, no puedo evitarlo:D

Y aquí me tenéis, comiéndome las uñas que había decidido dejar de morder porque desde el primer capítulo, con esa llamada extraña, la voz que le pide el maldito sobre que ni Dios sabe dónde está, y ahora que haya entrado en su casa...
Menos mal que a falta de uno Rae tiene dos polis dispuestos a todo por ella:D

ganas ganas de más, mis chicas:D
Pero cómo sabéis, tendré que hacer mis maratones de unos cuántos capis a la vez^^ las vacaciones del cole me tienen con nenes todo el día en casa y entre unas y otras, apenas tengo tiempo para nada:D

Y os kieroooo, y aquí me tendréis, siempre...^^

AKASHA BOWMAN. dijo...

Creo que era hora de conocer esa faceta tierna y protectora en nuestro Charlie, cansadas como estábamos de toparnos de continuo con el Charlie bravucón y sinvergüenza del comienzo de la historia (no digo que ya no lo sea, simplemente que de vez en cuando está bien que el tipo demuestre que posee un corazoncito caliente bajo esa armadura de acero).

No soy buena desenmarañando enredos- como detective ya os advertí que resulto una nulidad- mas el que alguien posea las llaves del piso de Rae para colarse a su antojo me tiene escamada. ¿Acaso alguna amistad de sus amistades? ¿Alguien de la familia? ¿Algún avipado que hubiera hecho una copia fugaz? Ya me falta solo pensar que se trata del viejecito asiduo que cada día acude a la floristería a comprar sus flores consabidas para la difunta esposa...

Me gustó mucho en la última parte del capítulo esa frase que dice que "así como podia haber acabado en otra ciudad o en la luna, que no se hubiese percatado"... Ya sabéis que suelo ser muy minuciosa en mis apreciaciones y existen frases que, una vez leídas, pululan por tu mente recordándote lo bien construídas y lo directas que resultan. Esa fue una de ellas.

Al fin ha reconocido en el silencio de la noche- y ante sí mismo, que es lo más importante- que ama a Rachelle y que no se siente motivado a seguir adelante sin ella. Me parece genial, excepto (¡cómo no, my dear Charles!) ese arrebato machista y posesivo de última hora al sentenciar que no va a permitir que nadie más la tenga, o la perlita de que "es suya". De todas formas no voy a molestarme con él esta vez, la cabra siempre tira al monte y los cambios en su carácter empiezan a tomar forma... démosle un tiempito para que suavice su intolerancia, su vanidad, su ego y su evidente machismo.

Besos mis niñas, y un placer leeros una vez más (y siempre)

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